II

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Una pequeña mancha de ketchup adorna sus labios Delgados, a George le nace una sonrisa al verlo manchado, como un pequeño niño y se inclina sobre la mesa, pasando la toalla de papel sobre la piel nívea del menor.  


   Wilbur lo mira con los ojos bien abiertos, tomado totalmente desprevenido. Sus mejillas se colorean en un dulce rosado, cuando George limpia con cuidado, mirándolo con devoción. — ¿Qué tengo?  


   — Ketchup. — El más bajo sonríe, dejando la toalla sucia en la mesa. — Pero ya está. — Le regala un toquesito en la nariz, sacando una suave risa sincera del mayor.  


   — Que vergüenza, no sé comer jajaja..


   — Nah, me parece muy lindo.  


   Los largos dedos de su novio se cierran alrededor de los suyos sobre la mesa, solamente mirándose con cariño, como si no hubiese nadie más en ese restaurante de comida rápida en ese momento. La campanita de la puerta hace su característico ruido al ser abierta y los ojos de Wilbur viajan en automático a la entrada, viendo con asco a los recién llegados.  


   — George, vámonos.. — Susurra el castaño, la estridente carcajada del que identifica como Dream le zumba los oídos y revuelve el estómago, haciéndolo cerrar los ojos.  


   George acaricia con su pulgar los nudillos de su novio. — Tranquilo, no pueden hacerme nada aquí, además es nuestro aniversario, no van a arruinarlo.  


   — Alyssa quiere ventana, así que quítate.  


   — Puta madre Dream, eres un dolor en los huevos. Si tuviera senos seguramente me dejarías la maldita ventana.  


   Wilbur se hace chiquito en su asiento, escuchando las voces de los matones a su alrededor, solamente a mesas de distancia y le enferma, le hierve la sangre que sea ese trío de desgraciados quienes tanto daño hacen a su novio, quien jamás se ha metido con ellos.  


   — Hey, mírame, estaré bien. —George le sonríe a medias, sus ojos llenos de tristeza. — No van a hacerte nada, lo juro.  


   Del otro lado del restaurante, los ojos afilados como cuchillas en la espalda de un chico con uniforme de secundaria, frente al idiota de George 


   Clay rechina los dientes, sus oídos martillados por el latir fuerte de su corazón, acallando cualquier sonido, cualquier conversación de los chicos frente a él. Desenfocaba su vista de purpled y sus codos sobre el respaldo del asiento del rubio leyendo en voz alta el menú, sus dedos recorriendo en una lentitud atemorizante la espalda de su novia, como si de un tranquilizante se tratara y nada merma su ira, porque solamente él sabe lo que hay en su mente y le hierve la rabia seca contra sí mismo, contra george
Davidson, contra el poste de cabello castaño al que le sonríe.  


   — Voy al baño. — Declara entre dientes, saliendo del taburete para dirigirse a los sanitarios, con más lentitud de la que debería.  


   Sus amigos no prestan atención por fortuna, así que empuja las puertas blancas hasta quedar frente al lavabo. Abre el grifo, el agua fría le llena las manos y sin pensarlo dos veces, acerca su rostro. El agua fría en contraste con su piel caliente le eriza cada poro, mechones de su cabello claro se mojan en el proceso pegándose a su frente y estampa los puños, una, dos, tres veces contra el mármol del lavabo.  


   Suspira, derrotado de una guerra interna que lleva años lidiando y se maldice a ese grandísimo idiota por meterlo en esa desafortunada posición, por hacerle sentir de formas que le queman y duelen y llevan a la ira, a destrozarse los nudillos en peleas de bares que nada logran, en drenar en noches y tardes de sexo con cualquiera sus más bajos deseos, aferrado a las curvas de sally, de Cristina, de Alyssa, y no conseguir el orgasmo como debería porque mierda, no es lo mismo y jamás va a serlo.    

Rude Boy ☠︎︎ DreamnotfoundDonde viven las historias. Descúbrelo ahora