VIII

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Efectivamente, Tina no estaba en casa cuando ambos llegaron. La parte difícil fue convencer a Dream,  porque salió de la pizzería dispuesto a tomar un camino distinto y cumplir la amenaza de comerse la pizza solo, incluso tuvo la delicadeza de dar media vuelta, abrir dramáticamente la caja y levantarle a George el dedo medio después de "sacarlo" de la caja. Sólo hubo que seguirlo cuatro calles y cuando finalmente lo alcanzó, le prometió que había algo para él y debía acompañarlo.


Así, llegaron a casa del menor, con una pizza fría y un morocho confianzudo que apenas puso un pie dentro, se dirigió al refrigerador para buscar una cerveza.


— No hay, Dream. — Responde desde la sala George, a sabiendas de qué busca su amigo apenas escucha el ruido de la puerta ser abierta. — No hubo ayer, no habrá hoy.


— Debería, se supone que me conoces. — Cierra la puerta sinceramente decepcionado, para salir a la sala donde George está sentado en el sofá.


El sofá.


— Y también se supone que me importas, por eso no fomento tus vicios.


dream pone cara de asco. — Demonios, hablas como una madre, Davidson.

George sonríe, cruzando ambos pies bajo su trasero. — Me gusta pensar que muy dentro de ti, te gusta que me preocupe por ti.


— Un poco, tal vez. — Dream evade lo anterior dicho, porque le pone incómodo admitirlo y además, todavía no se acostumbra a eso de que le guste George de otra forma — ¿Vas a darme lo que sea que tienes para mi o me puedo ir?


— Te lo daré, sí, pero antes quiero algo. — George palmea el reposabrazos del sofá.


— No voy a sentarme ahí.


— ¿Eh? ¿Qué tiene de malo?


— Que me tienes en abstinencia desde hace tres meses y ahí sucedieron cosas. — Señala el sofá con la cabeza, cruzado de brazos. — Y yo no soy de hule.


George se suelta a reír con ganas, mientras Dream se molesta más y más a cada segundo. Renuente, no se mueve de su sitio hasta que el menor se pone de pie, con las manos al cielo en señal de paz.


— Vale, tu ganas. Siéntate. — George señala el sofá ahora vacío. — Clay.. Confía en mí.


Dream en serio trata de mantener la expresión estoica y firme pero George le pone esos ojos de cachorro, esa boquita en puchero y efectivamente, él no es de hule, así que acepta y se deja caer al sofá de mala gana, con las piernas abiertas y los brazos cruzados. George sonríe victorioso y se sienta junto a él, con la peculiaridad de estar sobre las piernas de Clay. El menor enrosca los brazos alrededor del cuello del mayor, con esa dulce y bonita sonrisa todavía en el rostro. Dream lleva ambas manos a la espalda de George, mirándolo con detenimiento, sin esa expresión de molestia permanente que normalmente carga. Sus párpados relajados, sus ojos brillantes recorriendo las facciones del menor y sus labios ligeramente curvados hacia arriba mientras pasa los dedos por la espalda baja de George.

Rude Boy ☠︎︎ DreamnotfoundDonde viven las historias. Descúbrelo ahora