They Don't Know About Us [SakuAtsu]

VI. Matilda

"You're just in time, make your tea and your toast

You framed all your posters and dyed your clothes, oh...

You don't have to go

You don't have to go home

Oh, there's a long way to go

I don't believe that time will change your mind

In other words

I know they won't hurt you anymore as long as you can let them go"

TW: Abuso emocional (Manipulación) / Abuso infantil / Mención de maltrato domestico / Mención de muerte infantil / Secuestro parental / Secuestro simple / Secuestro agravado infantil / Enfermedades mentales.

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Afuera de su ventana se escuchaban como cosas se estrellaban contra la pared externa y a veces el marco de la ventana.

Kiyoomi se levantó, con curiosidad y algo de miedo.

Sin abrir completamente las cortinas, echó un vistazo afuera reconociendo casi que inmediatamente la figura en el patio de la casa.

Por alguna razón, bajó las escaleras y abrió la puerta trasera.

Tenía 4 años pero era alto para su edad e inteligente, sabía cómo quitar los pasadores.

No dejó entrar a la mujer, y tampoco abrió la puerta de nilón que le permitía ver y escuchar claramente el exterior de la casa.

— ¡Kiyoomi!— Pronunció con entusiasmo la mujer de cabellos negros, —Tienes que venir conmigo, para que cuidemos a Kai.

Kiyoomi confundido salió completamente de la residencia. Kai estaba muerto... 

Sus hermanos no le mentirían sobre algo así, ¿no?

El infante no recordaba con claridad, pero sabía que había habido un pequeño funeral, imágenes borrosas pasaban por su mente con los colores y el ataúd diminuto que habían enterrado a 6 metros bajo tierra.

Kai estaba muerto... ¿Cierto?

—Kiyoomi, tenemos que irnos ahora—. Su progenitora no esperó respuesta y se movió rápidamente para agarrarle el brazo, lastimándolo en el proceso y haciéndole despertar de su sueño.

Quería ver a Kai. . .

—Mamá, ¿entonces quién murió?— Preguntó, genuinamente curioso y algo herido por las mentiras que todos le habían dicho.

La mujer, quien le arrastraba hacia un carro, con la ventana del conductor hecha pedazos se volteo a mirarle y un puño cayó contra su mejilla izquierda.

—¿Cómo te atreves? Kai no está muerto, ¿cómo te atreves?—, frenó en seco y respiro profundo, luego volteo de nuevo hacia él, sonriendo le acarició la mejilla golpeada. Kiyoomi cerró su ojos, esperando dolor de nuevo, pero su sorpresa fue mayor al recibir dicha muestra de amor. - Kiyoomi, ¿es que no lo ves? Claro que no lo ves, eres tan pequeño—, al mismo tiempo que pronunciaba aquellas palabra y acariciaba la piel ajena, Kiyoomi abrió sus ojos. Su madre pasó saliva antes de continuar, una mirada amorosa en aquellos ojos claros tan opuestos a los suyos; tan bonitos. Comenzó a caminar de nuevo, esta vez con su hijo a su lado, tomado de su mano— Esta es nuestra segunda oportunidad, para hacer las cosas bien. Si, esta vez lo haremos bien.