capítulo 11 | La carta

471 42 5
                                    

Barry se encontraba entrando a la bahía medica donde se encontraba Jay recuperándose de su encuentro con Savitar, Dawn y Henry que lo habían traído también estaban ahí, estaban sentados preocupados por el velocista mayor. 

—¿Cómo te sientes?—Pregunto Barry sin la mascara pero con su traje puesto después de intentar interrogar a Julián sobre su identidad como alquimia, el cual juraba no era el. 

—Nada mal para alguien que fue derrotado por un mito.—Dijo Jay desde la silla en forma de cama.

—Si.—Murmuro Barry ante la respuesta de Jay. 

—Lo detuviste. Bien hecho, Barry.—Felicito Jay, Barry asintió no muy orgulloso.

—Fue agradable tenerte aquí conmigo. Nunca tuve un asistente.

—¿Soy tu asistente?—Pregunto con una pequeña risa Barry, ambos adolescentes sonrieron casi riendo de el chiste del mayor.

—Soy el socio mayor..-

—Un anciano socio, mas bien.—Dijo riendo Barry haciendo reír a Jay y a los chicos de atrás.

—Tu padre hubiera estado orgullos de ti. ¿No?—Soltó Jay, lo que hizo que la sonrisa de Barry se apagara un poco.

Jay intento pararse, Barry al ver eso se acerco alertado.—Oye, ¿Por que no lo tomas con calma?—Hablo dejándolo de nuevo en la silla.—Nos veremos en un rato.

—Esta bien. Si.—Acepto Garrick incapaz de pararse en ese momento.

Barry se acerco a los chicos que lo miraron con un cara triste, sabían que lo que había dicho Jay hizo que a su padre de decayera un poco. El mayor sonrió al verlos allí. 

—Estoy agradecido con ustedes, trajeron a Jay hasta aquí lo mas rápido que pudieron.—Agradeció dulcemente Barry mirando a los chicos, los cuales sonrieron felices. 

—No hay de que, además es Jay de quien se trataba. Con mas razón lo ayudamos.—Respondió contenta Dawn, su hermano sonrió feliz viendo como su hermana amaba pasar el tiempo con su padre, aunque este no supiera de ellos. 

—Bueno, es muy tarde. Ya cuando amanezca o en la tarde pueden venir de nuevo, pero ahora deben estar en su departamento.—Hablo Barry mirando a los chicos preocupado, era muy tarde y estos eran adolescentes en crecimiento y necesitaban dormir muy bien. Y aunque pareciera extraño, le preocupada el bienestar de los chicos que llegaron de otra tierra.

Talvez era por que se sentía en el deber de cuidarlos ya que se encontraban en una tierra que no era la suya y sumándole ha que no pudieran volver. Si, todo el equipo había intentado llevar a los chicos a su casa pero cada que Cisco intentaba abrir un portal hacia ese lugar una fuerza extraña forzaba el portal haciendo que no se pudiera mantener por mucho tiempo antes de cerrarse sin dar tiempo de cruzar por alguno de ellos.

El responsable de esto fue Henry que sin que se den cuenta los demás usaba sus poderes y abría otro portal dentro del portal o simplemente intentaba controlar el abierto. Le costaba mucho y desgastaba mucho pero lo hizo en todos los intentos de llevarlos a su hogar. Ya que ahora que sabían que podían volver a su tierra, aunque desgastaban el cuerpo de el pobre Cisco al abrir un portal a tan lejos.

—Esta bien, ok. Nos vemos en la tarde entonces. ¡No!, cierto que la fiesta es hoy en tu casa.—dijeron ambos con sueño, recién dándose cuenta del sueño que traían. 

Barry sonrió, y con un una palmada en la espalda de ambos. Estos ya se habían ido en un brillo azul cortesía de el mayor de los hermanos Johnson, como el los conocía hasta el momento ya que no quisieron decir la identidad de su padre y el y su equipo lo entendieron. Por lo que no preguntaron o indagaron mas.

Allen - JohnsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora