Mamá— llamó el pequeño Siu— ¿Ya va a llegar papá? Me prometió que estaría aquí.
Papá no debe tardar amor— respondió su madre— ¿Te gustaría ayudarme con la ensalada de frutas?
Nathaly logró entretener a su pequeño mientras Kimball llegaba del trabajo.
¡Papá!— exclamó el pequeño al verlo— ¡Llegaste!
Hola mi pequeño agente— dijo levantando al pequeño de 5 años— ¿Cómo estás?
Bien papá— respondió Siu con emoción— Mamá y yo preparamos todo para nuestra noche de películas.
¿Hablas de que ayudaste a esa preciosa mujer?— añadió Cho bajando a Siu y acercándose la castaña— te extrañé— besó la frente de su esposa.
Y yo a tí— respondió ella y él posó su mano sobre el abultado vientre de ella.
¿Cómo está mi nenita?— la bebé pateó en respuesta.
Siempre se emociona cuando se trata de ustedes dos— habló la madre.
Hola hermanita— Siu besó la panza de su madre.
•••
Ya caída la noche, Kimball llevó a Siu a dormir y Nathaly lo esperaba, ambos se acurrucaron en la cama.
¿Ahora sí me contarás sobre tu día?— habló ella.
Él dió un suspiro pesado.
Lisbon y yo entramos en un almacén sin refuerzos— hizo una pausa— pudo acabar muy mal Thaly, sentí mucho miedo de no volver contigo, con Siu y de no... Conocer a... Amaia.
Cielo, eso no ocurrió— dijo ella acariciando su mejilla.
Lo sé— suspiró él— Pero ¿y mañana? ¿O el día siguiente? Esto ya se está saliendo de control y se vuelve cada vez más peligroso, ellos necesitan a sus dos padres.
La ex-agente sonrió— La vida de civil no es tan mala, sé que a Siu le gustará verte más— añadió mientras se acercaba a su esposo— cada día se parece más a tí.
Pero siempre tendrá tus bellos ojos y tu dulce sonrisa— respondió él.
Tal vez la familia Cho no era la familia perfecta, pero lo cierto es que ahora estarían más unidos, Siu y Amaia tenían padres que los amaban mucho y se amaban entre ellos.
