Alta Mar

Capítulo 1

El sol brillaba en el cielo azul mientras el barco se deslizaba por las olas del mar. Los marineros trabajaban con diligencia, asegurando que todo estuviera en orden para el largo viaje por delante. Habían estado navegando por varios días y finalmente se dirigían hacia la zona de pesca que habían planeado.

El capitán, un hombre alto y robusto, estaba de pie en la popa del barco, mirando hacia el horizonte. Sabía que en cualquier momento podrían toparse con una tormenta, pero estaba confiado en su tripulación y en la habilidad del barco para enfrentar cualquier cosa que el mar pudiera lanzarles.

Mientras tanto, el joven pasajero que estaba a bordo del barco se sentía emocionado y un poco nervioso. Era su primer viaje en un barco y no sabía qué esperar. Se llamaba Tomás, era un hombre joven y apuesto que había decidido hacer este viaje para escapar de su vida cotidiana en la ciudad. Siempre había soñado con aventurarse en el mar y ahora finalmente había encontrado la oportunidad.

Tomás caminó por el barco, observando todo lo que había a su alrededor. Había cañas de pescar, anzuelos y redes de pesca, todo dispuesto para el trabajo que tenían por delante. También había un pequeño bote en la cubierta, listo para ser usado en caso de emergencia.

El joven marinero notó que uno de los pescadores se acercaba a él, lo saludó con una sonrisa amistosa.

¿Te unes a nosotros en la pesca, amigo? - preguntó el hombre.

Claro, me encantaría - respondió Tomás emocionado.

Tomás se unió a los pescadores y comenzaron a lanzar las redes de pesca al mar. Era una tarea difícil, pero trabajaron con esfuerzo y dedicación, esperando atrapar la mayor cantidad de pescado posible.

El sol comenzó a bajar en el horizonte, indicando que era hora de regresar al barco. Los marineros recogieron las redes de pesca y regresaron al barco, donde el cocinero ya había comenzado a preparar la cena.

Capítulo 2

Los días se convirtieron en semanas y la tripulación continuó pescando en alta mar. Cada día, las redes estaban llenas de una gran variedad de peces, lo que hizo que la tripulación se sintiera emocionada y orgullosa de su trabajo.

Tomás se había acostumbrado a la vida en el barco y se había convertido en un miembro activo de la tripulación. Ayudaba en la pesca, reparaba redes y ayudaba en la cocina. Incluso se había hecho amigo de muchos de los marineros, y juntos pasaban el tiempo hablando y compartiendo historias.

Una noche, mientras Tomás estaba sentado en la cubierta del barco, mirando las estrellas, notó algo extraño en el horizonte. Era una luz brillante que se acercaba rápidamente.

¡Capitán! ¡Capitán! - gritó Tomás, mientras corría hacia el puente.

El capitán se asomó por la ventana y vio la luz 

¿Qué es lo que ves, Tomás? - preguntó el capitán.

Una luz brillante, se acerca rápidamente - respondió Tomás, señalando hacia el horizonte.

El capitán observó con atención y pudo ver la luz también. Sabía que algo estaba mal. Se acercó rápidamente a los controles del barco y comenzó a maniobrarlo para evitar cualquier posible colisión.

El barco comenzó a balancearse violentamente mientras luchaba contra las olas y el viento. Los marineros trabajaron frenéticamente, tratando de asegurar todo lo que pudiera caerse o moverse. Finalmente, después de varios minutos de tensión, el barco logró esquivar la luz brillante.

¿Qué diablos fue eso? - preguntó uno de los marineros, jadeando por el esfuerzo.

No estoy seguro - respondió el capitán, respirando profundamente - pero estamos seguros de que no era nada bueno.