Durante aproximadamente ocho o nueve meses, Lea estuvo yendo todos los días durante las vacaciones y después de clase a aprender como manejar sus nuevos poderes con ayuda de Lulu y Veigar. Realizando el mismo ritual que con su hija tiempo atrás, los magos pudieron identificar el tipo de poder que la pequeña yordle desprendía. Su magia provenía del elemento agua, para ser más exactos una variante suya, el hielo.
Con el paso de las semanas, la nueva hechicera era capaz de generar pequeñas esferas de hielo puro, así como congelar algunos cuantos objetos. De momento nada serio, no querían avanzar a lo loco por si se presentaban anomalías durante su proceso de formación. Lea, al no provenir de una familia de magos era uno de los casos muy poco probables en los que la magia se manifestaba de manera externa. Si bien los yordles son seres mágicos de por si, eso no implica que uno sepa usar magia. Tales poderes vienen definidos por los genes y, en casos como en el de la joven yordle de pelaje marrón claro de algún otro tipo de factor el cual aun se desconoce.
Ahora bien, un buen día ya habiendo terminado su jornada de entrenamiento, Lea se disponía a volver hacia su casa. Laila había salido antes a hacer unos recados, encargo de su madre que necesitaba de ciertos ingredientes para hornear varios tipos de pasteles que ofertaban en los amplios mostradores de la tienda, y Veigar le había pedido a Lea que si veía a si hija por el camino de vuelta a casa que le pidiera que no se entretuviera por ahí.
-Has trabajado muy bien hoy también Lea, si sigues así seguro serás una maga excelente cuando seas mayor. Ahora cuando vuelvas a casa, de camino pásate por la plaza, cerca de la tienda de la señorita Blanca. Por ahí está el puesto al que Lulu ha mandado a Laila, si eres tan amable pídele que no se tarde mucho vale?, no me gusta que a estas horas esté por ahí. -Le pidió el mago.
-Muchas gracias tío Veigar, y descuida, le diré sin falta a Laila que no tarde. -sonrió Lea de vuelta para enfilar el camino que tenía delante suya para bajar la colina y poner rumbo al corazón de la ciudad. El día ya empezaba a caer, el sol mostraba intenciones de esconderse tras el horizonte y el frio propio del invierno hacía mella en todo el mundo. Todo yordle que uno viera caminar por las calles tenía un abrigo grueso, un par de guantes y una bufanda y en los casos en los que se fuera muy friolero un gorro como añadido, bueno....todos no, los soldados de la base cercana seguían con sus camisetas sin mangas y con tirantes, una.....especie de entrenamiento para adaptarse al frio. Lea solo podía ver las caras de alguno de ellos que trasmitían angustia y suplicio (todo desde una perspectiva cómica por supuesto).
Todavía ese año no había caído ninguna nevada, pero era cuestión de tiempo que durante el mes de enero los copos tiñeran de blanco la campiña bandeleriana. Hacía bastante frio, una sensación entremezclada de desagrado y bienestar, pues si bien el abrigo que Lea llevaba la aislaba bien del tan adverso clima, el aire afilado que surcaba el ambiente como cuchillas se estampaba contra los mofletes rechonchos de la pequeña. No faltó mucho sin embargo para que adentrándose en la plaza los edificios más grades la ayudaran a aislarse un poco de él.
-Ufffff.....q-que frio.....s-será mejor que encuentre a Laila pronto. -dijo para si misma corriendo un poco para entrar en calor mientras enfilaba la calle mayor que llevaba hasta la plaza. Un par de minutos más bastaron para llegar a su objetivo y allí al fondo pudo distinguir claramente al lado de una de las tiendas una melena larga y hermosa de color negro como el cielo nocturno. Menos mal, había encontrado a su amiga en menos tiempo del que pensaba, ahora solo era cuestión de transmitirle el mensaje de Veigar, charlar un par de segundos con ella y corriendo para meterse en casa, acompañada de un baño de agua caliente, una buena cena y las cuatro mantas que le pediría a su madre para no pasar ni una pizca de frío. Estaba dispuesta a parecer una oruga hasta la vuelta de la primavera.
-¡¡¡Lailaaaa!!! -clamó Lea desde lejos intentando llamar su atención, sin embargo....no parecía haberla oído, es más....había alguien más allí con ella, varios de hecho y no parecían ser muy agradables a simple vista.
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En un mundo rúnico
FanfictionUna vez eliminada la amenaza del Vacío, una fuerza que pretendía consumir todo aquello existente, Teemo y Tristana junto con el resto de sus aliados lograron preservar la paz y la vida que anisadamente esperaban conseguir, una vida de paz donde pode...