Ambas yordles miraban aquel resplandor bajo las aguas turquesas de la fuente sin saber bien que era. Pareciese algo antiguo, un rastro de algún tipo de magia perdida entre las páginas del tiempo y abandonada allí, como si simplemente hubiera caído en el olvido.
-Es la primera vez que veo algo similar, y fíjate que mi papa tiene objetos muy raros en casa. Siempre está trasteando con esas cosas en su laboratorio, pero....esto no se parece en nada a cualquier otra reliquia que haya visto. -comentó Laila quien se había agachado para poder ver mejor aquella piedra tan extraña. La piedra en si no hacía nada, solo emitía destellos de luz azulada de vez en cuando, y la energía resultante mecía las aguas bajo la superficie generando ondas de agua prácticamente imperceptibles al ojo.
-Yo igual, bien dices en asegurar que es un misterio. Quizás.....si después cuando volvamos a casa puedes preguntarle al tío Veigar...
-Ohhh...es cierto, si alguien puede saberlo es él, y si no....pues nada, habrá que investigarlo por nuestra cuenta.
-¿tanto te interesa saber que es?- preguntó Lea, curiosa por todo el interés que su amiga mostraba en aquella piedra.
-Claro, ¿es que a ti no?. Hemos encontrado una piedra muy rara que no sabemos que es. Imagínate que se la describo a papa y el no sabe nada, entonces será aun más especial porque no la ha descubierto nadie. Bua....imagínate....ser las primeras yordles en hacer un nuevo descubrimiento, joe, solo de pensarlo ya me siento emocionada. - añadió la pequeña con chiribitas en los ojos. Lea solo suspiró para sonreírle de vuelta. Le gustaba que su amiga fuera tan apasionada, tan llena de curiosidad por todo lo que la rodeaba, pues siempre que salían juntas era un sin fin de nuevas experiencias y curiosidades.
En aquella ocasión Isaac no estaba con ellas, pero estando los tres sería a un mejor, pues el hermano de Lea era experto en avivar las llamas de la curiosidad de Laila, una combinación explosiva pero que en el fondo funcionaba de maravilla.
-Bueno, bueno, no diré que no, pero por ahora....¿podemos dejar las piedras mágicas para otro rato y jugar un poco?, que para eso habíamos venido aquí...¿o no?.
Laila se levantó del suelo y con una de sus manos tocó la espalda de Lea para después salir corriendo mientras gritaba.....-¡¡tu la llevas ahora jajaja!!
-¡¡¡Ehhhhh, eso no vale!!!
-¡¡claro que si, venga corre!! -respondió mientras seguía corriendo a través del claro donde estaban.
Pasaron un buen rato jugando juntas, casi perdiendo la propia noción del tiempo, pues les faltó tiempo para darse cuenta de que el sol ya se estaba poniendo por detrás de las colinas que rodeaban Ciudad de Bandle. Laila les había prometido a sus padres que volvería a casa al ponerse el sol, por lo que pese al fastidio que suponía dejar ahí los juegos, no había de otra.
-Oye Lea, se está haciendo tarde, creo que tendría que volver a casa.
-Ohhhhh.....¿no te puedes quedar un poco más?, está siendo muy divertido. -le pidió con ojitos tiernos, sin embargo la pelinegra sabía que era su obligación seguir las normas de sus padres. Nunca los había desobedecido, y no empezaría ahora por mucho que le gustase seguir más rato con su amiga.
-Lo siento, otro día jugaremos te lo prometo.
-¿Puedo acompañarte a tu casa por lo menos?, no creo que en mi casa les importe si llego algo más tarde.
-Supongo que eso si podemos. Por cierto.....feliz cumple amiga, te quiero muchísimo. -la felicitó dándole un fuerte abrazo. Lea también correspondió de la misma manera, para después juntas de la mano volver a coger el mismo camino de vuelta a Bandle. No obstante, una vez salieron de allí, la piedra sumergida en el fondo del estanque comenzó a brillar con una intensidad nunca antes vista, saliendo finalmente del agua unas pequeñas esferas de color azul claro que dejaban un rastro de escarcha a su paso. Dichas esferas salieron justo detrás de Lea y Laila, ¿Qué serían?.

ESTÁS LEYENDO
En un mundo rúnico
FanfictionUna vez eliminada la amenaza del Vacío, una fuerza que pretendía consumir todo aquello existente, Teemo y Tristana junto con el resto de sus aliados lograron preservar la paz y la vida que anisadamente esperaban conseguir, una vida de paz donde pode...