Capítulo 01

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Dos años, dos años habían pasado desde aquel suceso que marcó la vida de Tianlang-Jun profundamente. Tianlang-Jun nunca había visto a un hombre tan hermoso como el de ese día, recuerda haber llegado a casa con la imagen de aquel joven martillando su cabeza, razón por la que aún no se lo sacado de encima. Para Tianlang-Jun era como si volviera a nacer, como si todo el dolor que experimentó en su pasado fuese curado instantáneamente con tan solo pensar en él. Por eso, se decidió en que ese día no sería el último en que lo vería.

Le costó mucho reunir toda la información de ese hombre, realmente le hubiera gustado tenerlo todo mucho antes pero aún así se sentía satisfecho por el resultado. Tianlang-Jun estaba sentado en su oficina mientras observaba encantado una fotografía en sus manos, sentado en una posición donde el sol que entraba por la ventana le daba un toque mucho más majestuoso al pedazo de papel. Arrastró uno de sus dedos delineando cada detalle de la foto. Cabello negro y largo, tan largo que le llegaba casi a las rodillas, y con un mechon que sobresalía en su frente. Admiró su pálida piel preguntándose si sería tan suave como se ve, y esos labios rubí, labios que ha deseado besar desde el primer momento en que lo vió. Su nariz perfilada y su marca de belleza adornando su pómulo izquierdo, sin embargo lo que más le cautivó fueron esos ojos grisáceos, tan encantadores.

Volvió a cuestionarse si en verdad podría existir un hombre tan maravilloso como el de esa fotografía, tan irreal y etéreo, llegando a tal pensamiento que era sentirse no digno por mirarle sin su permiso.

Liu Qingge.

Ese era su nombre.

Un nombre perfectamente adecuado para él.

Tianlang-Jun miraba la fotografía y podía sentir una calidez fluyendo en su pecho, un sentimiento tan viejo que no creyó volver a sentirlo nunca más. Con lentitud dejó la fotografía en el escritorio para tomar otra más que fue fotografiada desde otro ángulo. En medio del desastre encima del escritorio se pueden apreciar varias fotografías donde el mismo hombre era el protagonista, junto con otros papeles marcados con una letra desaliñada con informaciones particulares, como por ejemplo la comida favorita de Liu Qingge, su película favorita, color favorito, lugares que visitaba con frecuencia, incluso la fecha de su cumpleaños estaba ahí.

Se levantó de su silla comenzando a estirar sus entumecidos músculos mientras dejaba salir cortos suspiros, maquinando rápidamente el plan que tenía para hoy. Una sonrisa adornó su rostro. Hoy finalmente sería el día, el día donde Tianlang-Jun se encontraría con Liu Qingge. Debía salir perfecto, con toda la información que tenía sabía cuál era el horario de trabajo de Liu Qingge, normalmente suele salir a las nueve y treinta a los miércoles y viernes llegando lo más tardar a las cinco de la tarde, luego tenía clases de esgrima, después al finalizar sus clases atravesaba el parque para dirigirse a la parada de autobús justo a las ocho con cuarenta minutos de la noche. Siempre era de esa manera, lo ha observado por mucho tiempo para confirmarlo, y hoy miércoles no sería la excepción.

El plan de Tianlang-Jun era toparse con él antes de ir a su clase de esgrima, su propósito es tropezar accidentalmente con él para después ayudarle e invitarle un café como disculpa. Si, es la excusa perfecta.

Su sonrisa se extendió. No dejaría pasar esta oportunidad.

La vida le ha regalado lo más preciado de este mundo, y él, él es un alma llena de codicia.

[...]

El momento había llegado, Tianlang-Jun llegó veinte minutos antes al lugar y permaneció escondido detrás de un árbol esperando a que su amado apareciera. Se sentía inquieto de alguna manera, por un momento piensa en como ha de verse justo ahora. Como un completo acosador. Pero eso a él no le importa, su ser amado estaba a punto de llegar a su vida. Algo que los demás no lo entenderían.

El tiempo pasaba, Tianlang-Jun miraba su reloj cada dos segundos, esperó y esperó detrás de ese árbol pareciendo un asesino al acecho, hasta que finalmente se fijó que algo no andaba bien.

Habían pasado ya treinta minutos, su frente estaba arrugada a tal punto que sus cejas podrían considerarse una. ¿Porqué tardaba tanto? No tenía sentido, Liu Qingge es un hombre demasiado puntual, nunca ha llegado tarde a nada. Simplemente no lo entendía.

Fue entonces cuando oyó su voz, esa voz que reconocería en cualquier parte que la escuchara. Su corazón saltó de la emoción, pero al cabo de segundos tal emoción se esfumó. Liu Qingge esta vez no venía solo. Un hombre alto y moreno de mirada gentil lo acompañaba. Ambos caminando tranquilamente lado a lado mientras tenían una conversación por lo visto muy divertida, el misterioso no dejaba de sonreír.

El humor de Tianlang-Jun disminuyó mientras pensaba airadamente. ¿Quién es él? ¿Porque estaba tan cerca de Liu Qingge? ¿Porque le sonreía de vuelta? ¿Que está pasando? Liu Qingge nunca había estado con nadie, en todo este tiempo siempre dedujo que Liu Qingge era una persona de pocos amigos, por su semblante serio y su muy común ceño fruncido que haría pensar a cualquiera lo enojado que estaba. Sin embargo... Estaba sonriendo. Le sonreía a alguien más.

Aléjate de él, imbécil.

Tianlang-Jun sintió su estómago revolverse, apretando fuertemente sus puños hasta volver sus nudillos blancos de la presión que ejercía. Quería que se separaran, quería que se fuera, lo quería lejos de él.

Lo iba a matar.

Entonces, lo que para Tianlang-Jun pudo ser el peor momento de su vida, de pronto el extraño hombre se acercó a Liu Qingge robándole un corto beso dejando al contrario con sus mejillas sonrojadas, vió como le encestaba un golpe en la pantorrilla  mientras huía del embarazoso momento.

Repentinamente un fuerte golpe se escuchó por todo el parque sobresaltando a los transeúntes que casualmente pasaban por ahí, incluso Liu Qingge y el hombre desconocido se extrañaron por el ruido, pero sin saber de dónde vino.

Tianlang-Jun se alejaba de ahí a paso rápido con uno de sus nudillos rojizos, estaba furioso, muy furioso. No pudo soportar seguir mirando, y después de haber casi taladrado el árbol con su puño optó por abandonar el lugar.

No... Eso definitivamente no pasó.

Ese maldito lo besó.

Besó a su Liu Qingge.

Por un instante quiso correr hacia él y golpear al hombre que se atrevió a profanar los labios que les pertenecían, pero no quería asustarle, quería que Liu Qingge se enamorara de él sin ningún miedo de por medio.

Tianlang-Jun debía hacer algo respecto.

Liu Qingge era su ser amado, su alma gemela, era suyo. No dejará que nadie más lo tenga.

Debía protegerlo.

Una Suave Flor En El Frío Invierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora