Capítulo 06

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"No, no lo he visto. Lo siento" Le contestó el anciano sentado en la banca del parque. Yue Qingyuan suspiró resignado, y con un asentimiento se despidió amablemente del anciano que continuo con su tarea de alimentar a las palomas una vez se había alejado.

Otra respuesta negativa. Comenzaba a frustrarse por la inexistente información que ha recibido estos últimos días, no encontraba nada, ni siquiera una pista de él. Se sentó con aire de decepción en una banca mientras hundía su rostro en sus palmas, sujetando entre sus dedos una foto de Liu Qingge. Con desaire se dedicó a observarla con detenimiento sintiendo como se formaba un nudo en su garganta.

60 días. Habían transcurrido 60 días desde la desaparición de Liu Qingge, días en los que no descansó en busca de su persona. Fue a comisaría, a la casa de sus padres, contactó con sus amigos y compañeros de trabajo, incluso fue al mismo restaurante donde ellos siempre quedaban preguntando por él sin tener señal alguna. Recuerda perfectamente el día en que le dieron la noticia, Liu Mingyan lo había llamado en tono apresurado que fuera a su casa de inmediato, que su hermano había desaparecido.

Miedo y terror fue lo que sintió, dejando la reunión que tenía en su área de trabajo para salir a toda prisa en su auto, pasando tres semáforos en rojo, por suerte no atropelló a nadie sin embargo tuvo que pagar unas cuantas multas pidiendo disculpas en el proceso. Recuerda también que al llegar a su casa no tuvo que siquiera tocar el timbre cuando Liu Mingyan lo llevó dentro de un tirón, su cara estaba pálida y con ojos ligeramente rojos, fue entonces que después de tanto alboroto y explicaciones casi inexactas le entregó un pañuelo.

El pañuelo de Liu Qingge.

Le contó que lo había encontrado en el parque tirado, sin su dueño, polvoriento y sucio. 

Eso lo mortificó aún más, y desde ese día no ha parado de buscarlo. Su móvil casi revienta de las llamas que proporcionaba con la esperanza de que Liu Qingge le contestara. Sin tono. 

Buscó en su departamento, imprimió fotos para buscarlo en todas partes, la única pista que tenían era ese pañuelo y el lugar donde fue hallado. 

Masajeo sus cansados párpados con lentitud y a los segundos una voz suave le habló.

"Nada aún." Se quito la mano de la cara para encontrarse con la mirada de Liu Mingyan, igualmente con un aspecto destrozado. Se sentó a su lado quedando ambos en un silencio absoluto y cada quien con sus pensamientos.

Yue Qingyuan no quería rendirse aún. Muchas personas le han dicho que si bien pasado estos días y no ha encontrado nada de Liu Qingge, entonces, lo más probable es que él ya esté..

Muerto.

Un escalofrío recorrió su espalda negándose a tal cosa.

No, él no estaba muerto.

Pero, 60 días era demasiado. La policía a hecho lo posible por este caso, buscando en cada parte de la ciudad e interrogando a cada persona con la ayuda de Yue Qingyuan y la familia de Liu Qingge, no podía quedarse a esperar a que le den alguna noticia, por eso estaba en el parque, el parque donde Liu Qingge probablemente estuvo por última vez. 

No quería darse falsas esperanzas pero ahora eso es justo lo que le mantenía de pie.

Si bien otras personas pensaban que su Liu Qingge ya no estaba más con ellos, para Yue Qingyuan él seguía con vida. Lo sentía, un sentimiento inexplicable en su pecho le afirmaba una y otra vez que Liu Qingge, su amor, estaba aún aquí. 

En algún lado de este mundo su Liu Qingge debe estar esperándolo. Esperando ser rescatado por él, del infierno que sin duda estaría pasando ahora. Se imaginó por un instante esos momentos donde estaban juntos, se imaginó estrechándolo en sus brazos mientras pegaba su nariz en su cuello impregnándose de ese embriagante aroma que le tanto le gustaba de Liu Qingge, su largo cabello sedoso enredado en sus dedos, su piel tan suave acariciando su mano; su rostro, sus labios, sus ojos. 

Una Suave Flor En El Frío Invierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora