Capítulo 04

30 7 0
                                    


No sabía cuántos días habían pasado, la ardiente luz de la bombilla que alumbraba cada espacio de la habitación era en lo único que podía pensar. Durante este tiempo Liu Qingge no había podido conciliar el sueño, contando con la bombilla que no daba indicios de apagarse nunca, se sentía cansado, y se cuestionó por unos momentos en si debió haber aceptado aquel sandwich del otro día, tal vez con eso ayudaría mantener un poco de su energía.

Tenía sed y estaba hambriento, su estómago no había dejado de sonar por largas horas. Estaba tumbado de costado con su mirada perdida en un punto en la pared, no comprendía la actitud de su raptor. ¿Porqué lo mantenía cautivo? ¿Cuál era su propósito?

Estaba solo él y esas blancas paredes que llegaban al punto de asfixiarlo.

Su estómago volvió a sonar, llevándose sus brazos alrededor de este con lentitud, al carecer de energía sus movimientos eran lentos y casi robóticos. Odiaba sentirse tan débil. Ahora mismo solo deseaba que lo que sea que el futuro le tenía preparado que se apresurara, así podrá salir más rápido de aquí.

Un clic se escuchó resonar en la pequeña habitación, y Liu Qingge rápidamente se reincorporó esperando lo peor. Un diminuto pensamiento de haber sido abandonado por ese sujeto desapareció, y esos ojos avellana rojizos lo saludaron otra vez. Arrugando su entrecejo optando por una postura recta e inmutable. Ese 'Tianlang-Jun' entró a la habitación sosteniendo ese irritable sonrisa, como si todo esto fuese un juego para él.

Y tenía sentido eso.

Divisó la misma bolsa negra de la otra vez, suponiendo que le traería comida como ya ha hecho muchas veces. Resopló aceptando por primera vez el alimento solo con la razón de querer recuperar fuerzas. Tianlang-Jun nunca se acercaba demás, siempre optaba por sentarse con las piernas cruzadas a pocos metros de él, sin embargo esa vez fue diferente. Mientras Liu Qingge devoraba el sándwich pudo notar en su periferia que el hombre no dejaba de observarlo, eso le incomodó mucho por lo que no pudo evitar preguntar.

"¿Me dirás ya qué es lo que quieres?" Directo y sin rodeos, Liu Qingge no estaba para juegos. "¿Es dinero lo que quieres? Te lo daré, no me importa."

Una suave carcajada fue lo que obtuvo como respuesta.

Entonces, sin esperarselo Tianlang-Jun ya se había movido acercándose peligrosamente hacia él. Liu Qingge no pudo predecirlo y por instinto levanto sus brazos para defenderse si era necesario. Pero el hombre lo sujeto con brusquedad por los hombros logrando derribarlo encima del colchón, Liu Qingge emitió un sonido de pavor, y con impulso usó la poca fuerza que había recuperado en sus brazos para alejarlo. Y, una mano lo tomó por el mentón con fuerza que le obligaba a mirar el rostro de su raptor.

"Aiya, Liu Qingge, Liu Qingge. ¿Me ves como una persona que está desesperada por dinero?" Le susurró Tianlang-Jun, sin borrar su particular sonrisa. "Lo que quiero es algo mucho más valioso que eso."

La fuerza con la que era apretada su mentón impedía a Liu Qingge siquiera responderle, ejerciendo más fuerza en sus brazos para apartarlo pero sin lograr que se alejara ni un poco. Tianlang-Jun en un rápido movimiento se alejó y sujeto sus dos brazos llevándolos por encima de su cabeza, aprisionándolo en el colchón sin chance a que escapara. Entonces se acercó a su oído lentamente y susurró.

"Te quiero a ti."

Probablemente se debía a la adrenalina y desorientación que no logró escuchar bien lo que dijo. Sin embargo la lengua del sujeto lamiendo el lóbulo de su oreja le confirmó las intenciones para nada buenas de ese enfermo. Por lo que con sus piernas y brazos comenzó a dar golpes intentando liberarse de su agarre.

"¡Tú... Miserable hijo de- ¡Apártate!" Gritó airado Liu Qingge, más que miedo lo que recorría por sus venas era ira pura, unas intenciones asesinas nublaban su vista provocando que sus golpes fueran más bruscos y concentrados. Tianlang-Jun solo se divertía.

No era un tonto, sabía que el amor que le tenía a Liu Qingge no sería correspondido de inmediato. Por esa razón, él tenía un plan maquinado. Su idea era hacer que Liu Qingge pierda la cabeza completamente, lo destrozaría tanto física como mentalmente antes de reconstruirlo pieza por pieza. Entonces así sabrá que no tiene a nadie más en quien confiar más que en él.

Liu Qingge, un hombre con temperamento y carácter indomable, le enseñará lo que es sentir miedo por primera vez en su vida.

Todo esto lo hago por ti, por nosotros. Confía en mí, mi amor.

Lo soltó momentáneamente, y, con mucho pesar, impactó su puño en la mejilla de Liu Qingge. Este soltó un quejido doloroso mientras su cabeza caía en el colchón.

Los frenéticos golpes del pálido de detuvieron al instante, la mirada de este cambió y lentamente dejó ver unos ojos estupefactos observándole desde abajo. Tianlang-Jun pudo admirar el horror y angustia en esos hermosos ojos.

Viendo su estado de desconcierto, aprovechó la oportunidad, y volvió a encestar otro golpe esta vez en el otro lado de su cara, luego por sus costillas, en su pecho, en su estómago, y en su cara nuevamente.

Golpe.

Golpe.

Golpe.

Golpe.

Golpe.

Golpe.

Golpe.

Golpe.

Golpe.

Golpe.

El ahora magullado Liu Qingge se protegía como podía de aquellos golpes salvajes, no podía defenderse y las esposas en sus muñecas limitaban sus movimientos. Todo ocurrió demasiado rápido. ¿Que demonios le pasa? ¿Que le sucede?

¡Detente!

Y lo último de lo que fue conciente antes de desmayarse del dolor fueron unos brazos que lo arropaban con suavidad.

[...]

Probablemente sí se pasó un poco con los golpes. No iba a mentir.

Tianlang-Jun se lamentaba en voz baja mientras cuidaba de las heridas del cuerpo del inconsciente Liu Qingge. No le gustaba, pero era necesario hacerlo. Alguien tan inquebrantable como lo era Liu Qingge no le permitiría avanzar hacia su mayor deseo de estar con él.

Su otra parte del plan era hacerlo sentir miserable, que a pesar de todo existía alguien más fuerte que lo derribara, hacerle sentir no tendría oportunidad con él y su única opción es entregarse por completo. Que la confianza y el cariño florezcan una vez haya dado ese importante paso. Su corazón le pertenece a él, era su amor, su destino, su flor.

Detestaba esa parte del plan, pero, si con eso lograba domar a su amado y tenerlo en sus brazos entonces lo haría. Por su bien, por su seguridad.

Estrechó el cuerpo de Liu Qingge cerca de su pecho con mucho cuidado, sintió mucho terror y preocupación cuando la sangre no dejaba de brotar en su cabeza, creyó que lo perdía por unos segundos. Lo abrazó mientras lo mecía tiernamente, y se permitió dejar castos besos en su coronilla; seguidamente inhaló el delicioso aroma que siempre llevaba Liu Qingge impregnado en él. Una deliciosa droga que no se cansaría de ella. Observó con detenimiento las facciones de su rostro, y con su pulgar delineó suavemente su cara, tocando sus cejas, sus pequeños párpados, su linda y recta nariz hasta llegar a esos carnosos labios rosados.

Pronto, pronto reclamaría esos labios como suyos.

Eso le dió fortaleza, su amado se entregaría a él tarde o temprano, solo es cuestión de tiempo y dedicación.

Esos ojos de los cuales estaba tan enamorado algun día lo mirarán con calidez y ternura, opacando la mirada llena de terror que antes presenció.

Del dolor nace el amor.

Y del amor nace la locura.

Así es como es, y así será siempre.

Una Suave Flor En El Frío Invierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora