Capítulo 1: Una imprudencia trascendental

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"¿Crees que sea una buena idea?"

"¡Oye, fue tu idea! No me digas que ahora te estás echando para atrás..."

Tanaka y Noya discutían, gritando entre dientes bastante divertidos, mientras tenían una pequeña botella de vidrio.

"Bien, ¿en el botellón de quien ponemos esto?" Preguntó Ryu casi emocionado por la travesura que estaban a punto de hacer.

"Emmm... pues... Daichi-san está descartado." El más alto asintió rápidamente ante las palabras de Nishinoya. "Suga-san también. Daichi-san nos mataría peor."

"¿Asahi-san?"

"¿Estás loco? Podría tener un colapso." Reclamó Yuu. Sin embargo, pronto cambió su expresión a una entusiasmada. "¡Ya sé! ¡Los de primer año!"

"¡Excelente idea!" Hubo un pequeño silencio, hasta que Ryu habló de nuevo. "Pero dejemos fuera a Yamaguchi."

"¿Por qué?"

"Me daría pena hacerle una travesura a él..."

"Sí... Podría hacerlo sentir igual de mal que a Asahi-san..." Dijo pensativo el líbero. "Ok, pero entonces dejemos fuera también a Shoyo." Cuando el otro lo miró interrogante, decidió explicarse. "Es el único de los de primer año que nos respeta como senpais."

"Toda la razón. Entonces Tsukishima y Kageyama."

"No sé como no se nos ocurrió antes que serían los mejores blancos."

"¿Cierto?" Ambos reían como un par de niños pequeños mientras veían los botellones etiquetados en la banca junto a la cancha en el gimnasio. Tanaka comenzó a revisar las etiquetas. "Vigila mientras pongo esta cosa en sus botellas."

"Hazlo rápido, aprovechando que la mayoría aun no llega de la sala del club." El rematador agilizó el paso y en un par de minutos disolvió el contenido de la botellita de vidrio que traían en el agua que sirvió recién Shimizu a sus dos kouhais.

"Listo. Actúa natural." Dijo mientras escondía la botellita de vidrio en uno de sus bolsillos. Ellos se alejaron de ahí para ir a hacer ejercicios de calentamiento, cuando vieron que el resto de sus compañeros entraban al gimnasio.

"Vaya, ustedes dos llegando temprano... Quién lo diría..." Sugawara dijo divertido.

"Bueno, chicos, comiencen a calentar para que podamos comenzar con el entrenamiento." Ordenó Ukai.

"¡Kageyama! ¡Practiquemos con ese tiro raro que se detiene!" Los revoltosos de segundo escucharon como el pelinaranja saltaba feliz alrededor del armador cascarrabias.

"No eres tú quien escoge que hacer." Kageyama rebatió con seriedad, mientras su compañero hacía un puchero, no satisfecho con la respuesta.

"No puedo esperar a que tome de su botellón." Susurró el líbero a Tanaka, quienes le molestaba que el pelinegro tratara mal a Shoyo.

Los dos muchachos de segundo no se caracterizaban por ser pacientes. Estaban ansiosos por ver cuando sus compañeros de primer año con carácter 'especial', caían en la broma, tomaban esa cosa asquerosa que se encontraron y poder reírse un poco a costa de ellos. Tan expectantes estaban, que comenzaron a cometer varios errores técnicos.

"¿Qué les pasa a ustedes hoy?" Regañó Ennoshita con seriedad.

"Sí, están más torpes de lo usual." Tsukishima agregó.

Tanaka y Noya se tuvieron que morder la lengua para no revelarle que había puesto algo en su agua, deseando ahora que fuese el primero en morder el anzuelo. Estuvieron practicando cerca de una hora, cuando decidieron que debían tomar un descanso.

"Bien, chicos, tienen unos minutos para que descansen y tomen agua. Luego los dividiremos en dos equipos para hacer un partido de práctica." Las palabras de Takeda los alertaron instantáneamente. Ambos temblaban de emoción mientras veían como todos los demás se acercaban donde estaban los botellones. Cuando cada uno tuvo el suyo, notaron que Tsukishima fue el primero en abrirlo para tomar agua. Sin embargo, poco antes de comenzar a beber, se detuvo abruptamente para luego oler el contenido con el ceño fruncido. Yamaguchi, quien estaba a su lado, notó su comportamiento.

"¿Qué pasa, Tsukki?"

"¿Me prestas tu botella?" Su amigo, aunque algo confundido, le pasó su agua sin preguntar, incluso cuando vio que también comenzó a olfatearla. "¿Puedo tomar de la tuya? La mía tiene un olor raro."

"Sí, quédatela, iré a conseguir otra con Yachi-san."

Los revoltosos de segundo maldijeron en voz baja ante la escena.

"¿Cómo se dio cuenta?" Masculló Tanaka frustrado.

"Bueno, tiene un olor asqueroso bastante fuerte, por eso creímos que debía saber horrible y les hicimos la broma."

Ya con algo de resignación, voltearon a ver Kageyama. Para su sorpresa -o no tanta-, el pelinegro ya había comenzado a beber de su agua. Aunque pronto frunció el ceño y dejó de tomar, mirando con desconfianza la botella. Esperaban una reacción más exagerada, pero ver que de alguna forma había 'caído' era un triunfo a esas alturas. Estaban por saltar para revelar lo que había hecho, cuando vieron que Tobio relajó sus facciones, alzó los hombros y siguió tomando su agua con normalidad. Ver eso les comenzó a dar un poco de asco. O Tsukishima tenía una nariz extremadamente sensible, o Kageyama tenía el paladar de un cerdo... O ambas...

"Ay, Dios... No puedo creer esto... Esa cosa era realmente fuerte ¿Cómo se la pudo tomar?"

"No tengo idea..."

Sus murmullos fueron interrumpidos por el entrenador, quien ya estaba dando por terminado el momento de descanso.

"Ya, comencemos con el partido de práctica." Los adultos colabores de Ukai, se ubicaron a un lado de la cancha, emocionados por entrenar con los muchachos. "La asociación de vecinos serán nuevamente su contrincantes. Para el equipo de la preparatoria... Sawamura, Tanaka, Nishinoya, Kageyama, Hinata y Tsukishima." Los mencionados fueron rápidamente a la cancha. Los de segundo estaban decepcionados, pero al menos nadie más sabía de su total fracaso en realizar la broma. Era algo...

Comenzaron a jugar, donde los muchachos realizaron las distintas técnicas que habían estado practicando en el último tiempo, entre ellas el tiro especial de Kageyama y Hinata. Definitivamente verlo en vivo y en directo era impresionante, tanto que cuando lo hicieron a los pocos minutos de comenzar hubo un jadeo de emoción en todo el gimnasio. Todo iba bien, cuando uno de los rematadores de la asociación de vecinos hizo un lanzamiento hacia el otro lado de la cancha y Tobio se posicionó para levantar el balón para preparar el remate para sus compañeros. El pelinegro tenía las manos alzadas y la vista fija en el balón, listo para recibir. Sin embargo, poco antes de que la pelota tocara sus manos, las bajó y se tambaleó ligeramente. Todas las personas en el gimnasio se quedaron en silencio con los ojos muy abiertos, mientras el balón rebotaba en el piso de madera entregándole el punto a los adultos.

"¿¡Qué fue eso, Kageyama!?" Hinata fue el primero en reaccionar, reclamándole ruidosamente a su compañero quien frotaba sus manos contra sus ojos.

"¡Ya sé! ¡Cállate, idiota!" Fue la respuesta del pelinegro.

"Bien, bien, no importa." Sawamura exclamó para aligerar el ambiente y no desanimar a Kageyama. "Sigamos, no es tan grave."

Todos intentaron superar ese momento, para poder seguir practicando.

Sentimientos rechazados [Oikage]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora