Humo

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Cigarro maldito que me buscas a tu lado, cómo cazador que ya atrapó su presa, cómo un vínculo de hermanos, cómo un punto final en cada historia, él siempre acá.

En cada respirar, en cada suspirar, entra y sale de mi boca como una poesía oscura que nadie quisiera escuchar pero siempre está acá. En cada instante, en cada minuto de relax, después de bañarse, después de trabajar. Después de ese sexo sin pasión, después de un nunca jamás, el cigarro se vuelve mi dueño, sin tenerme que atar.

Detras de cada corazón roto, un problema familiar, una lágrima sincera, una sin labrar, con una botella tardía, con una cerveza artesanal, un ron o una botella de vodka, el humo no cesa ni deja respirar.

Navegando : Poesías de un EbrioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora