Capítulo 10 - Que lío

109 9 10
                                    

- Gumi-chan, yo... no lo sabía. Es que se te veía tan feliz junto Momoe, que jamás siquiera lo noté un poco al menos. Jamás me hubiera imaginado que sentías algo por mí

- ¿En verdad nunca lo notaste? ¿Acaso no recuerdas lo roja que me ponía cada vez que jugábamos a hacer enojar a Momoe, y tú me abrazabas y me besabas?

Los recuerdos de esa época volvieron poco a poco a la mente de Soyo.

- Es cierto. Tú... tú te ponías demasiado colorada. E incluso, disfrutabas mucho de esos juegos. Ahora que lo pienso y los recuerdos regresan a mí, casi siempre eras tú quien iniciaba esos juegos para hacer enojar a tu novia.

- Jeje, es cierto. Es que me encantaban esos juegos. Me encantaba poder sentir tus labios sobre mis mejillas besándome. Me encantaba el poder sentir tus dulces y tiernos abrazos. Y aunque hayan sido solo parte de un juego, esa era mi manera de "tenerte para mí" por unos instantes, a pesar de que tú amabas a otra persona

- ¿Por qué nunca me dijiste nada al respecto?

- Porque tú siempre andabas de aquí para allá detrás de Kano...

- Bueno, Gumi, ella era mi mejor amiga. Por supuesto que iba a andar de aquí para allá con ella. Pero más allá de eso, mis sentimientos hacia Kano, me refiero a los sentimientos de amor que sentía por ella, no llegaron hasta bien entrada nuestra adolescencia

- ¿A dónde vas con todo eso, Soyo-chan? 

- A lo que voy es que me has dicho que tu corazón late de manera rara por mí desde niña. Entonces, te vuelvo a preguntar, ¿por qué no me confesaste tu amor antes de que mis sentimientos por Kano florecieran? Tuviste muchos años para hacerlo

- ¿Y tú me preguntas eso a mí? Justamente tú, que solo te atreviste a confesarle tu amor a Kano una vez que fue demasiado tarde para ti... ¿tú me haces esa pregunta? Tú sabes bien por qué no te confesé mi amor. Vamos, dilo

Un silencio incómodo se hizo presente en la habitación.

Finalmente, la dueña de casa suspiró y dijo:

- Porque tú eras una cobarde... al... al igual que yo lo era

- Yo era una cobarde, al igual que tú. Por eso jamás te confesé mi amor... hasta que fue demasiado tarde y tu amor por Kano floreció. Al enterarme de eso, yo ya no pude hacer nada

- ¿Pero sabes algo? Yo ya no soy más una cobarde, Gumi-chan

- ¿Ah, no?

- No amiga, ya no. Aprendí hace mucho tiempo a no serlo más. Aprendí a que no hay que perder el tiempo ¿Y sabes una cosa?

- ¿Qué, Soyo-chan?

Soyo dio un último sorbo a su taza de té antes de levantarse de su silla y acercarse a su amiga, ofreciéndole su mano para ayudarla a levantarse. Gumi frunció el ceño ligeramente confundida ante el repentino movimiento de la dueña de casa, pero aceptó su mano de todos modos. Soyo tiró suavemente de ella para ayudarla a ponerse de pie y luego la abrazó. Gumi aceptó el gesto con cariño y las amigas se fundieron en un tierno abrazo.

- Soyo-chan... - musitó Gumi.

- Lo que te quería decir, Gumi-chan, es que a mí también me encantaba mucho... - estiró sus palabras la bella Soyo, dando suspenso a lo que planeaba decir.

- ¿A ti también, qué cosa te encantaba mucho? - preguntó Gumi ansiosamente.

- Mira, ¿por qué crees que siempre te seguía la corriente cuando iniciabas aquellos juegos?

- No lo sé, Soyo-chan. Supongo que era porque te gustaba hacer enfadar a Momoe

- Jeje, bueno, en parte era eso. Pero la realidad era que... - la dueña de casa, volvió a estirar sus palabras.

- ¿Qué, Soyo-chan, qué? - Gumi ya no podía soportar más la intriga de su amiga.

- Que a mí también me encantaba poder "tenerte para mí"

- ¿Qué estás diciendo, Soyo-chan?

- Lo que estoy diciendo es que tú también me gustabas, Gumi. Me has gustado desde siempre, desde que éramos niñas, mucho antes de que mis sentimientos por Kano surgieran

- Pero... pero entonces... ¿por qué nunca me dijiste nada?

- Parte de la razón por la cual nunca te dije nada es lo que acabamos de hablar hace solo un momento

- Porque eras una cobarde. Éramos unas cobardes, mejor dicho - corrigió rápidamente Gumi.

- Exacto, éramos - admitió Soyo con determinación, enfatizando el "éramos". - Pero más allá de eso, tú eras la novia de una de mis mejores amigas... por eso decidí guardar mis sentimientos por ti en lo más profundo de mí para evitar conflictos

- Dios... yo era la novia de una de tus mejores amigas... y tú amabas a una de mis mejores amigas. ¡Que lío que era toda esa situación, Soyo-chan!

- ¡En verdad sí que lo era, querida amiga!

Las dos mujeres hermosas comenzaron a reír al recordar los tiempos en que eran más jóvenes y la complicada situación en la que se encontraban. Después de las risas, Soyo fue la primera en hablar:

- Pero ahora, yo ya no siento lo mismo por Kano. Y tú, tú estás soltera. Sé que te has separado recientemente y no quiero apresurar las cosas, pe...

Gumi interrumpió a su amiga Soyo, posando sus labios sobre los suyos. Ellas comenzaron a besarse dulcemente. Era un beso esperado por ambas, finalmente concretado después de años y años de desearlo en silencio, a la sombra de otros amores y relaciones. Solo se separaron cuando la falta de aire se hizo presente en ambas.

- Eso fue... mucho más hermoso de lo que yo hubiera soñado - susurró cariñosamente Soyo.

- Sí, lo fue... - confesó Gumi. - Pero oye, ¿dices que no quieres apresurar las cosas, Soyo-chan?

- Sí, bueno... tu separación y nuestras confesiones de que nos gustamos desde niñas, son literalmente súper recientes, yo no...

- Shhhhhhh, no digas nada más ¿No te parece que ya hemos perdido demasiado tiempo tú y yo? Años amiga, años hemos perdido

- Tienes razón... - admitió Soyo, mientras posaba su frente contra la de Gumi y miraba el suelo de su sala de estar.

- Mírame a los ojos hermosa, mírame - pidió amablemente Gumi.

Soyo levantó su mirada para encontrarse con la de su amiga.

Gumi le sonrió y luego le murmuró algo al oído, con un tono pícaro:

- Tu cuarto se encuentra en la segunda planta, ¿verdad?

- ¿Mi cuarto?

- Sí, tu cuarto. Para que podamos recuperar de una buena vez por todas, el tiempo perdido...

Enamorada de mi mejor amigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora