Antes de que nuestro amor no valga nada, antes de que sea solo un chiste, un montón de recuerdos enredados o una pesadilla, hay tanto que debo decirte, Paul.
No siquiera, ni siquiera puedo pensar en la posibilidad de que alguien más toque tu cuerpo, quisiera que esa expresión pérdida de tu rostro sea siempre solo para mí, aún si esto sea solo hacernos daño, estonse inicio como una ensoñación, un recuerdo dudoso de una noche de juerga, no sé si probé tus labios efectivamente o los deseé tanto que probé el sabor a licor de tu boca y tú tampoco lo recuerdas.
La confirmación de nuestro amor fue cuando nos sorprendió la mañana desnudos en una mugrosa habitación de hotel aunque tampoco supimos bien qué fue lo que pasó, solo el peso de tu cuerpo sobre el mío al despertar y no quisimos investigar más, estábamos avergonzados, al menos yo estaba demasiado avergonzado, tú solo te a preauraste en tomar una ducha y salir de ahí.
Adoraba cuando te sentabas sobre mis piernas y te aferrabas a mi cuello.
Te dormiste en el sofá de aquella casa en aquella fiesta, supongo que no querías que robaran aquella botella de vodka que mantenías sujeta con tus piernas, te la arrebate para ponerme a tono y bebí directo de ella, tenía tu tibieza, el calor de tu cuerpo la hizo tan agradable para mí, despertaste y divertido intentaste quitarme la, yo no cedí mientras me divertía contigo y te la di a cambio de un pequeño beso, un trato que te ofrecí mientras sonreía, tus labios no estuvieron ni un segundo sobre los míos, pero yo me quedé anonadado por la sonrisa de satisfacción que esbozaste al obtener lo que querías.
¿Por qué hice eso?
Las cosas se me iban rápido de las manos cuando te aparecías, las líneas nos ponían eufóricos y contrarestaban lo que nos hacía el alcohol.
¿Por qué dejaste que te hiciera mío tan lentamente?
¿Por qué llenaste mi corazón de ternura?
Había un lugar ardiente por sobre mi esternón solo para ti, para que vieras allí para siempre, pero supimos acabar con todo, nuestra propensión a la soledad, cuando desaparecías y marcabas distancia cuando yo más amor y devoción tenía para ti, cuando tu amor era tanto que el temor hacia que huyera.
No, Paul. Nunca fuimos amigos de verdad, nunca fuimos amigos íntimos ni confidentes y ¿Nos amamos tanto? Qué jamás nos llegamos a conocer. Eras el deseo de mi intimidad y mi cuerpo incapaz de resistirse a tus designios, para ti una marioneta más.
Nunca nos amamos y la única forma de salir de toda esta mierda, sí es que algún día quieres despertar sobrio, si es que algún día quiero dejar de esnifar, es que me desintoxique de tu cuerpo y todo vestigio de mí salga del tuyo y me voy para dejar de desearte, para dejar de hacerte daño.
Cuando estamos juntos somos un desastre y eso es una píldora difícil de tragar.
Por favor, no trates de buscarme porque ni yo mismo sé dónde voy a estar.
Adiós.
Sinceramente tuyo.
Carlos