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─Todavía me parece increíble que tengas auto y yo no ─confiesa Memo, haciendo un puchero. Lionel suelta una risita.
─Algún día vas a tener un auto, Memo.
─Ese es el apoyo que necesito ─exclama Memo riéndose solo─. Mis padres y Karla creen que no soy lo suficientemente responsable para tener un auto ─murmura Ochoa, frunciendo el ceño.
─Deberías darles razones para que te consideren una persona responsable entonces.
─Supongo ─murmura Memo, observando detalladamente el masculino perfil de Lionel. Cómo de sencillas serían las cosas si el chico no fuera la cosa más virginal que Memo había conocido en su vida. Debía admitir que, con el tiempo, se fue dando cuenta de que Lionel realmente era una persona muy bella. No solamente tenía un gran atributo ahí abajo, sino que también tenía una linda sonrisa y unos ojos encantadores. Ochoa podía admitir sin temores que le gustaba... pero el chico probablemente moriría de la vergüenza si se lo decía, y ni hablar de darse un beso o algo parecido.
Así que las cosas eran más complicadas de lo que se veía a simple vista.
Incluso había hablado con Andrés acerca de su reciente y nuevo gusto por Messi, pero Andrés siempre le decía que no perdía nada con intentar confesarse.
Al parecer sus padres tenían razón, pues Ochoa no era fanático de cargar con responsabilidades demasiado pesadas, y salir con Lionel implicaba darle tiempo de acostumbrarse a la situación y hacerle entender que no debía cohibirse por cualquier cosa... Y Memo no contaba con paciencia suficiente para estar en una situación en la que Lionel fuese su novio y no poder tocarle o hacer con él lo que en sus fantasías se presentaba con tanta frecuencia.
