𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐀𝐥𝐩𝐡𝐚 [𝐋.𝐒]

𝟏𝟏

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Fue una gran sorpresa, todo en este día era una gran sorpresa para Harry y su Omega .

—Vaya, mi amor, no puedo creer lo que el doctor nos acaba de decir —Dijo Harry aún sin poder creer lo que había escuchado.

—Yo tampoco mi amor, yo tampoco me esperaba esa gran noticia —Dijo el Omega sujetando el brazo del Alfa.

Aún no podían creer en serio lo que les habían dicho, necesitaban más cosas entonces.

Tal vez Louis y Harry estaban equivocados al respecto con su cachorro, no era simplemente un gran y gordito cachorro como ellos veían.

No, de hecho habían tres pequeños cachorros en el interior del lindo Omega ojiazul, en el vientre de Louis crecían tres pequeños seres.

Tal vez Harry tenía una muy buena puntería, ahora tenían que comprar más cosas para los tres cachorros que venían en camino.

Ahora tendrían que contarle la noticia a sus padres, tenían que saber que venían trillizos en vez de un solo cachorro.

Y a pesar de eso, ambos estaban más felices, venían tres hermosos seres a su vida, y les emocionaba tener tres pequeños seres en sus vidas.

—Bien, mi amor, ¿Te parece si vamos al centro comercial a comprar más cosas? —Dijo Harry pasando su brazo izquierdo a la cintura de Louis.

—Está bien Alfa, tenemos que comprar más cosas, con esa cuna que compramos no alcanza para los tres —Dijo Louis haciendo una mueca de decepción.

De hecho, la noticia de que esperaban trillizos les había caído como un balde de agua fría con hielo. ¿Quién se esperaría que Harry tuviera muy buena puntería?

Aunque también les alegraba los corazones, Louis ya podía comprar trajes iguales para sus bebés. Y lo primero que quería hacer era disfrazarlos de ositos, técnicamente disfrazarlos de su padre Alfa.

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—¿Que te parece está, cariño? —Dijo el Alfa tocando una de las cunas.

—Creo que es perfecta, aunque a dos de ellos les va a tocar compartir cuna —Dijo Louis rascando su nuca.

—No importa, tesoro, podemos comprar otra cuna para el otro bebé —Dijo Harry acercándose al Omega de vientre hinchado.

—Corazón, pero ya estás gastando mucho dinero en todo esto —Dijo Louis sintiéndose avergonzado.

—Pero que dices, mi amor, eres mi Omega y madre de mis cachorros, además como lo estoy diciendo, MIS cachorros, yo puedo gastar todo lo que yo quiera en ellos. Merecen una vida feliz, y cada uno merece su cuna —Dijo Harry abrazando al Omega.

—P-pero Ha-Hazza, y-ya parezco t-todo un mantenido —Dijo Louis comenzando a sollozar.

—Mi amor, no eres un mantenido, recuerda que esos pequeños también son míos y tú eres mío. Yo gasto todo lo que quiera en mis amores —Dijo Harry acariciando con cuidado el vientre del Omega.

—P-pero c-ariño... —Harry puso uno de sus dedos sobre los labios del Omega.

—Mi amor, calma, tú osito se hará cargo de cuidar a su Omega y a sus cachorros —Dijo Harry dándole un beso en la frente a Louis.

Harry jamás se molestaría con Louis, si quiera le molestaba el hecho de lo sensible que estaba el Omega.

A pesar de todo, eran los cambios de humor del embarazo, a veces Louis estaba feliz sin saber el motivo, otras veces lloraba porque si, otras veces de enojaba porque escuchaba una mosca volar, y así.

Harry amaba a su bolita de cambios de humor, una hermosa bolita hinchadita de pequeños cachorros en su interior.

Harry limpio con sus pulgares las lágrimas de Louis, y luego le dió un corto beso en los labios.

Tal vez Louis tenía demasiados cambios de humor, pero su mejor remedio para eso eran los besos y mimos de Harry. De su Alfa.

Harry paso la yema de su pulgar por los delgados labios del Omega, esos labios que amaba besar.

—Mi amor, mi bolita de amor, por favor cálmate y relájate un poco, no eres un mantenido y jamás lo seres, todo lo hago por nuestros lindos cachorros —Dijo Harry nuevamente acariciando el vientre de su Omega.

—E-está bien mi amor, prometo calmarme un poco —Louis hundió su cabeza en el pecho de Harry, oliendo el dulce aroma del Alfa, ese aroma que amaba demasiado.

A ambos no les importaba si estaban en medio pasillo, Harry le daría todos los mimos necesarios a su Omega en dónde sea si éste los necesitaba.

Y Louis amaba recibir los mimos de Harry, no había nada mejor que un Alfa mimador y cariñoso.

Harry era todo lo que Louis quería.

Y Louis era todo lo que Harry quería.

Ambos tenían esa conexión tan fuerte, que nadie dudaría que ellos son pareja, si quiera necesitaban suficientes muestras de afecto para darse cuenta. A simple vista eran la mejor pareja de todas.

Louis solo froto sus ojitos con la manga de su suéter y se quedó viendo a su Alfa. Harry por su parte estaba viendo las cunas, incluso probando si estás eran capaces de resistir su peso.

Harry no dudaría en meterse a la cuna si alguno de sus cachorros lo quería cerca en algún momento.

Louis miraba tan enamorado a su Alfa. Su Alfa de color rosa.

Ese Alfa que lo enamoró hace años atrás y del que siempre estaría enamorado. Al único que su corazón pertenecía y al único al cual le daría todos los cachorros que este le pidiera.

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