𝔇𝔯á𝔠𝔲𝔩𝔞

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Notes:

Este episodio contiene violación, asesinatos, genocidio, sangre y escenas de violencia explicita.



Mi vida ha sido muy larga, una eternidad para ser honesto. He vivido en una realidad en la que apenas he sido capaz de acariciar las semillas del amor, ¿Qué es el verdadero amor?. Puedo pensar solamente en algunas imágenes o personas cuando pienso en esta cosa llamada amor.


Aún recuerdo las palabras suaves y gentiles de mi madre, susurrándome al oído frases que me hacían sentir cálido y amado. A diferencia de mi padre, ella siempre fue amable y dulce conmigo.


Tal vez era porque fui su único hijo o porque era el único rayo de luz en su vida.


Lo sabía por la forma en la que me miraba y la calidez que su mano tenía al acariciar mis mejillas o mi cabello azabache que siempre cuido y peino, gracias a ella encontré el estilo que tanto me gustaba. Mi padre era muy diferente.


Mis padres eran vampiros de sangre pura, se unieron para seguir con el linaje noble, la cual después sería la que me declarara "conde" debido a mi ascendencia, la cual no conocí del todo, solo a mis padres, pues mis abuelos murieron siglos antes de mi nacimiento.


Tal vez antes se amaban, pero desde mi nacimiento ambos se odiaban, eso se debía más a mi padre, el cual era cruel y desalmado conmigo, era un logro para mí que mantuviera una conversación conmigo, me despreciaba... Al contrario de ella.


Su cabello negro, suave y lacio siempre se deslizaba entre mis dedos cuando ella me cargaba sobre su pecho helado.


— Eres mi más grande tesoro, amor mío... Eres lo único bueno que existe en mi vida —, me susurraba al oído con calidez.


Sentía su mano acariciar mi espalda o mi cabeza, aquello me hacía sentir seguro y confortable, sabía que en sus brazos no podría caer ni salir dañado.


Sus labios dejaban escapar canciones suaves y melodiosas mientras que me mecía en sus brazos de un lado a otro con lentitud.


Era mi momento favorito del día, dónde conseguía descansar después de estar todo el día con papá.


Por un momento podía estar alejado del entrenamiento y enseñanzas crueles y sanguinarias para estar en el cielo, sus brazos eran tan suaves como el cielo, o eso pensaba yo.


Ella había discutido con él al respecto, pero después de algunas décadas dejó de insistir.


Nunca se lo dije, pero ella también era la luz de mi vida... Y jamás podré decírselo.


Fue cazada por un cazavampiros cuando cumplí 89 años, en ese momento seguía teniendo el tamaño de un humano de quince años.


Lloré su muerte, ya que ella decidió dejarnos escapar, recuerdo que por primera vez mi padre sugirió quedarse en su lugar para que ambos escapáramos.

Entre Lujuria y SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora