Capítulo VI

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Ese mismo día.

Izuku y Katsuki habían llegado a la enfermería unos minutos después de que el cenizo se tranquilizó completamente por los ronroneos de su omega, la enfermera seguía siendo la misma, para sorpresa de Katsuki y la mujer por supuesto que no tardó en reconocerlo también antes de darle su buen regaño por seguir metiendo a otros en problemas hasta que el mismo Izuku le explicó que no había sido Katsuki si no él mismo el que era un imán de problemas.

—Los destinados los están haciendo a medida del otro ¿o son ideas mías? —Cuestionó Chiyo al aire mientras negaba levemente, ya había terminado de limpiarle el labio al pecoso, pero debía tener la historia detrás de ese golpe.

—Eso mismo preguntó Masaru-san —Comentó Izuku de manera pensativa antes de ver hacia Katsuki. —¿Eras un imán de problemas, Kacchan?

—No, él era los problemas en sí —Respondió Chiyo primero que Katsuki quien frunció el ceño hacia la mujer. —No me mires así, solía tenerte aquí por lo menos de dos a cuatro veces al día y demasiadas veces a la semana, ya fueras tú el lastimado o alguien más —Le recordó gratamente. —Por eso no me sorprendería que eso volviese a pasar ahora. ¿Estás en el último año, no Midoriya?

—Así es, Chiyo-sensei —Respondió Izuku con un asentamiento corto.

—Qué bueno, porque si no el gobierno los terminará separando cuando vea que el problema está buscando más problemas —Comentó Chiyo y suspiró antes de alejarse de la camilla del  pecoso. —Ya váyanse a almorzar y espero no verlos de nuevo por aquí hasta dentro de algunos días.

—No prometo nada, anciana —Pronunció Katsuki con seguridad, ayudando a Izuku a bajarse de la camilla. —Vamos Deku, hora de comer.

El primer comentario del cenizo le sacó un suspiro hondo a la anciana quien sabía que no era una amenaza si no una advertencia, esperaba que no se cumpliera por lo pronto. Katsuki estaba seguro de que los problemas apenas comenzaban, era su primer día y ya había visitado la enfermería, estaba seguro que para la segunda hora terminarían visitando la dirección y vería al nuevo director, así que simplemente no se preocupó y siguió su día como si nada. Llevaba a Izuku agarrado por la cintura, rodeándolo con sus feromonas para mantenerlo tranquilo y mantenerse tranquilo también puesto que el sólo hecho de que el pecoso estuviera bañado en sus feromonas era suficiente para no tener que preocuparse por el hecho de que algún alfa se le acercara.

Ambos chicos llegaron a la cafetería y tomaron sus charolas para dirigirse a tomar su comida, Katsuki le dijo explícitamente a Izuku que tomara lo que quisiera comer y que no se preocupara por la cuenta, que si lo veía tomar algo que no le agradaba del todo sólo por el precio, le iba a rellenar él mismo la charola con lo que le gustara y lo que no también, Izuku se quejó por la amenaza, pero aun así tomó lo que quería tal como Katsuki le ofreció, viendo al alfa hacer lo mismo antes de ir por su jugo y por la cuenta de todo, Katsuki no dejó que Izuku viera el recibo, simplemente pagó todo en efectivo antes de tomar su comida e irse a sentar con su destinado a una mesa que no estuviera ocupada por nadie más para no ser molestado por ningún extra, quería comerse su almuerzo a gusto.

—Yo podría-

—Negado, Deku —Interrumpió Katsuki sabiendo lo que su omega iba a decir, se negaba a dejarlo pagar nada con los ahorros que tenía y que sabía, eran para una convención de superhéroes que Izuku había visto hacía meses atrás, al menos eso fue lo que su suegra le contó a modo de secreto, así que no lo dejaría gastar ni un solo yen.

—Pero Kacchan-

—Sin peros Deku, come que se te hará tarde —Volvió a interrumpir Katsuki con calma.

La leyenda sobre los destinados [KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora