Mundial

753 89 2
                                    

Can’t Stop Us!!!

“No es como caes
Es como te levantas
Lucha, empuja, pelea duro
Eso es todo lo que se, que está bien”
Can’t Stop Us Now –
Pitbull feat Zac Brown


Día 1. Mundial

Ya era para todo el mundo conocido su extraña rivalidad.

Cada cuatro años era lo mismo, se hablaba de cómo México y Argentina esperaban encontrarse en la cancha en algún encuentro, pero según las estadísticas era poco probable que pasara en cada Mundial.

Aun así, las hinchas hablaban de una sobre la otra, se pedía a gritos siempre un enfrentamiento entre ambas escuadras y así demostrar quien es la mejor.

Cada una llevaba una historia que contar.

México era un país que su fútbol había generado varios trofeos oficiales. Su historia estaba plagada de sobresalir incluso en la Sub-17, Sub-20 y Olimpiadas.

Argentina tenía al mejor jugador del mundo, tres copas mundiales y la mejor hincha.

Cada uno contaba su historia.

Y siempre se pedía que se la contarán al resto.

Ambos equipos conllevaban una rivalidad que caía en los clásicos, siempre había peleas en las gradas y en la cancha, siempre uno de ellos salía perdiendo y se pedía volver a verse las caras para la revancha.

Pero, de unos años para acá, esa rivalidad se redujo a sólo dos jugadores.

El portero Memo Ochoa.

El delantero Lionel Messi.

En el mundial del 2026, el último para ambos, la sed de ganar los había llevado a buscarse en algún juego, ambos equipos peleaban con garra y entrega, no dejándose vencer por nadie, logrando que llegarán a la gran final.

De los 48 equipos participantes sólo habían quedado dos.

Y pronto uno se coronaria como el máximo campeón.

Esa rivalidad trascendió hasta las gradas, días antes del encuentro ambos países se tiraban hasta las sillas expresando su deseo de que el equipo contrario perdiera.

Ya no era por el fútbol, por la Copa o por ser el mejor equipo del mundo.

Esto ya era por honor.

Por el honor de su portero y su delantero.

Y es que ellos habían tenido sus roces años atrás.

Todo comenzó en un partido amistoso, Lionel Messi tenía el balón listo para llevarlo a su portería, la defensa había hecho lo posible para marcarlo pero se había llevado a tres quedando solo él y Ochoa.

Se acercó bastante a la portería, Lionel quiso tirar pero Ochoa con destreza se arrastró para quitarle el balón de las piernas logrando que Messi cayera al pasto dando varias vueltas.

La jugada fue contradictoria desde el principio, Messi decía que era falta del portero para marcar un penalty, mientras el árbitro asistente marcaba que había sido una jugada limpia.

Ochoa lo quiso ayudar a levantarse después de que el árbitro central indicó que siguieran jugando, pero Messi le quitó la mano con un fuerte manotazo, Memo se molestó , se dijeron de palabras y se dieron empujones.

Casi llegaron a los golpes.

Y no había juego en el que ambos no terminarán peleando.

Ya solo se buscaba que ambos se encontrarán para que la afición se prendiera y buscará un espectáculo digno. Se buscaba el fútbol y ganar, pero siempre deseaban que estos dos se encontrarán cara a cara para demostrar quien era el mejor.

México tenía al mejor portero del mundo.

Argentina tenía al mejor delantero de la historia.

El juego estaba por el minuto 75’ cuando una barrida por parte de un defensa había dejado el balón en las manos de Ochoa.

Messi se levantó respirando agitado mientras se hacía el despeje en un juego muy parejo, digno de final.

Ambos se vieron los rostros.

Ambos vieron la rivalidad de años.

Y también vieron el final de esa historia.

Después de esto cada quien tomaría su rumbo y jamás volverían a verse en un juego.

Era triste y a la vez muy emocionante.

Eso Ochoa lo sabía, tantos años peleando y hoy llegaba a su fin.

Sonrió.

Sonrió porque era una emoción nueva, ya que el juego estaba por terminar, pronto se decidiría al ganador.

Y ellos se dirían adiós después de tantas peleas, rivalidades y buen juego.

Ochoa comenzó a caminar a lado de Messi separados por una distancia considerable, ambos no habían dejado de mirarse en todo ese instante. Messi se dio cuenta que el portero le mostraba la emoción de dar un buen cierre.

De decir adiós.

De dejar todo por la paz.

Ambos caminaron hacia el frente logrando que ambos se unieran justo en el medio círculo, uno al lado del otro.

Ochoa lo despeinó y le dio una palmada en la cintura.

Messi le palmeo la espalda y siguió su camino.

En ese gesto habían hecho las paces después de años.

Dejarían que el mejor del mundo fuera decidido por los goles.

Aun cuando ninguno se iba a dejar vencer.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Can't Stop Us!!! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora