Celos

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Can’t Stop Us!!!

Día 6. Celos

Hay unas cuestiones muy curiosas en los equipos de fútbol.

Compañerismo, amistad e incluso rivalidad.

Las personas somos una mezcla de matices de diferentes colores, algunos son buenos.

Otros no tanto.

En la vida futbolistaca de Lionel Messi ha encontrado muchas cosas de las que podría hacer historias completas.

Pero siempre había un factor común.

Los celos.

¿Románticos?

No, celos en el campo de fútbol.

No hace muchos años decían que la rivalidad entre él y Cristiano Ronaldo rayaba en celos por el talento del otro, pero la verdad es que a Lionel jamás le importó lo que dijeran de él y no creía que fuera algo real.

Sin embargo, jamás estuvo excento de esa clase de rumores.

Le pasó cuando estaba en el Barcelona, temían tanto de su talento en la cancha que se llevó varios golpes y lesiones sólo para dejarlo fuera de juego y así el equipo contrario ganará.

Desde narices rotas, algunos desgarres, fracturas y golpes.

Él lo sabía, sabía que esa clase de celos era peligrosa, pero fingía que no era consciente de eso.

Él podía soportar esta clase de situaciones; desde que era un niño que jugaba en una cancha de tierra había estado expuesto a que la grandeza de la que unos están hechos opaque la luz de los demás.

Nadie quiere estar debajo de nadie.

Pero no todos aspiran a ser de los mejores.

A veces las luces se opacan ante el talento de alguien más porque no sabes cuidar lo que es tuyo y solo ves lo que hay alrededor de los demás

Tiene mas goles.

Tiene mas trofeos.

Ha ganado mas copas.

Corre más rápido.

Defiende el balón de mejor forma.

Muchos pelean a través del trabajo duro y otros tienen una estrella que los protege.

Pero eso no quita que para Lionel no haya sido duro y difícil, no quita el hecho de que tuvo momentos en el que como persona dudo incluso de sus capacidades.

La vida no es fácil y no todo mundo sabrá por lo que has pasado para alcanzar lo que has obtenido.

Lionel podía soportar eso y vivir con ello.

Pero jamás ¡Jamás! Permitiría que se lo dijeran a Guille.

Había gente mal intencionada, eran más cuando empezaba a demostrar que sus capacidades lo habían llevado a Europa, cuando demostraba que era uno de los mejores, de su talento y entrega.

Guillermo era el primer portero mexicano jugando en las ligas europeas.

Y nadie podía negarlo.

Fue así que los mensajes y comentarios no se hicieron esperar.

Que ya era mayor.

Que ya no servía para portereear.

Que era lento.

Una coladera.

Y un largo etcétera.

A Lionel le podrían decirle lo que quisieran, le valía una chota, pero nadie se metía con Guille.

Su pareja siempre le decía que ignorara esos mensajes mal intencionados, la gente es buena para hablar pendejadas.

Pero ese tipo de comentarios que escondían los celos de las personas que jamás lograrán algo como lo que Guille ha alcanzado, hacían que le hirviera la sangre.

Sin importar lo que le dijera Guille, el lo defendería.

Incluso de sus detractores.

Fue así que un día viendo una publicación en Facebook —algo que casi no usaba— veía las reacciones de “Me divierte” en una publicación de Memo siendo anunciado como el mejor portero del mundo.

Uno de los mejores.

La gente empezó a hacer comentarios, algunos de apoyo y cariño.

Los demás eran cosas sin sentidos, sarta de pavadas, estupideces y demás.

Sintió que se le calentaba la cabeza.

En medio de su furia se le ocurrió una idea, así que abrió un perfil que tenía años que no usaba y como si de un adolescente se tratara, comenzó a pelear con los que comentaban esas cosas.

Lionel no ganaba nada haciendo esto, solo que su coraje disminuyera hasta darse cuenta que era una estupidez pelear con esa gente que no entendía nada de fútbol.

Que no entendía que era estar bajo presión. 

La entrega.

Las ganas de sobresalir.

El dolor del cuerpo.

La derrota.

El sufrimiento de sentirte insuficiente.

Las personas esconden sus celos de la grandeza en comentarios mal intencionados

Eso se dijo a sí mismo al ver que aumentarían y aumentarían sin importar lo que él dijera.

Era un cuento de nunca acabar.

Suspiró pesado cerrando la publicación en su celular arrojandolo lejos de él.

En ese momento Guille se sentó a su lado.

Le sonrió.

—Ya vi lo que estas haciendo.

—Lo siento.

—¿Por qué lo sientes?

—Actúe cómo un pibe.

—Esta bien. Por eso no les hago caso, lo malo siempre se seguirá multiplicando entre más caso le hacemos, al igual que lo bueno. Por eso prefiero publicar las muestras de apoyo que me dan, me hacen sentir mejor.

—Eres mejor persona que yo.

—No, no lo soy. Somos lo mismo, seres humanos que se equivocan y sufren por lo que dicen del otro.

Lionel suspiró.

—Déjalos que se sientan celosos. Jamás tendrán lo que nosotros tenemos.

Lionel volteo a ver a Guille que le sonreía.

Lo que nosotros tenemos.

Encerraba muchas cosas.

Sea a lo que sea que se refería, dejaría que el hate se cocinara en el jugo de sus celos hasta extinguirse.

Nadie tendría a un Guille como él.

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