Zona segura

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Ya es el momento :D

Nota: Mención leve a temas de índole delicada, favor de proceder con precaución.

El apetito de Emil parecía ser normal, ya que se había terminado toda la comida sin problemas, dejando apenas un par de migajas salpicando los platos

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El apetito de Emil parecía ser normal, ya que se había terminado toda la comida sin problemas, dejando apenas un par de migajas salpicando los platos.

—¿Estás satisfecho? ¿No quieres comer algo más? Creo que vi un par de galletas de vainilla en la alacena— cuestionó (T/N), recogiendo la vajilla y los cubiertos para llevarlos a lavar.

Él negó con la cabeza. Bañarse y tener el estómago lleno ciertamente lo habían hecho sentir mucho mejor, pese a que todavía padecía de un leve hormigueo en sus extremidades.

—Entiendo, iré a dejar esto a la cocina, vuelvo en un momento.

La chica dió media vuelta para retirarse, y Emil observó con gran atención la puerta por la que había salido. No era ciego, pero apenas consiguió serenarse notó de inmediato esas horribles cicatrices que estampaban la garganta, los tobillos y las muñecas de ella.

Quería preguntarlo, pero las palabras no salían de su boca, simplemente se sentía incapaz de cuestionar el origen si eso conllevaba recuerdos dolorosos.

Era difícil.

Simbad fue capaz de notar su inquietud, por lo que con ayuda de Aladdin y Alibaba consiguió tomar uno de los cuentos del escritorio, en particular aquel que dejaba ver en la cubierta los nombres de los tres.

El libro fue dejado sobre el regazo del varón, y éste lo abrió con gran cuidado y timidez, obteniendo una increíble ilustración de colores pastel que dejaba lucir un barco en medio del mar. Una de las cosas que Emil más adoraba eran los colores luminosos y vibrantes, nada raro tomando en cuenta que a lo largo de su vida, sólo había conocido desasosiego, crueldad y oscuridad, por lo que se abstuvo de leer y siguió pasando las páginas.

Un genio de un anillo y un genio de una lámpara de aceite, un séptimo navío destrozado por un naufragio, y una mula cargada con leña y costales de oro.

Miró a los muñecos y los tres le sonrieron, después se acurrucaron junto a él y le hicieron ademanes de que podía continuar viendo el libro de cuentos.

A los pocos segundos (T/N) volvió, y Emil casi saltó de la cama al verse descubierto.

—Lo… lo siento, no debí…— murmuró con torpeza, tal y como lo haría un niño recién regañado.

—Está bien, puedes leer si gustas.

Le sonrió tan delicadamente que el pobre se encogió en su rincón y desvió la mirada, sintiéndose un poco penoso por la invitación. La chica se sentó en la orilla de la cama y reconoció al instante el libro, lo que hizo que su sonrisa luciera aún más luminosa.

—Esas tres historias eran las favoritas de mi padre. Supongo que por eso ellos tres están aquí para ayudarme— comentó ella, acariciando con dulzura las cabezas de la tríada de muñecos.

Identity V - Don't Leave Me (Emil × Reader × Ada Mesmer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora