"A los alfas no les interesa tu placer. Solo quieren que gimas como una perra cuando profanan tu cuerpo."
.♡.
HongJoong, un reconocido diseñador de modas de Corea del Sur, anda en busca de una nueva musa par...
—¿Entonces, irás conmigo? Vamos, no quiero ir solo a Gangnam —volvió a insistir MinGi, un colega del medio que por alguna razón decidió adoptarlo como su mejor amigo hace 3 años en un desfile de Balmain al que fueron invitados. Pero la verdad, es que a HongJoong no le apetece salir de su casa a esas horas de la noche.
—No tengo ganas de pasar el rato con una señorita de compañía Song —objetó.
—Suelo inspirarme cuando salgo un rato. Anda, acompáñame.
Kim, dejó salir una bocanada de aire mientras dejaba de lado la copa de vino que se encontraba agitando de un lado a otro dudoso.
Song Mingi llegó a su casa con el objetivo de sacarlo de su zona de confort por al menos una hora. Le apetece visitar un lugar para pasar el rato, pero no quiere ir solo ¿Y qué mejor que llevar a su mejor amigo con él a pasarla bien?
Insiste con eso de que tal vez la inspiración de Kim vuelva estando unas horas fuera de sus cuatro paredes ¿Y por qué no?, tener sexo también.
—Sé que no me dejarás en paz ni en la tumba ahora que te metiste en la cabeza sacarme de aquí —hace un puchero disgustado antes de levantarse del sofá e ir a su habitación a ponerse una chaqueta que disimule la facha del pijama que lleva puesto.
MinGi se quejó del aspecto que cargaba tan pronto puso un pie en la sala y al molesto artista no le quedó de otra que cambiarse los pantalones para no escuchar las quejas de Song.
Era más que evidente que llevaba puesto un pijama y ni de coña saldría con él así. En seco le espantaría la conquista de esa noche.
Llegaron al club pasado una hora y media gracias al tráfico, pero ni eso quitó el optimismo de Song que hacía notar su emoción con una sonrisa "discreta."
Kim supone que en el lugar se encuentra "un alguien especial" que se muere por ver.
Es más que evidente. Además, no es la primera vez que su amigo le va a buscar para pasar el rato en algún bar o club porque tiene un objetivo de por medio.
Gold Club tiene por nombre aquel lugar ostentoso impregnado de aromas al que fue a parar esa noche.
Las personas bailaban y bebían disfrutando de la música. El primer piso se estaba empezando ambientar por lo visto.
MinGi, contagiado por la energía positiva del ambiente, le agarra la muñeca a su invitado para arrastrarlo a la Zona V.I.P. mientras se mueve al ritmo de la música atravesando el gentío de la pista de baile para llegar al fondo del pasillo de la izquierda que tiene una escalera custodiada por un guardia de seguridad.
El hombre de mirada juzgadora que lo escaneó de arriba abajo los dejó seguir su camino luego de que MinGi cordialmente tuviera un estrechón de manos con este. Pensó que aquel comentario bago de su colega: "Pasaremos sin problemas" era otra de sus mentiras, pero aparentemente sí es amigo del dueño del local después de todo.
"La Zona Roja" es otro mundo y HongJoong, en sus 30 años de vida, nunca estuvo en un lugar tan obsceno y liberal como ese. Había sido invitado muchas veces a lugares así, pero prefería quedarse en las pistas porque siente que los polvos que surgen de ahí tienen más emoción .
Tal vez esté equivocado.
Los omegas atractivos tanto del género femenino como masculino atienden la clientela V.I.P coquetamente, pero eso no fue lo que llamó la atención Kim, sino aquellos individuos en la "Zona Red" que deslizan sus cuerpos por aquellos tubos de acero con un vestuario revelador que no deja nada a la imaginación.
MinGi, le presentó un hombre llamado Namjoon que les obsequió un par de botellas de vodka para deleitar las papilas gustativas un rato. El hombre carismático terminó siendo el dueño del lugar, y por ser la primera vez que viene a su negocio se propuso brindarle a Kim una grata estadía.
MinGi, es como un hermano para Namjoon, y el ver como este aprecia a el alfa que trajo como invitado le basta para tratarlo como un cliente especial.
Kim HongJoong no es cualquier individuo ante los ojos de muchos diseñadores y personas del medio.
Namjoon objetivamente lo vé como un cliente "especial con mucho potencial" por su estatus social. Además, todos siempre vuelven por más.
—El show de tu favorito comenzará pronto —el alfa de tez bronceada avisó viendo a MinGi con picardía—, la misma zona de siempre te está esperando. Tu amigo —ahora le dirige la mirada a HongJoong antes de darle un sorbo a su martini— puede tener una zona si lo desea ¿Qué dices HongJoong? Hoy regresó a laburar una de mis estrellas y puede que disfrutes verlo...
Kim, tras aquella propuesta desvió su mirada un momento a la Zona Red.
Ya está en ese lugar ¿Por qué no ir un rato?
—No veo por qué no. Iré a darle un vistazo a tus estrellas —accede algo inquieto.
Posiblemente no dure mucho en el club, pero vivirá esa experiencia visual por curiosidad.
MinGi, pasado unos minutos tomó la iniciativa de ir a la Zona Red, un sitio que muchos podrían describir como atrayente.
Aquellos lugares "privilegiados" nombrados V.I.P. en la Zona Red son tres espacios que se encuentran conectados a el escenario principal. Dichos espacios poseen un sillón curvado de cuero negro que se encuentra rodeado de una cortina roja y un mini escenario teibolero en el centro.
HongJoong, se encuentra en el sillón del medio mirando por la abertura que une la cortina como la luz roja se intensifica y los reflectores apuntan el gran telón rojo del escenario.
El ritmo lento de la música hizo que el ambiente se torne ansioso. Los vítores de los hombres, en su mayoría, delata la popularidad de aquellos individuos con poca ropa que salieron coquetos del gran telón.
Son malditamente atractivos y eso nadie lo puede negar. Aquellos omegas de aura sensual empoderada son exquisitos y no por nada les conocen como la Santísima Trinidad de Gold.
YunHo, Irene y SeongHwa.
No todos tienen la oportunidad de presenciar sus espectáculos de cerca, y si corres con suerte, de tocarlos.
SeongHwa estuvo un par de meses ofreciendo ese privilegio por razones económicas y se arrepiente de haber tomado aquella decisión.
Administrarse no es algo que haga con frecuencia en su vida. Aprendió chupando penes escuálidos la lección e intentaría usar un poco mejor su cabeza para manejar sus finanzas y no quedar endeudado.
Por mientras, bailaría esa noche como nunca festejando el haber vuelto a el mundo que le vio crecer artísticamente.
El mundo que llena su espíritu y ganas de vivir la vida.
Su querido cliente especial de la noche jamás le olvidará...
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