CAPITULO 2 - KURO

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CAPITULO 2 "KURO"

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Mi nombre es Shiro. Tengo 19 años y estoy en segundo año de preparatoria. Vivo en un pueblo situado en las afueras de la ciudad. Tanto mi hermano, Hiroshi, como yo nacimos y crecimos aquí. Desde que nuestros padres fallecieron en un accidente hace varios años, hemos dependido el uno del otro para seguir adelante. Agradecemos a nuestra tía, quien nos cuidó y mantuvo durante algunos años, hasta que Hiro mostró interés en la casa de nuestros padres y decidió mantenerla, lo que nos permitió ser más independientes. Él me pidió que lo acompañara, y pensé que sería una buena idea.

Y si lo ha sido. Ha resultado no ser tan malo vivir con él. A veces puede ser serio y enojado, pero entiendo que hemos pasado por muchas cosas que nos han hecho más comprensivos. Sin embargo, a veces siento que todavía necesito el cariño que mi tía me brindaba, un cariño comparable al de una madre. Ella es tan conmovedora y reconfortante que aún acudo a ella cuando me siento mal. Shiro es muy frío. Intento hablar con él sobre las cosas, pero se pone de una manera incomprensible, como si también le doliera, aunque no responde de esa forma, sino de manera cortante. Eso me molesta, ver cómo piensa que yo podría ser igual que él, alguien fuerte y rudo. Yo intento serlo, pero simplemente no puedo.

A pesar de todo eso, intento dar lo que puedo a las personas, porque eso me reconforta y me hace sentir mejor: ayudar, nada más.

A pesar de todo eso, intento dar lo que puedo a las personas, porque eso me reconforta y me hace sentir mejor: ayudar, nada más

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Faltaban escasos minutos para las ocho de la mañana, y aquí seguía acostado. HIro ya debió haberse ido, mencionó que tenía que presentar su trabajo en la universidad y no estaría disponible durante toda la semana.

La luz se filtraba a través de las cortinas de mi ventana, obligándome a abrir los ojos. Sabía que era hora de levantarme y prepararme para ir al colegio. Me preguntaba si Hiro me había dejado algo de comida. Mi mañana era prácticamente igual a la de cualquier otra persona: levantarme, bañarme, arreglar las cosas, cambiarme, desayunar y salir en un tiempo máximo de 40 minutos. Sin embargo, últimamente me estaba llevando más tiempo del debido, lo cual me estaba causando problemas. No hacía nada realmente interesante.

Me levanté de la cama para ordenarla, uniéndo las puntas de las sábanas de extremo a extremo y doblando las cobijas. Serví mi café, bien caliente, mientras miraba al vacío pensando en qué haría el resto de la semana, aparte de ir al colegio. Mi hermano se había ido, así que tendría que distraerme con los estudios. O tal vez podría ir a visitar a Tía Tamara.

El agua de la ducha empezó a mojarme, los vidrios a mi alrededor se empañaron y mi respiración se aceleró. Eso me preocupo. 

Shiro: Mierda, olvidé mis medicinas.

Tuve que salir medio empapado para tomar las píldoras que me habían recetado. Aproveché la situación para secarme y cambiarme de ropa. Observé la hora mientras me recostaba en un sillón de la sala. No sabía qué esperaba, ya era hora de irme, pero aún tenía ganas de quedarme un poco más.

Cicatrices - (Furry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora