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Nota inicial

Me gusta pensar en un Inosuke, más maduro y no tan infantil, perdón por mis Ooc.

Palabras: 1,156

El aroma de la comida de Aoi, flotaba en el aire y su hambriento estómago estaba volviéndose loco

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El aroma de la comida de Aoi, flotaba en el aire y su hambriento estómago estaba volviéndose loco. Ella le había dicho que aguardará y no sea impaciente, pero no podía hacer mucho cuando se trataba de las delicias que preparaba esa chica.

Habían pasado un par de años desde aquel día en el que ella le había regalado ese plato de comida para que el dejara de robar y desordenar su cocina y por extraño que pareciera, él había dejado de molestar a la joven y termino por ayudarla a conseguir ingredientes para platillos aún más deliciosos y por esto, terminó haciéndose más cercano a ella, así que probablemente no lo regañaría si se presentaba en la cocina unos minutos antes.

Lo pensó una última vez y terminó convenciéndose de ir y ya. Mientras corría por los pasillos de la finca, el aroma se intensificó y con ello, también llegó el aroma a hierba buena que caracterizaba a la chica de coletas.

La vio desde la entrada de la cocina y ella estaba de pie frente a la gran cacerola con una de sus manos revolviendo la comida y la otra sobre su cadera, entonces camino sigilosamente, pero no sabía que hacer para no molestarla, así que decidió meter su cabeza en el espacio entre su brazo y su cadera, dejando solo su cabeza visible.

Ella se asusto por un momento, pero al verlo solo pudo reír, ese chico en serio no tenía límites.

—Oí, Inosuke ¿Quieres probar? —preguntó ella, observando solo su cabello.

Inosuke, feliz movió su cabeza y la miro con sus ojos brillantes de anticipación.

—Dame... —pidió con una enorme sonrisa.

Aoi, movió su cabeza burlándose de él y lo soltó para que se acercará al pequeño recipiente que ella había llenado con caldo. Lo vio beber todo el contenido con obvio placer  y ella sonrió al notar que era de su agrado.

—Esta delicioso —dijo casi encima de la estufa —, dame más.

—Solo espera unos minutos, las verduras aún no están listas. —respondió, mientras lo movía de su lugar para acomodarse.

Inosuke, observó cómo lo alejaba con pequeños empujones, pero quería estar ahí y se lo iba a decir, sin embargo justo cuando tomo su brazo, alguien más entro a la cocina cortando de raíz su conversación.

—Señorita Aoi, ¿necesita ayuda? —cuestionó el joven kakushi, observando a Inosuke de reojo.

Aoi, lo pensó por un momento, pero antes de poder hablar, Inosuke la tomo de la cintura en un fuerte agarre que la dejó totalmente sonrojada.

𝚅𝚎𝚛𝚍𝚎 𝙰𝚣𝚞𝚕𝚊𝚍𝚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora