Un nuevo día comenzó con los resplandecientes rayos del sol, cayendo sobre unas cortinas blancas dando paso a la luz que caía mediante delicadas líneas brillantes hacia unos castaños cabellos rebeldes que se removían de vez en cuando, escondidos finalmente por una manta para que minutos después se dejaran ver unos ojitos somnolientos que se ocultaban tras unas pequeñas manos.
–Mmm... – Se quejo ligeramente el pequeño niño entre las sabanas que le otorgaban calor, disfrutando aquel momento unos segundos mas para luego abrir los ojos, encontrándose con el techo arriba suyo que no recordaba ni reconocía – ¡¿Eh!? – Rápidamente se sentó dejando todo su sueño atrás, mirando para todos lados recordando donde estaba poco después, soltó un suspiro aliviado dejando a su pequeño corazón mas tranquilo pero una pequeña punzada de miedo se instalo en este al verse solo en una habitación.
Apartando las sábanas salió de la cama observando detenidamente su alrededor, carente de cosas y limpio, recordó aquellas sombras que dejaban impecable el lugar donde había sido dejado, preguntándose si las volvería a ver, recordó quien las hizo aparecer, quien le había sacado debajo de la lluvia, abrigado y llevado a un techo solitario, pero de alguna manera cálido.
"Como sus manos"
Pensó mientras tomando valentía camino silenciosamente a la puerta medio abierta no tan lejana de la cama, tomo el pomo abriéndola un poco, asomándose viendo que no había nadie en el corto pasillo a lo cual salió más confiado hasta llegar a donde recordó estar en un inicio, la sala. Apretando el polo que llevaba avanzo temiendo no encontrar al mono que se había detenido a por el, estuvo a punto de sollozar hasta que noto que se encontraba recostado en un sofá durmiendo plácidamente, su angustia se disipo al instante, dio pequeños pasos hacia su dirección viendo curioso la apariencia del demonio que yacía aun entre sueños, alzo su mano para dar en una mejilla de este pues aquel pelaje le parecía suave pero la aparto de inmediato al percibir que comenzaba a despertar de lo cual no tardo mucho, dejando ver aquellos ojos resplandecientes que les transmitía calidez.
–Buenos días pequeño, ¿Qué tal tu noche? – Pregunto el mayor tomando asiento y estirándose.
–Mmh... – Respondió temiendo no ser la respuesta que quería, no es que deseara no hablar, simplemente no sabía cómo comenzar, su corazón se acelero al ver como el de pelaje alzaba una mano hacia su pequeño cuerpo, cerrando los ojos con fuerza espero algún golpe mas recibió una suave caricia sobre su revoltoso cabello.
–Si no deseas responder, no lo hagas niño, no pasa nada ¿Bien? – Alzo la mirada encontrándose con una cálida sonrisa.
Todo el frio que lo rodeaba comenzaba a desaparecer
Al de terminar de desayunar algunas frutas en un silencio cómodo, ambos terminaron sentados frente a frente en un sofá por petición de Macaque quien estaba ansioso por como acabaría aquella charla, su cola se movía de un lado a otro constantemente lo cual llamaba la atención del pequeño de vez en cuando pues igual miraba al mayor con atención quien tomo valor tras dar un pesado suspiro.
–Bueno, veras no tuvimos la mejor presentación de todas... – Comenzó mirando al niño con ligeros nervios, el no trataba con ellos y no sabia como actuar normalmente con uno – Ya sabes, te traje aquí y... – Paro de hablar al ver como su contrario ladeaba la cabeza con confusión, volvió a soltar un suspiro ahora frustrado – Lo que quiero decir es... Mi nombre es Macaque, Six-eared Macaque y como veras no soy un humano como tú, pequeño – Movió su cola visiblemente para el menor – Pero eso no quiere decir que te hare daño... ¿No te hecho daño, no? – Pregunto con una media sonrisa, recibiendo varias negaciones de cabeza – ¿Quieres decirme tu nombre? – Volvió a preguntar suavemente, quedando ambos en silencio unos segundos, cuando Macaque estuvo a punto de abrir la boca se callo al ver como el niño mordía ligeramente su labio.
–M... Mk – Susurro apenas audible, pero siendo captado por el mono.
-¿Mk? Eso suena mas como un apodo... ¿No recuerdas tu nombre, pequeño? – Hablo con cuidado observando como el niño apretaba su polo con ambas manos y negaba con ojos acuoso, generando una ligera opresión en el pecho de Macaque.
Su cola se movió inquieta, no sabia que hacer exactamente ahora sus pensamientos estaban alborotados, una parte de él le decía que no era su responsabilidad hacerse cargo de un niño que no conocía que le traería problemas, que sería un problema más, pero la otra le decía que tenia que cuidar al indefenso niño, que si el no lo protegía nadie más lo haría. Toda aquella batalla estaba dentro de su cabeza mas todo pensamiento se detuvo al escuchar un sollozo, rápidamente alzo la mirada para encontrarse con la escena del pequeño Mk derramando amargas lagrimas que intentaba inútilmente detener con sus manitas. No basto mas para que sus instintos actuaran de manera involuntaria.
Cuidar. Proteger. Cachorro.
–Perdón no quería hacerte daño pequeño – Dijo suavemente a la vez que rápidamente se acercó a Mk, envolviéndolo en sus brazos, meciéndolo y dejando caricias sobre aquel alborotado cabello – Perdón, perdón... lo siento mucho... – Sintió como una pequeña mano apretaba su ropa, el corazón de Macaque se oprimió al escuchar como se intensificaba el llanto y fue cuando comprendió que Mk no solo lloraba por olvidar su nombre, sino porque estaba desahogándose.
Tan pequeño, tan solitario, tan roto.
–Esta bien... no te contengas pequeño, no pasa nada – Mk abrazo por completo a Macaque, aferrándose como si los fueran a separar – Déjalo ir... estas a salvo... no permitiré que nada te pase – Consolaba sobando la espalda del infante. Permaneciendo así hasta que el llanto pasara a simples lagrimas y finalmente sollozos, no importaba el tiempo, no importaba que se hiciera tarde, solo importaba que el dolor cesara, aquel dolor que quisiera portar por el niño, que aquel inocente ser no merecía. – Hey.. niño – dijo después de un tiempo el mayor, sin dejar de mecerlo – ¿Te gustaría quedarte conmigo? – Pregunto finalmente, ya había tomado una decisión.
Mk se tensó, ¿tener un hogar? Claro que quería, pero aun había una duda en su cabeza.
–Como... ¿Cómo una familia? – Su voz sonó rasposa, su garganta dolía, pero no lo detenía.
–...Como una familia. – Contesto sin dudar. Entonces Mk se separó un poco del mono sin romper el abrazo para mirarlo con una sonrisa iluminada por las lágrimas que volvían a caer, ahora de felicidad pura.
–¿En-enserio? – Volvió a preguntar
–Totalmente, niño – Hablo Macaque con una genuina sonrisa al ver como Mk no dejaba de sonreír y que nuevamente lo volvía a abrazar con fuerza.
Una resplandeciente sonrisa
Una vez más sintió como se separaba el niño, confundido miro como este mantenía su pequeña mano alzada con el dedo meñique arriba y una mirada seria en sus ojitos.
–¿Lo juras por la garrita del monito? – Dijo con determinación arrugando ligeramente sus cejas, dando un aspecto tierno a los ojos del mayor, quien dejando a su orgullo de lado alzo su mano igualmente.
–Ja, lo juro por la garrita – Tomo contra su meñique el de Mk.
–¡Del monito! – Casi grito intentando no formar una sonrisa.
–Del monito... – Hablo rendido Macaque con una sutil sonrisa, aquel niño era persistente, aunque nuevamente se vio envuelto en otro abrazo, mas calmado y lleno de felicidad. Probablemente las cosas de ahora en adelante no serían fáciles, tenía muchas cosas que resolver ahora con un nuevo integrante en su dojo pero no era algo que le desanimara, si, tendría que esforzarse bastante por el. Por aquel pequeño cachorro que llego a su vida pero estaba seguro que no costaría nada si podía ver aquella resplandeciente sonrisa.
Tan resplandeciente como el sol
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Saudade |Shadowpeach|
FanfictionMacaque, en plena "redencion" por sus acciones, comenzo a ser confiable para todos, quizas algún que otro roce con cierto mono de piedra, ciertamente nada fuera de lo común. Si su presencia hacia feliz a Mk, podría soportarlo. Pero todo se va cuesta...