Capítulo cuatro

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Promesas

-Hola pequeña ¿Cómo va todo con nuestro hijo?
-Largo de aquí
-Calma no pasa nada, ten en cuenta que debes ser amable sabes que para mi no es difícil matar a ese niño y hacerte otro
-Ni te atreves alejate de mi
-No sería mala idea tenerte aquí por más tiempo, podemos decirle a Andrea que perdiste al bebé- cuando Romina escucho eso sintió que su bebe se movía y que tenía quizá tanto miedo como ella.
Al tiempo que Mark se acercaba a ella su miedo avanzaba más rápido y derrepente no había nada sólo silencio y oscuridad.

Cuando Romina recobró la conciencia lo primero que hizo fue tocar su vientre y descubrió que su bebe ya no estaba y comenzó a sentir dolores físicos y sentimentales. Lloro y mucho no sabía donde estaba hasta que noto que había regresado a su antigua habitación fea y pensó que todo había sido un mal sueño.
Su puerta se abrió de nuevo y entró Andrea con su bebé en brazos.

-Mira a mi bebé que lindo es
-Es mío déjalo!
-Estas loca eso es mentira es mío
-Ya pronto te irás y seras solo un tonto recuerdo no te volveremos a ver
-Si me voy me llevo a mi hijo
-Tu no tienes hijo por que nació muerto- Romina sintió como su cuerpo pesaba pero con todas sus fuerzas se levantó y camino hacia Andrea quien le mostró al bebé y ella logró notar que sus labios eran azules y no rosas y que sus ojos estaban cerrados comenzó a llorar y a gritar no sabía que gritaba pero lo hacía
-Se van a arrepentir de esto van a pagarlo muy caro- diciendo eso le arrebató el niño a Andrea y salió corriendo de la habitación no sabía de donde sacó fuerzas pero lo hizo y cuando estuvo fuera de la casa se dio cuenta de que era absurdo pues eran todos árboles al rededor se acurruco en uno y lloro abrazando a ese pequeño ser que le había dado a su vida una razón para continuar, lloro tanto y se quedo dormida o inconciente.

Cuando despertó regreso a su pesadilla otra vez estaba en la fea habitación y Mark estaba sentado en una silla esperando que despertará.

-Vaya pense que habías muerto
-Largo de aquí!
-No tengas cuidado ya podrás irte, Andrea no te quiere más aquí
-¿Dónde esta mi bebé?
-En algún camión de basura de la ciudad- eran unas crueles palabras pero al menos no estaba en esa casa cerca de ellos, ese pequeño niño estaba en otro lugar y hasta la basura era mejor que esa casa.

-Mark- dijo Andrea entrando a la habitación
-Dime querida-
-Matala ya y ven a dormir conmigo- Los ojos de Romina se pusieron como platos y en ese momento se dio cuenta que eso era mejor y que estaría con su bebé de nuevo, la muerte era mejor que estar en esa casa.
-Claro querida en un momento te alcanzo- ella se retiró muy tranquila y se disponía a esperar a Mark en su habitación.
- Bien Romina vas a morir- le apunto a la cabeza -tus últimas palabras puedes decirlas- la chica cerró sus ojos
-Te veo en unos momentos bebé- y se oyó un disparo que rompió el silencio que se encontraba ahí.
-¡Maldito bastardo!- Romina sintió miedo pero no dolor cuando abrió sus ojos estaba Mark tirado con un balazo en la cabeza y Andrea le apuntaba, en sus ojos se notaba un odio enorme y no sabía si correr o quedarse ahí, Las dos sonaban a estupideces.
-¡Lárgate! Ya no quiero verte más- Romina supo que era la oportunidad de salir correr y correr para jamás volver a ver a esa mujer que estaba loca pero no entendía que había pasado con ella. Salió y no volteó atrás sólo decía para ella misma que iba a vengarse de lo que le habían echo lo haría y eso iba a ser la razón por la cual iba a seguir viva, Andrea iba a pagar lo que le había echo a ella y a sí bebé y Mark ya tenía lo que se merecía el infierno y aunque le hubiera gustado que pagará más eso le bastaba por el momento.
Cuando llegó a la carretera creía que todo iba a estar bien que iba a llegar con la señorita Anne y le contaría todo lo que habia vivido. Recordó cuando entró a la oficina de la señorita Drue y encontró entre muchas cosas una nota en el expediente de Bonnie que decía:

A los 16 años lo que uno desea es una fiesta no un bebé se que Dios lo va a cuidar y ojala me perdones pequeña Bonnie.

Y recordó a su bebé y que ella a sus ya 16 años si lo quería y lo extrañaba mucho. Comenzó a caminar por la carretera y ningún carro se detenía a ayudarla, sus pies estaban pesados y ella muy cansada, quería dormir, quería bañarse y sobre todo quería abrazar a su bebé, cuando la noche por fin cayó se acercó acercó un árbol y decidió quedarse ahí y al día siguiente continuar su camino de vuelta a la casa hogar.

Despertó en un cuarto aun peor que el que tenía y ahí comenzó su nueva pesadilla.

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⏰ Última actualización: May 29, 2015 ⏰

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