Prólogo

1.3K 42 1
                                    


Mi padre siempre decía que los tesoros van llegando a lo largo de la vida. Más tarde o más temprano, siempre acaban llegando a ti. Que todos tienen, solo hay que ser capaz de distinguir su especialidad.

Nunca llegué a entenderlo, hasta ahora.

—Ferrari's boy treasure—

— Charlotte, debemos hablar. — Me senté en la cama al lado de mi novia, quien me miraba expectante con un especial brillo en los ojos.

— Yo también lo creo, Charles. — Notaba como una pequeña sonrisa asomó por su rostro, asentí confundido.

Esta era la parte más complicada de todo el proceso; Confusión, Duda y Aceptación. Finalmente había aceptado que no estaba enamorado de Charlotte Siné, y por mucho que me doliera, era lo que sentía. No podía estar con una persona que sintiese lo que yo no siento por ella, sería engañarle a ella y engañarme a mí. Que aquella chica diese todo por mí y en cambio yo no fuese capaz de darle ni una miseria.

Durante mucho tiempo estuve pensando en el momento y en la manera de decírselo. Dejar atrás una vida que has mantenido durante 3 años junto a la mujer que pensabas que era la indicada, y no solo tú, si no todo el mundo, es bastante difícil de hacer a un lado.

Dejar tu vida ya formada por una desconocida. Sin nuestro apartamento, sin nuestras rutinas, sin nuestra compañía.

Esta temporada estaba siendo bastante difícil para mí, como también para el equipo. RedBull nos sacaba bastantes puntos de diferencia respecto al campeonato de pilotos como en el de constructores, y Ferrari trabajaba sin descanso para que "La era RedBull" terminase de una vez por todas. Y con equipo, también me incluye a mí, donde me he pasado más tiempo en Italia y en los hoteles que en mi propia casa junto a ella, la había dejado completamente de lado por mi trabajo sin darme cuenta.

Ella en el fondo lo comprendía, no estaba contenta con la situación, aun que de vez en cuando venía a visitarme a las prácticas en Maranello y pasar el día juntos, antes de que ella tuviera que volverse a Mónaco por sus eventos y compromisos.

Los primeros meses lo podíamos sobrellevar, solo nos veíamos los findes de semana donde aprovechábamos todo lo que podíamos para estar juntos. Pero conforme ha ido pasando el tiempo, sus visitas a Italia han sido menos frecuentes debido a sus obligaciones como estudiante de arquitectura y su trabajo.

"El trabajo". El trabajo nos ha asfixiado tanto a los dos que hemos dejado que nuestro amor se vaya con él.

Y aun que no quisiese, ya era algo irremediable.

Amaba a Charlotte con todas mis fuerzas. La conozco desde que éramos niños que no sabían ni nadar ni montar en bicicleta. Mis padres han sido amigos de sus padres de toda la vida, prácticamente. Nunca voy a olvidar las palabras que repetidamente decía mi madre. " Yo quiero a Char para mi Charlie, estoy segura de que terminarán juntos y harán una bonita pareja. " Todos siempre reían ante sus comentarios.

Básicamente, todo el mundo nos veía destinados, y en cierto modo, lo estamos y lo estaremos siempre.

Salí de mis pensamientos cuando sentí como me agarraba la mano dulcemente y se preparaba para decirme algo.

—Charlie yo...—

Antes de que pudiera seguir hablando la interrumpí. —Char, antes de que digas nada quiero que me escuches hasta el final y no me interrumpas, por favor.

Note como la chica se puso rígida ante mis palabras, pero decidió hacerme caso y aguantó hasta que acabé.

— Pues verás, desde hace unos meses he estado pensando demasiado. Los dos sabemos que no estamos en nuestro mejor momento, que nos pasamos la vida más distanciados que juntos, y creo que eso, por lo menos a mí, me ha pasado factura.

Ferrari's boy treasure ~ Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora