¿ꜰᴀᴄᴛᴏʀ? 1/2

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Nunca le habían atraído los hombres, ni siquiera le había pasado por la cabeza estár con uno alguna vez, tampoco llegó a tener dudas de su sexualidad en la adolescencia, para él su heterosexualidad nunca estuvo en duda, bueno, hasta ahora.

Sabía como se sentía el estar enamorado, como eran todas las etapas por las que pasaba cuando alguien le gustaba, siempre fueron chicas de su edad o más jóvenes que él, femeninas y amables.

Cuando una chica verdaderamente le gustaba, siempre estaba nervioso y con el corazón a mil, no lograba hilar las ideas y se trababa mucho cuando hablaba con ellas, solía sonreír sin sentido, cosa que sus amigos solían señalarle porque era tétrico.

Pero esta vez era muy diferente, esta vez no era una mujer por la que sentía todo eso, era por uno de sus nuevos compañeros de equipo, un compañero que no solo le llevaba 15 años, si no que recién conocía.

Cada vez que el delantero francés le dirigía la palabra no podía evitar sentir su corazón bombear más rápido, solía quedarse callado un buen rato para poder pronunciar las palabras sin trabarse, se sonrojaba cuando se comportaba de manera cariñosa, que era muy normal para el resto del equipo, pero ni Andrés Guardado se ponía así con él.

No le podía sostener la vista mucho tiempo sin que le comenzaran a sudar las manos y el nerviosismo se comenzara a apoderar de sus cuerpo, y todas esas sensaciones le comenzaban a preocupar, no era normal todo lo que sentía, no con un señor de 37. Pensaba en cómo sería de novio, cómo actuaría estando enamorado, pensaba en lo bonito que sería estár en una relación con él y compartir momentos dentro y fuera de la cancha, disfrutar su cuerpo y que el disfrutara del suyo, quería descubrir ese lado tan oculto de Gignac.

Pero lo que más le preocupaba no era la edad, podía lidiar con eso, con lo que no podría seguir adelante, era con el constante deseo sexual que lo envolvía cada vez que veía al francés.

Se imaginaba a sí mismo besando los tatuajes que adornaban su piel, moriendo un poco para que los demás vieran que tenía dueño, imaginaba como sería André en la intimidad, si sería fuerte y rudo o más tierno y cuidadoso. Cómo sería ser besado por esos labios rodeados de esa barba tan bien cuidada que lo hacía querer sentirla por el cuerpo.

Le preocupaba estár así en vestidores, cada vez que se cambiaba no dejaba de desviar la mirada a dónde estaba el mayor, mordía sus labios cuando sentía el short del uniforme apretarle y maldecia internamente cuando tenía que salir empalmado a los partidos.

Había apreciado el cuerpo de otros hombres similares a los de Gignac, pero solo con él se disparaba su imaginación, y el libido no lo dejaba pensar en otra cosa que no fuera en ponerse de rodillas y hacerle la mamada de su vida cada vez que el mayor salía totalmente desnudo y con solo una toalla tapándolo de la cintura para abajo, dejando a la vista su zona V deseando pasarle la lengua a todo su abdomen y bajar hasta esas endiduras tan deliciosas a la vista.

En estos momentos se encontraba en su nuevo cuarto de hotel, sintiéndose jodidamente culpable por pensar así, por estár haciendo lo que en ese momento hacía, por estarse masturbando con fotos de André que tenía en su celular.

No era la primera vez que lo hacía, la primera vez fué cuando lo vió después de un entrenamiento, sudando, jadeante y con esa expresión tan caliente que no se pudo detener a memorizar ese rostro y plasmarlo en su mente más noche.

🌕

"¿Y si te digo, no me juzgas?..."

🌑

ㅡ ¡No mames, Diego! ㅡ Le gritó Córdova mientras se levantaba de golpe de la silla sin dejarlo terminar la oración.

𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬 •  Lainez x Gignac Donde viven las historias. Descúbrelo ahora