ᴅɪꜱᴄᴜʟᴘᴀꜱ

1.1K 74 166
                                    

"¡Eyyyyyy!, tira aquí, wey"

"¡Ya!, ¡Cállate el hocico, puto!"

🌑

Minuto 69', los segundos cambios del partido de Tigres vs América se habían anunciado, entrando Nicolás Ibáñez y llevándoselo a él a la banca.

Salió farfullando y diciendo incoherencias relacionadas a la mezcla de enojo y tristeza que había en él. Dió todo lo que pudo en el partido, esfuerzo que al parecer no había valido la pena por ese 0-1 en el que iban perdiendo. Se dirigió a la banca con un hueco en el pecho y un nudo en la garganta, dejándose caer en el asiento.

Tomó agua, aún no procesaba lo que había ocurrido, no fué solo el tener sentimientos encontrados por enfrentarse al equipo de sus amores, tampoco porque sintió que su esfuerzo fué en vano, si no porque su novio le había gritado en pleno partido.

Había mandado un pase que le quedó muy largo al francés y éste le respondió con un grito que no se esperaba para nada, la adrenalina del momento hizo que le contestara de la misma forma, jugando el resto de los minutos totalmente frustrado.

Cuando llegó el medio tiempo no tenía ganas de verlo, llegó a los vestidores, se quitó rapido la camisa y el corpiño ignorando que el francés lo veía directamente, sentía una molestia en la pierna, la excusa perfecta para no tener que convivir con el francés en los vestuarios. Se sentó a un lado de Córdova, quién rápido notó su molestia, no quiso decirle nada, pero a la vez le dijo todo, le hizo una mueca señalando con la cabeza al francés, el tabasqueño rápido entendió a lo que se refería y simplemente asintió con una mueca.

Después de la plática de su DT por estár perdiendo, a la cual ni siquiera había prestado atención, no cuando el francés estaba sentado frente a él viéndolo directamente, salió lo más rápido que pudo a la cancha y fué al minuto 69' dónde anunciaron su salida, ahora se encontraba sentado en la banca evitando las cámaras a toda costa.

La frustración y la tristeza lo estaban consumiendo, quería apartar su mente de las palabras o más bien, gritos que le había dedicado su pareja, desde que iniciaron su relación jamás lo trató mínimamente agresivo, a la contra, cuando el francés estaba de verdad enojado lo solía agarrar a besos y abrazos toda la tarde hasta que se le bajara un poco el malestar, caso contrario a lo que acababa de ocurrir en la cancha.

André de verdad no había medido sus palabras ni la forma en la que le había hablado a Diego, se había dejado llevar por la frustración de no poder anotar nada y acabó desquitandose con su pareja sin pensar en nada de lo que podía hacerle sentir.

Las lágrimas amenazaban salir por sus ojos ya cristalinos, no debía, la afición creería que lo hacía por estár perdiendo contra su ex equipo, aunque preferiría que creyeran eso en lugar de saber que el factor Lainez era un bebé sentimental que si su novio le hablaba feo se ponía a llorar.

Vió la oportunidad perfecta de escapar al segundo gol en contra, se levantó de golpe y se dirigió a los vestidores fingiendo molestia. Cuando llegó al lugar se dejó caer en su cubículo y dejó salir todo lo que sentía mientras se quitaba el uniforme de jugador, sonaban pucheros y uno que otro reproche entre dientes a la vez que sorbia su nariz, detestaba sentirse así, sentía su corazón apachurrado y demasiadas ganas de echarle las cosas en cara, pero sabía que no valdría la pena, que el mayor le contestaría con un simple "Fué parte del juego", pero no, él nunca aceptaría que su novio le hablara de otra forma que no fuera llena de cariño.

Estaba tan sumergido en su llanto y en pensar en los gritos del francés que pegó un mini salto cuando un carraspeo bastante fuerte sonó desde una esquina captando su atención.

𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬 •  Lainez x Gignac Donde viven las historias. Descúbrelo ahora