Narra Heung-min
— Que lo disfrutes - fue lo último que me dijo la mesera para marchase y dejar todo mi pedido en la mesa.
Hoy era domingo.
Mi día de "descanso".
No lo sentí para nada un descanso, era aburrido y agotador. No por el hecho de no hacer nada, sino por el hecho de no poder hacer nada. No me gustaba no estar ocupado con algo, porque significaba pasar más tiempo conmigo mismo, y no era lo que más prefería en el mundo.
Me gustaba estar ocupado, y mantener todos mis pensamientos malos fueras o opacandolos con otras cosas. Odiaba los fines de semana, me pasaba los dos días deseando que el lunes llegase para volver al jardincito y ver a mis alegrías.
El día de hoy igual, sentí una motivación para poder hacer sigo distinto de estar encerrado en mi deprimente apartamento. Además ya me estaba sofocado estar ahí y no poder parar de recordar el pasado. Entonces me decidí por ir a desayunar algo en algún lugar y ponerme a leer un libro.
Pero igual no pude alejar mis pensamientos...
Intente sumergirme más entre las páginas del libro entre mis manos pero era totalmente inútil. No lograba entender de comprender una oración completa, y no hacía más que releerla unas cuantas veces.
— ¿Heung-min?
Al escuchar mi nombre, levante la mirada por encima del libro. No me había imagino poder verlo a él.
Pero ahí estaba.
Cristián Romero.
Me miraba desde arriba con una pequeña sonrisa en sus gruesos labios. Hoy estaba solo. No vi a la pequeña Maia por sus alrededores, me pregunte donde estaría, o más bien con quien. Esta última semana de clases Cristián seguía llegando tarde y era la única persona que venia a buscarlo o de la que la pequeña me hablaba.
— Cristián... Hola - lo salude cerrando mi libro e incorporandome bien en la silla.
También en esta semana él había insistido que dejase de tratarlo como usted, y que lo llamase por sus nombre de pila, cosa que me deje de negar y simplemente acepte. Tal vez me estaba relacionando más de lo que debía con el padre de unos de mis alumnos.
Cada día al llegar tarde insistía con querer llevarme hasta mi casa, y yo terminando de igual forma cediendo, pero siempre le terminaba pidiendo que me dejase algunas cuadras atrás.
— ¿Todo bien? - me preguntó.
— Si... - respondí - ¿Tu todo bien?
— Si, todo bien también.
— Me alegro... ¿Quieres sentarte? - señale el asiento delante de mi.
— Si, gracias - aceptó sentándose.
— ¿Y Maia?
No pude evitar preguntar.
— Esta con Karen... - respondió algo distraído mirando sus alrededores.
¿Karen?
¿Quién era Karen?
Jamás la había escuchado nombrar...
¿Será su madre?
¿Será la esposa de Cristián?
Sentí una extraña sensación al pensar en eso, y por impulso dirigí mi mirada hacia el su dedo anular, pero no había ningún anillo en él. No parecía tener indicio de estar casado.
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Felicidad... 《CutixSon》
Romance¿Podemos ser felices con tan poco? ¿Podemos ser felices con tanto fracaso? ¿Podemos ser felices con tanta mierda al lado? ¿Podemos entender realmente lo que nos hace felices? Heung-min hace mucho tiempo que no sentía una duradera felicidad. Solo t...