III

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Dos años después.

Pansy observaba como Draco se movía nerviosamente por la estancia, y si era sincera, también la estaba poniendo de los nervios, ella veía como él modulaba constantemente, como si estuviera muy enfadado, Merlín, ella apostaba lo que fuera de que Draco estaba realmente enfadado, solo que ella ya se había acostumbrado a eso.

Draco constantemente estaba enojado, fastidiado o exasperado con ella, así que últimamente se limitaba a verlo despotricar con ella guardando silencio, al principio su enojo la hacía sentir realmente mal, pero con el paso del tiempo eso dejo de importarle y a decir verdad ya ni siquiera lo escuchaba.

— ¿tan siquiera me estás poniendo cuidado? pregunto con el ceño fruncido mirándola con irritación.

— no realmente, Dracocontesto sin ningún remordimientopero de todas formas, dudo mucho que me hayas dicho alguna cosa que no supiera ya.

La respuesta de Pansy, al parecer toco un nervio en Draco que se paso desesperado las manos por el rostro.

— no puedes seguir con esto, Pansy— le dijo intentando calmarse— dentro de poco cumplirás veinte años, no puedes seguir escondiéndote de la sociedad.

Pansy apretó la mandíbula con enojo, ella no se estaba escondiendo del resto del mundo... o tal vez si, eso ya no importaba, de todas formas fuera de allí nadie la extrañaba o algo parecido.

— Draco, ¿es que te molesto aquí?— pregunto y Draco cerró los ojos al borde de un colapso.

— no, no y no, me niego— dijo masajeando el puente de su nariz— no vamos a hacer esto otra vez, Parkinson. No voy a jugar contigo a la victima, he sido paciente contigo, lo entendí el primer año, pero en ese entonces tenías diecisiete, es hora de que salgas al mundo real.

Y dicho eso salió y azoto la puerta, dejándola sola y sumida en la oscuridad de su habitación.

Pansy soltó un suspiro y se tiro en la cama, ¿en serio era tan malo que ella no quisiera salir? No había nada allí afuera que le provocara un gramo de interés y ciertamente no tenía mucho de lo cual preocuparse, trabajaba desde casa, Draco se había convertido en alquimista y había comenzado su empresa desde cero, ella solía ayudarlo a menudo y se convirtió primero en algo en lo cual distraer la mente, pero luego se volvió un trabajo para ella.

Y pensar que a sus dieciséis años ella jamás hubiera imaginado trabajar, ciertamente la fortuna que le había heredado su familia le alcanzaba para vivir cómodamente el resto de sus días sin tener que preocuparse jamás por  la falta de trabajo, pero dado el caso que ella no salía debía buscar algo en lo cuál distraerse.     

El accidente de hace dos años le había cambiado la vida, se levanto y se miró en el espejo. En su rostro ya no quedaba rastro alguno de lo que había sucedido, seguía siendo la misma cara bonita de Hogwarts, no podía decir lo mismo de su cuerpo.

Un poco mas abajo de sus hombros, antes de llegar a sus codos tenía las marcas de un látigo, había cicatrizado, pero la cicatriz no había desaparecido y no terminaba allí, si se ponía de espaldas al espejo podía ver las marcas que se trazaban por toda su espalda, todas cicatrizadas pero sin que la cicatriz desapareciera, esas heridas habían sido hechas por serbal, a lo mejor si hubiera sido atendida inmediatamente luego de haberse rasgado su piel no tendría aquellas cicatrices, pero suficiente agradecida estaba con seguir con vida.

Tenía que tener especial cuidado con el tipo de tela que usaba, si bien había pasado tiempo desde que tenía aquellas cicatrices, su piel se había vuelto especialmente quisquillosa; muchas telas le provocaban que la piel le escociera y se irritara y el contacto directo y prolongado con la luz solar provocaba absolutamente lo mismo.

Eso último realmente no molestaba en sobremanera, de todas formas el salir al sol era algo que para nada le atraía desde el accidente, ese último hechizo que habían lanzado contra ella había hecho efecto, dejándola parcialmente ciega. Pero, no del tipo de ceguera que te obliga a usar gafas o lentes de contacto, solo podía ver con "normalidad" los lugares muy poco iluminados, por no decir prácticamente oscuros.

En definitiva parecía un vampiro, el sol le irritaba, no salía, acostumbraba estar en lugares oscuros para no sentirse completamente inútil.

Eso era lo que Draco no comprendía, ¿Qué haría una persona como ella allá fuera? no podía llevar una vida como cualquier otra persona, ¿Qué sentido tenía?

La puerta de su habitación se abrió, dejando ver a una castaña que la miraba con el ceño fruncido y los labios en una línea recta y una charola en la mano.

— ¿sabes? tengo la impresión que cada vez que Draco entra aquí sale mas encolerizado que la vez anterior— le dijo Hermione enarcando una ceja.

— eso no es mi culpa, día tras día él entra aquí aún sabiendo la respuesta— Pansy se encogió de hombros— él es masoquista.

Hermione entro a la habitación dejando la charola sobre la mesa y mirándola fijamente.

— deberías escucharlo— Pansy rodó los ojos, desde que ella había salido de San Mugo, cabe decir que mucho antes de que le dieran de alta, Hermione se había encargado de su recuperación y el cuidado de sus heridas.

— lo que digas, Granger— Hermione suspiro con pesadez, ya sabía ella que si no escuchaba a Draco muchísimo menos a ella.     

En dos años que Hermione la había ayudado, debían admitir que se habían tomando cariño la una a la otra, pero en muchas ocasiones la actitud tan... Pansy de Pansy le crispaba los nervios y le agotaba la paciencia.

Pero, ignorando ese hecho se podría decir que se habían hecho buenas amigas, y aunque no lo pareciera Pansy le hacía mas caso de lo que Hermione creía.

— debo salir— Pansy entrecerró los ojos, ¿le estaba pidiendo permiso o qué?— Teddy vendrá en media hora.

Eso dejo brevemente desconcertada a Pansy.

—¿te felicito?— pregunto enarcando una ceja, Hermione bufo por lo bajo.

— no voy a estar aquí para recibirlo, lo traerá Molly o algún Weasley — dijo encogiéndose— Draco regresará en media hora o menos, y ya que tú eres la única persona aquí...

¿Hermione pretendía que ella se encargará de recibir a algún Weasley y que además se encargara del niño? 

—Hermione, ya te había advertido que algunos de las pociones sueltan vapores que pueden provocar alucinaciones — Hermione le dio una mirada de pocos amigos al tiempo que Pansy sonreía con inocencia.

 — y no solo eso, es muy probable que Harry también venga— la sonrisa de Pansy desapareció.

— de ninguna forma— dijo colocándose de pie.

— no te estaba preguntando, querida— Hermione le guiño un ojo para luego salir rápidamente de la habitación, debía aprovechar antes de que Pansy reaccionara.

Se escucho uno "nos vemos" y cuando Pansy quiso darse cuenta no había nadie en la casa.    

“Hola mi gente linda, mi gente bella, mi gente bonita, ¿cómo estamos? Espero que super bien, gracias por todo el apoyo que le están dando a la historia, los votos y algunos comentarios, quiero recordarles que no soy escritora y no será raro encontrar faltas de ortografía, pero hago todo lo posible para corregirlos.
Mmm, se que el día de ayer debía subir el capitulo, pero ayer era el día de la madre y yo también tengo mamita a quien agasajar, si hay alguna mamita, feliz día dulzura, atrasado pero lo que vale es la intención.
Y también quiero aprovechar de que hoy es el día del maestro, si hay alguno por aquí, feliz día.
Sin más que decir, me despido.
Os quiero.
Muak”

Solo tres semanas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora