Capítulo: dos

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Soobin se despertó con el olor de algo cocinándose

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Soobin se despertó con el olor de algo cocinándose.

Aspiró.

Salsa de tomate. Frunció el ceño. ¿Huening Kai habría vuelto a casa? No. De ninguna manera.

Se sentó, y repentinamente su corazón se aceleró. Se había quedado dormido, con los niños. Los dos hijos de Arin.

― ¿Sunoo?

El bebé tampoco estaba y entró en pánico por un momento, hasta que oyó voces que venían de la cocina, una de ellas era definitivamente de un adulto.

Tropezó en la cocina, parpadeando. ― ¿Sunoo?

― ¡Papi Bin! El hombre hace pizza.

¿El hombre? Miró y sonrió al joven detrás del horno. Mierda, ¿cuál era el nombre del chico? ¿Qué estaba haciendo? ¿Dormir mientras un extraño estaba con sus hijos?

El hombre volvió su atención a Sunoo en primer lugar. ― Es Yeonjun, ¿recuerdas? ― Cuando Sunoo asintió, Yeonjun se volvió hacia Soobin y le mostró una sonrisa ― Parecía que necesitabas descansar, así que pensé en empezar a preparar la cena.

― Yo. Gracias. Dios, lo siento, hombre. ― Se dirigió hacia la cafetera y comenzó a presionar los botones ― ¿Has sido bueno, Sun?

Su hijo, 'su hijo', asintió. ― Uh-huh.

― Ha sido muy bueno y no son necesarias las disculpas, mi nefasto plan está funcionando, estoy demostrando lo indispensable que soy, ahora vas a tener que contratarme.

Eunchae balbuceaba desde su asiento para coches en una esquina, como si estuviese de acuerdo.

― Voy a llamar a tus referencias y el trabajo es tuyo. ―

Necesitaba ayuda y Yeonjun estaba aquí y necesitaba el trabajo.

― Adelante, llámalos ahora, tengo la cena bajo control. ― Las mejillas de Yeonjun se enrojecieron ligeramente ― No es que esté tratando de decirte qué hacer, pero realmente me gusta este trabajo y también parece como si necesitaras que lo obtenga.

― ¿Encontraste todo lo que necesitabas? ― Sabía que su cocina estaba más que surtida.

― Oh, sí, todo está muy bien organizado y en un absoluto orden. ― Yeonjun señaló con la cabeza una mochila en una de las sillas junto al desayunador ― Mis hojas de referencia se encuentran en la mochila, en el bolsillo del frente.

― Gracias. ― Le dio un beso a Sunoo de paso y se rio de Eunchae, que estaba dando pataletas y gorjeaba.

No tardó mucho tiempo en encontrar las referencias y entrando en la sala de estar, llamó a su hermana Eunbi en primer lugar.

― ¿Eunha? Creo que he encontrado canguro.

― ¿De verdad? Oh, Soobin, gracias a Dios. Empezaba a pensar que no lo haríamos. Dime todo sobre ella.

papá, papá y yo ⋆ soojun...𔓘۫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora