Capítulo: seis

166 48 31
                                    

Yeonjun, alegremente, se estableció en una rutina con los niños

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Yeonjun, alegremente, se estableció en una rutina con los niños. Ahora que tenían las cosas que necesitaban y la casa estaba acondicionada a prueba de niños, se sentía como todo un experto en la materia. Soobin trabajaba en horarios muy extraños pero mientras fueran constantes, Yeonjun pensaba que no habría problemas.

Estaba trabajando más de lo que inicialmente acordaron, pero no le importaba, no era como si tuviera una enorme vida social que extrañase por cuidar a Sunoo en las mañanas, así Soobin podía dormir o salir con ellos.

Esta mañana no era diferente. Estaba en un extremo del sofá, con un bebé en una mano y Stephen King en la otra, mientras Sunoo jugaba con sus bloques de construcción, que estaban tirados por todas partes, en medio de la sala de estar.

― ...Déjame en paz, ¡hijo de puta! ― La voz de Soobin se oía por las escaleras, el hombre sonaba completamente furioso.

― Oye, Sunoo, ¿quieres decirme lo que estás construyendo? ― Le sonrió al niño y palmeó el espacio junto a él. Con suerte si hablaba y distraía a Sunoo, este no sería capaz de escuchar a Soobin.

― La casa de mami.

― ...Nunca más. ― En la planta superior algo se rompió. Oh hombre. No sonaba como si las cosas mejorasen con la llamada telefónica de Soobin.

― Parece una gran casa. ¿Cuántas habitaciones tiene?

― La habitación de mami. La habitación de Manchae. Mi habitación. El baño.

― ¿No hay una cocina? ― Necesitaba mantener a Sunoo ocupado.

― No. La casa de papi Bin tiene una cocina.

Soobin bajó las escaleras, su rostro tenía una expresión de derrota.

― ¿La casa de mami no tiene una cocina? ― Le hizo la pregunta a Sunoo, pero estaba mirando a Soobin, arqueando sus cejas a la espera de una respuesta.

Soobin parecía estar a punto de gritar.

― No.

Soobin negó. ― La tenía. Era de color amarillo.

― ¿Por qué no intentas recordarla y así la construyes? Voy a ir a la cocina a prepararle una taza de café a papi Soobin, ¿vale? ― Besó la frente de Sunoo y se puso de pie, Chae seguía durmiendo en sus brazos. Hizo una seña en dirección a la cocina.

Soobin lo siguió hacia la puerta trasera y apoyó la cabeza en la cortina. ― Ese hijo de puta.

― ¿Tu ex? ― Fue su mejor conjetura.

―Quiere la casa. ¡Mi casa!

― Ah. Eso es... ¿Puede hacer eso? ― ¡Qué completo malnacido! ¿Por qué un buen tipo como Soobin había estado con él?

― No, no, pero sí puede fastidiarme y quejarse y amenaza con demandarme y joderme. ― Soobin suspiró ― Alega que era nuestra casa. La diseñé. La construí. Pagué por ella.

papá, papá y yo ⋆ soojun...𔓘۫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora