San Alfil

6 1 0
                                    

Oliver y Art fueron suspendidos en el aire por unas nubes de color negro.

–Disculpen, ¿podrían pelear en otro lugar? Sus gritos asustan a los animales— un hombre de edad avanzada, de cabello y barba gris oscuro, vestido con una sotana y que usaba un pedazo de bamboo como bastón habló. Él era quien los hacía levitar ya que su mano izquierda estaba siendo iluminada con un aura negra.

–¿Los animales?— no se habían dado cuenta de que los sonidos normales del bosque, como las aves o las hojas moverse, ya no estaban; hasta parece que todos los sonidos fueron espantados por los ataques del de blanco.

–No es como que me interese sus pleitos, pero al menos arreglen sus cosas con diálogo, espantaron a los animales y me asustaron a mi, me pudo haber dado un paro cardíaco— bajo a los dos jóvenes y les dio un golpecito en la cabeza con su bastón. –Ahora, ¿qué hacen piezas blancas y negras juntas?... ¿Al fin terminó la guerra?– preguntó ilusionado. Los demás presentes sólo negaron. –Oh... Bueno, algún día pasará— se sentó en el césped, al hacer esto se pudieron ver sus pies descalzos y uno que estaba vendado con telas sucias.

–Se-señor, ¿esta usted bien?— preguntó Steven, el pie vendado se veía algo morado desde los dedos hasta el tobillo y un poco de la espinilla, muy seguramente las vendas ya no eran de ayuda.

–Si, ¿por?— el prácticamente adolescente señaló su herida. –Oh eso, no lo siento ni lo puedo mover así que ya no importa— lo que recibió fue unas expresiones de terror. –Ay vamos, he podido vivir unos... Muchos años con esto, es lo más liviano de lo que he pasado— al subir la manga de su sotana, se pudo ver un tatuaje de la pieza del alfil con una cruz detrás de esta –Ser un cura en el reino negro es una oportunidad grandiosa a la vez que horrible, apenas vean que estas haciendo algo en contra de su biblia, te mandaran matar, y eso pasó, yo no usaba mi capilla ni daba conocimientos de su biblia, ese libro estaba tan modificado a su conveniencia que me daba asco— vio como los demás se sentaban cerca suyo; se alejo un poco de las piezas blancas, aún estaban en guerra, era obvio el temor hacia éstas; por lo que ve, al parecer ningún joven se resiste a escuchar las historias de un anciano, hasta si mismo lo hizo en su niñez y adolescencia.

"Recordaba muy bien esos días; desde joven había tenido curiosidad por las demás religiones, desde la coronación del rey Marcial, el gobernante antes de la madre del rey Adam, solo una era la que tenían y a quienes profesaban otra, los mataban. Desde la católica hasta la budista, sin importar cuál, eran asesinados. Yo nunca estuve en mi capilla asignada, daba todas mis misas en el kiosco o cerca del bosque para estar en conexión con la naturaleza y de todo lo que la evolución y Dios nos ha dado, suena contradictorio pero mi pensamiento es así. No me gusta quedarme con solo una idea; he intentado buscar libros que hablaran de las demás creencias pero la mayoría ya habían sido quemados, solo podía encontrar tales libros a las afueras del bosque o en el reino blanco, claro que la segunda no era la opción más adecuada.
Además de darle misa a los adultos, también les daba clases a los niños; les contaba lo poco que sabía de las otras religiones, y cuando conseguía un libro sobre ello, se los leía todo el día. El padre de uno descubrió eso...

Me persiguieron, me golpearon, lograron quebrarme los huesos del pie. Aunque cada paso dolía hasta el alma, me mantuve corriendo, entre a mi capilla, ellos aprovecharon la madera podrida de ésta para provocar un incendio; lo único que no sabían es que yo conocía un pasadizo que me sirvió de salida. Huí, me vende el pie con pedazos de una camisa vieja, dure 8 años aquí, y seguiré aquí hasta mi muerte posiblemente. Tengo 57 años así que no creo que falte mucho para eso."

Las caras de los jóvenes no tenían precio, creo yo que recordaron a sus abuelos al escuchar las palabras del anciano o no se, solo soy el narrador.

–Creo que me dieron ganas de visitar a mis abuelitos— dijo Bea, lo adivine.

–Yo igual, aunque mi abuela paterna me de un bastonazo, así la quiero— Art pensó en la reacción que podría tener la madre de su padre al verlo, le daría un golpe con su bastón y después le daría un abrazo... Si estuviera cerca de ella, esta ciega así que debería acercarse lo suficiente para que note su presencia.

–Mis abuelas podrían darme un chanclazo y después darme todo un sermón para que busque un trabajo donde me paguen bien — Sus abuelas son parte importante en su familia, en esos momentos difíciles los han dejado quedarse con ellas; desde hace meses que le han pedido a su padre que se divorcie, pero su papá aún tiene esperanza de arreglar su matrimonio, Paulette esta segura de que su madre ya ha de tener otra relación o se está preparando para irse lejos.

–No tengo abuelos, pero tengo unos tíos que están locos y me cuidaron desde bebé, ¿eso les sirve?— preguntó Oliver; su madre murió en el parto y su progenitor no se quiso hacer cargo de él, decía que era una carga y que por su culpa su madre murió, pero para eso tuvo a los hermanos de su padre. No son para nada un buen ejemplo a seguir; un alcohólico, un mujeriego y uno que huye de la ley, pero se siente agradecido con ellos por estar para él desde su nacimiento.

–Si son familiares muy queridos, se podría decir que si "sirven"— contestó el cura.

–Entonces los extraño a ellos, hace meses que no los veo y eso me preocupa, conociéndolos ya han de haber quemado una casa... O mínimo un puesto del mercado Tortoise—

–Quiero visitar a mi mamá y a mi hermana, aunque me sigan molestando con que estudie para abogado, que consiga pareja o que sigan tratándome como un niño— dijo Steven; ser el menor le da ventajas y desventajas.

–... ¿están bien?— se veía a una Bea preocupada, del grupo presente es la única con una familia funcional y normal, de hecho, ella es la anormal en su familia.

–Yo muy bien, ¿y usted señorita?—

–Ay igual señor.... —

–Me llamo Emmanuel, gustó en conocerlos—

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 27, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Jaque MateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora