Capítulo 21

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《 Llegó el día de la tan esperada e intrigante boda del empresario Bang Christopher, con el hijo de un importante magnate ruso; André Nikita.

Gente importante no deja de llegar a la catedral y nos reportan que el salón de eventos está abarrotado. Daremos los detalles de los invitados, los vestidos y las fotos de la gran fiesta. Por ahora, los amigos cercanos del novio vienen llegando y por supuesto y no podía faltar Lee Minho con sus preciosos hijos 》

Christopher apagó la televisión en la habitación del hotel. En menos de una hora debía estar en la catedral para prometerse a André, y Minho ya estaba ahí. Suspiró, hatando el nudo de su corbata.

— André se ve precioso —le hizo saber amable voz de Jun, él lo observó a través del espejo, sin decir nada—. Vamos, Chris, le prometiste a mi hermano que ibas a estar feliz, yo también te quería de cuñado, pero esta decisión es buena para todos.

— A veces uno hace promesas desesperadas —se volvió para verlo, él cruzó los brazos reprendiendole con la mirada—. Vamos, niño, no me mires así.

— Christopher la gente ha puesto sus esperanzas en ti. No hagas tonterías.

— Está bien, no discutamos —aguantó un suspiro—. Mejor ayúdame con mi corbata.

Jun sonrió, acercándose para auxiliarle. Levantó la mirada un momento al escuchar el repiqueteo de la lluvia contra el cristal. Sonrió con gracia.

— Lluvia en verano, ¿qué más podría ser raro en este día?

Minho estaba de pie al otro lado del altar, junto a Lachlan y Jisung serían representantes del novio. Seungmin y Daeyeon estarían a un lado de André.
Cuándo las campanas sonaron, anunciando la llegada de la pareja, no pudo evitar sentir mucho temor.

No lo podía creer... Christopher iba a casarse.

La lluvia de afuera no hacía más que recordarle que él mismo lo apoyó para hacerlo, es más lo había animado y casi obligado para que lo hiciera. Justo en ese momento se preguntaba en qué había estado pensando al hacerlo. Sin embargo, era muy tarde para arrepentirse. No podía evitar pensar en lo guapo que Christopher se veía y en lo perfecto que ese rubio alto era ante sus ojos.

Intentó sonreír al ver a André ser entregado por su padre, Christopher tomó su mano con una sonrisa que, si bien era fingida, al menos era muy bien disimulada. La ceremonia comenzó y tardó lo que habitualmente tendría que demorarse, pero Minho sentía que todo estaba pasando muy rápido y quería alargarla lo más posible. Aunque no podía hacerlo.

Jun apareció por el pasillo, guiando a Sua y Kyu, quienes se encargarían de entregar los anillos a la pareja. Sus hijos se veían perfectos, aunque eran pequeños lo estaban haciendo bien.

— André Nikita, ¿aceptas a Christopher Bang cómo tu legítimo esposo?

— Sí.

Fue muy tarde cuándo André tomó la argolla y pronunció sus votos. Minho no quería llorar, pero las lágrimas amenazaban con brotar, sobre todo cuándo la pregunta ahora fue para Christopher.

— Christopher Bang, ¿aceptas a André Nikita como tu legítimo esposo?

El lugar se consumió en un silencio de inmediato, era como si todos estuvieran aguardando ese momento para averiguar si el rubio iba a actuar inteligente o no. Christopher miró a sus padres por un instante. Observó de soslayo a la gente, a los niños, al sacerdote y a sus amigos. Observó a André, por último volvió levemente la mirada para buscar a Minho. 

— Lo siento —murmuró en su dirección, todos esperaban su respuesta. Minho ya sabía lo que sucedía.

— ¿Bang Christopher? —insistió el orador, el rubio negó suavemente antes de suspirar y soltar la mano de André.

— No puedo hacerlo —le dijl en voz baja, las cámaras se enfocaron rápidamente en ellos—. André, te mereces algo mejor y no soy yo. Puedo prometer que te amaré, pero sería mentira y sabes bien que pensaré en alguien más. Lo nuestro no debe ser, nunca debió ser y nunca la será. No acepto casarme contigo —esto último lo pronunció fuerte y claro para que todos pudieran escucharlo.

El lugar entero pareció aguantar la respiración al mismo tiempo. Minho quiso sonreír, mas guardó la compostura. La gente comenzó a murmurar de inmediato, Christopher se inclinó para tomar en brazos a los niños, bajando del altar.

Al instante en que le dio la espalda, André arremetió contra Minho y le estampó las flores, dañandole el vestido. Minho no pudo defenderse, el novio se le fue encima y tiró de sus cabellos sin piedad, el muchacho apenas podía luchar por su bienestar capilar. Mas dejó de forcejear cuándo cayeron al suelo.

— ¡Prometiste que todo iría bien! —Exclamó André con furia.

Minho intentaba quitárselo de encima. Las lágrimas lo traicionaron cuando André comenzó a llorar primero. Se estaban humillando en público por un hombre que probablemente no merecía a ninguno de los dos. Al día siguiente saldrían los chismes, pero ya no importaba. A nadie le importaba. Lo único notorio era que ni a André ni a él les quedaba algo de dignidad.

Christopher entregó a los niños a sus amigos y se encaminó en auxilio de Minho. Por suerte la gente de André se encargó de ayudar y consolarlo. Él tomó a Minho por las manos y le ayudó a ponerse de pie.

— ¡Lo arruinaste todo, no debiste volver! —Le reprochaba el ruso desde el otro lado del salón, Christopher interfirió para que no volviera a agredirlo.

— Él no tiene nada que ver —suspiró agotado—. Te salvé de un matrimonio falso ¡De nada! —el sarcasmo fue evidente, logrando que el jovencito llorase con más desesperación.

Minho no pudo decir nada, solo  permitió que Christopher tomara su mano para salir del lugar juntos. Buscaron a sus hijos y se retiraron a toda prisa. Ya estaban dando el mejor espectáculo, ya nada le podía preocupar. A pesar que la lluvia había incrementado no les fue inconveniente, colocaron sus sacos sobre los bebés para protegerlos y evitaron a los reporteros que ansiaban el escándalo.

Tuvieron que dar vueltas, Christopher no llevaba su vehículo y Minho no sabía donde estaba el suyo, agradecía a cualquier deidad que su asistente Hyunjin se acercase corriendo para guiarlo a su automóvil. Los paparazis los seguían, querían respuestas. Nadie se las daría. Finalmente subieron y escaparon a gran velocidad.

Se refugiaron en la casa de Minho, primero se encargaron de abrigar a los niños y ponerlos calentitos. Los dejaron cuándo cayeron dormidos y agradecieron que así fuera. Eran alrededor de las ocho de la noche cuándo Minho salió de la ducha, Christopher estornudó casi imperceptible, pero él se preocupó por su bienestar. Acababa de pasar todo un lío y probablemente estaba preocupado por las consecuencias.

Se acercó con una bufanda para cubrirle el cuello, y con una de las toallas pequeñas se apoyó para secar sus cabellos humedos por la ducha. Ambos sentados en la sala de su casa, mirándose en silencio.

— Eres un idiota —murmuró Minho en tono de burla, Christopher sonrió, tomando sus mejillas se acercó para besarlo.

El pelirrojo permitió que lo hiciera, permitiría que sucediera todo lo que la situación les ameritaba. Con la tormenta que arrulló la noche ni siquiera fueron capaces de pensar si era correcto o no, solo sabían que se necesitaban y que no querían pasar otro segundo sin sentirse cerca. Casi para la media noche viciados con lo que no debía, pero de todos modos sucedía decidieron tomar otra ducha e irse a dormir.

Por primera vez en meses sentían que estar juntos era un regalo que se podían permitir. Minho se acomodó en el pecho de Christopher y este acarició su espalda una y otra vez, hasta que ambos se quedaron dormido. Esperando que fuera una nueva oportunidad.

No obstante, a las tres con veinte, el llanto estruendoso de Kyu los hizo despertar. Christopher se levantó con rapidez dispuesto a encargarse él mismo de lo que sea que estuvieran necesitando. Sin embargo, al ingresar a la habitación la escena fue todo menos lo que hubieran esperado; Sua estaba convulsionado, su gemelo lloraba asustado por la condición de su hermanito.

Christopher se apresuró a tomarlo como pudo, regresando a la habitación en busca de las llaves. Minho se despertó debido al escandalo, al ver a su hijo en ese estado no tardó en levantarse también y correr en busca del otro bebé.

El temor invadió su corazón una vez más. Sostuvo a Kyu con fuerzas, tomó los abrigos y salió de la casa para llevarlos a todos al hospital.

Lo que no debimos ser (MinChan/Banginho)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora