Capítulo 17

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Acostumbrarse a la presencia de Lee Minho en su vida fue necesario para que André pudiera adaptarse a lo que le esperaba en su diario vivir de entonces en adelante. Los hijos del pelirrojo cumplieron un año el primer día de Marzo. El hecho de que por toda una semana a partir de ese día Christopher no llegase a dormir no le dio motivos para desanimarse. Su futuro esposo le estaba siendo infiel incluso antes de su matrimonio, aunque eso le dolía no perdía la esperanza de que las cosas fueran a volverse a su favor en algún momento.

Los meses siguientes se ocupó en los asuntos de su boda. Decidió ser condescendiente con Christopher  y darle tiempo, sin correr a acusarlo con su padre por lo que pasaba. Sin embargo, eso no impidió al señor Bang estar al tanto de la situación. André lo descubrió con astucia y ojo de halcón.

Verificó que la dirección fuera correcta, pidió a su chófer que esperara y estuviera atento por su bienestar. Tocó al timbre de un departamento en el centro de la ciudad. Tardaron un par de minutos en abrir la puerta. Un hombre alto azabache le observó sorprendido.

— Sabes quién soy —dijo André, empujándolo suavemente para poder ingresar a su hogar. Buscó con la mirada cualquier señal de su trabajo. Abrió y cerró las puertas necesarias, sin tomarle importancia a los reclamos del hombre que le pedía vez tras vez que abandonara su departamento.

Él no pudo impedirle cuando encontró la puerta acertada. André abrió los ojos ampliamente al ver las fotografías colgadas. Cruzó los brazos, volteando a ver al fotógrafo.

— Entonces eres un acosador a sueldo.

— Fotografo espía —suspiró él—. Me pagan por hacerlo. No... no digas nada a tu esposo. Van a matarme si dices algo.

— Tampoco quiero que mueras, pero tienes que explicarme esto —mostró una fotografia de Christopher besando a Jeongin en un auto—. Sabrás que me llamo André y soy el futuro esposo del hombre al que te pagan por seguir, así que te conviene que nos volvamos amigos, Vicent.

El aludido no tuvo más remedio que asentir y hacer lo necesario por no ser la próxima víctima del señor Bang. Sabía que si hacía enojar al chico sería su ruina. Le dio un asiento, permitiéndose contarle todo lo que había averiguado de la historia entre Christopher, Jeongin y Minho.

El joven ruso atendió cada una de sus explicaciones, analizando las fotos que daban prueba a sus palabras. Suspiró cuando decidió detenerse un momento para procesarlo.

— Entonces eran amantes —sonrió con gracia, casi incrédulo por lo que estaba escuchando—, pero él se embarazó, terminaron. Minho y Christopher ya se habían vuelto buenos amigos... —razonó— ¿Crees que él lo ame en serio?

La cuestión le pareció al fotógrafo como un grito desesperado, pero por mucho que quisiera decirle a André que su futuro marido se enamoraría de él no podía mentirle.

— Lo mejor será que no te enamores de él —le sugirió con honestidad—. Preferiría que lo veas como un simple acuerdo, lo de su matrimonio.

— No me estoy enamorando —le sostuvo la mirada—. Pero tú al parecer sí —esta vez, señaló una pared llena con fotografías de Minho. En la mayoría estaba él incluso antes de conocer a Christopher—. No creo que alguien estuviera pagándote por seguirlo desde tanto tiempo atrás.

— Ese asunto es diferente —murmuró Vicent, intentando que él no hiciera más preguntas—. Las cosas que ahora sabes sobre lo ocurrido entre esos tres úsalas solo cuando sea necesario. No arruines algo que tal vez termine cayendo por su propio peso. Si algo sé es que tarde o temprano las cosas saldrán a luz, pero no somos nadie para forzarlo.

André salió de la casa del espía con la mente esclarecida. Todo lo que antes no tenía sentido ahora lo tenía. Las cosas que creyó haber visto, esos pequeños focos rojos eran todos acertados. Solo quedaba aguardar.

Lo que no debimos ser (MinChan/Banginho)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora