CAPITULO 1

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Lee Felix era un chico de lo más "normal", o eso pensaba él. Se mudó desde Australia a la edad de 7 años y fue ingresado en uno de los mejores colegios Internacionales de todo Corea del Sur. Sus padres podían permitírselo ya que era una pareja bastante polifacética. Su padre era uno de los mejores cirujanos de la región, mientras que su madre era una abogada de renombre. El vivía en un ático en el centro de la ciudad de Seúl, a él le encantaba su hogar ya que era todo de cristalera y podía ver el movimiento diario de personas y como el atardecer se posaba sobre los edificios dando paso a las luces de colores que iluminaban la ciudad. Eso era algo que Felix adoraba ver todos los días desde su habitación, era como su pequeño ritual. Era hijo único y muy querido por sus padres. Felix pasó unos años bastante duros intentando adaptarse a su nueva vida en Seúl, ya que no entendía el idioma. En su colegio hizo un grupo muy bueno de amigos los cuales se convirtieron en sus hermanos, pues no ibas a ver jamás a uno de ellos sin los demás. Sus amigos eran Han Ji Sung ( se integró a la misma vez que Felix, ya que él se había mudado desde Corea a Malasia y tuvo que volver por el trabajo de su padre), Seungmin y Jeongin, también conocido como I.N. Dentro de ese grupo estaba su mejor amigo Chris, Christopher Ban, pero todos allí lo conocían por Bangchan. Chan también era australiano y unos cuantos años mayor que el pecoso, fue el primer amigo que hizo y quien lo introdujo al grupo. Era como su hermano mayor, le hacía sentir cómodo y protegido del resto de la gente que lo miraba ya que él era diferente. Felix era bastante popular en su colegio, pues tenía una buena estatura, era rubio y una cara de angelito que volvía a todo el mundo loco, sin hablar de que era todo un deportista en taekwondo por lo que tenía un buen físico y unos abdominales de infarto. Además contaba con que era muy inteligente y siempre sacaba sobresalientes, lo que hizo que tuviera muy buena nota para poder entrar a la universidad. El pecoso optó por ir a la universidad en Corea, ya que la situación en casa no era lo que parecía puertas afuera.

Desde hacía unos años, el padre de Felix había empezado a desarrollar una enfermedad degenerativa que hacía que su día a día empezará a costarle el doble. Es por esto, por lo que Felix decidió quedarse en Seúl e ir a la universidad Internacional y estudiar Derecho como hizo su madre. Todos se sentían muy orgullosos de Felix por la gran decisión que había tomado con respecto a su futuro, pero en realidad el pecoso guardaba un secreto y es que tenía miedo de abandonar Corea. Felix era todo un intelectual, tenía una mente brillante y podía haber aplicado para cualquier universidad que él quisiera, pero tenía miedo de irse, tenía miedo de volver a no sentirse aceptado y querido como ya lo era aquí. Él tenía miedo a sentirse solo y abandonado por su gente, era tan fuerte su miedo que siempre se recordaba a sí mismo los ataques de ansiedad que sufrió durante dos semanas antes de salir del armario. Sentía pavor, horror e incluso tristeza, pues él había visto como mucha gente no era aceptada por ser tal y como era, pero con él fue todo diferente. Sus padres lo apoyaron al máximo y sus amigos le hicieron hasta una fiesta. Al pecoso se le escapaba una sonrisa cada vez que recordaba la tarta y el mensaje que había en ella, un poco subida de todo para la edad que tenían, pero maravillosa sin duda alguna.

En aquel momento, Felix se encontraba tumbado en su habitación en su casa de Australia. Sus padres aún poseían la casa donde él creció hasta que se mudaron a Corea y donde había pasado todos los veranos desde aquella mudanza a la otra punta del mundo. Estaba en Instagram cotilleando a su "chico musculoso" o así lo llamaba él. Se trataba ni más ni menos que el chico con el que Felix había experimentado todo en el terreno del sexo y con el que llevaba quedando durante dos años. Sus amigos no estaban muy de acuerdo con el trato que ambos tenían, pues pensaban que no merecía la pena estar con alguien así. Ese chico no estaba en su colegio y por lo tanto podía ser todo más discreto. Seo Changbin era un alumno de la Escuela Tradicional de Seúl. Era también muy popular como el pecoso ya que era muy guapo y carismático, además de que tenía unos músculos que hacía que todos se volvieran locos por él y como era de esperar, Felix cayó rendido a sus encantos. Cada vez que el australiano veía una foto de él o le llegaba un mensaje suyo, un cosquilleo le recorría toda la espina dorsal a tal punto que se tenía que relajar porque sino se excitaba demasiado. Era pensar en Bin (así lo llamaba él) y se ponía encendido como una moto.

Mientras cotilleaba sus historias por Instagram se dio cuenta de que había una chica en las fotos. A Felix esto no le resultaba raro, ya que ambos habían acordado verse con más gente o incluso tener pareja y seguir quedando si estaban de acuerdo. Al pecoso le parecía bien, era una forma de poder tener a Changbin cerca y así poder seguir con alguien con el que tenía confianza y no le pone demasiadas trabas, para él era todo perfecto en su "relación". Felix ya estaba contando los días para volver a Seúl con sus amigos y comenzar la vida Universitaria. Llevaba años soñando con ese momento y convertirse en todo un adulto para poder proporcionar para su familia y más aún dadas las circunstancias.

Y así dos semanas pasaron y Felix ya había aterrizado en Seúl y de camino a su casa, estaba cansado y con un jet-lag de locos. Nada más llevar, miles de mensajes en su grupo de amigos bombardearon el teléfono del pecoso preguntándole por sus vacaciones e idealizando los planes de las próximas semanas para tenerlo todo listo para la vuelta a clases. Y fue en ese momento cuando Felix oyó una voz desde la cocina haciéndole saber que la cena ya estaba lista.

Sunshine, la comida ya está- dijo su madre con una voz dulce- No tardes que esto se enfría. La madre de Félix era una mujer muy agradable y risueña. También era muy educada y cariñosa, algo que Félix adoraba pues siempre hablaban bien de ella y era algo que siempre le sacaba una sonrisa.

Si mama, enseguida voy- Félix dijo desde su habitación- Los chicos me están preguntando por el vuelo. Seguro que quieren saber que les traje del viaje. Los chicos tenían un grupo donde siempre hablaban y comentaban las cosas que veían. Habían estado poniendo al día a Félix durante los dos meses que estuvo fuera. Chan comentó ese mismo día que en dos días se iba a organizar una fiesta en la casa de uno de sus compañeros de clase, el cual se había mudado recientemente a un apartamento de dos plantas en pleno centro. Sus amigos eran de dinero, algunos con mejor posición social que otros, incluso algunos eran hijos de Idols famosos o de actores de renombre.

Durante la cena, Félix comentó que iba a asistir a la fiesta y sus padres estaban de acuerdo, ellos sabían que él tenía ganas de ver a sus amigos y como era de esperar nunca le decían que no a nada. También conversaron sobre su cumpleaños. El pecoso cumplía en Septiembre y desde hace unos años hacia un cumple conjunto con Han ya que cumplían con un día de diferencia. Este año no iba a ser diferente y pensaba montar una gran fiesta por su 18 cumpleaños, llevaba esperando poder cumplir esa cifra desde que vio a Chan con su coche nuevo, sintió mucha envidia y deseo poder cumplir esa edad al día siguiente. Era una de sus metas, sacarse el carnet y tener su coche justo para la universidad. Antes de irse de vacaciones se sacó el carnet y tenía la gran esperanza de poder tener el coche como regalo de cumpleaños. Al acabar su cena se fue a su dormitorio y se quedó dormido viendo la vida que tenía la noche de Seúl y sus miles de colores gracias a las luces de los edificios.

Dos días pasaron y por fin era la fiesta. La gran fiesta de independencia de su amigo Tao. Todos hablaban de la fiesta, que iban a llevar puesto y por supuesto si iban a beber alcohol. Han no paraba de enviar stickers de fiesta por el grupo para que todos estuvieran ansiosos por ir, además de que era la primera vez que el grupo iba a estar completo desde hace dos meses y sabían que iba a ser todo un descontrol. Fue en ese momento cuando Felix recibió un mensaje que hizo que todo su cuerpo se quedará paralizado y no pudiera hacer otra cosa que soltar un pequeño grito: había recibido un mensaje de su chico musculoso.

Mensaje de Binnie: Te veo esta noche en la fiesta? Tengo ganas de verte Yongbok-ah 🙂

"Youngbok" era el nombre Coreano que adaptó Felix una vez que se empezó a juntar con Changbin. Era la forma especial que tenía para referirse a él, algo único que le había proporcionado. El rubio se quedó durante 10 minutos pasmado mirando el teléfono. Obvio que iba a asistir y ahora con más ganas sabiendo que su objetivo estaba allí y que iba a acabar como siempre, cosa que hizo que el pequeño pecoso se pusiera demasiado contento y un bulto apareciera entre sus piernas apretando con fuerza su pantalón. Félix se maldijo así mismo y también a Binnie. Había estado dos meses sin hacer nada pues en Australia no tenía tanta libertad como aquí. El rubio desabrochó su pantalón dejando que su miembro saliera de sus calzoncillos, estaba duro y goteando. Félix se masturba pensando en todas las cosas que quería que Changbin le hiciera esa noche y como lo deseaba.

Eran las diez de la noche y el australiano ya estaba arreglado. Se había puesto unos vaqueros algo ajustados y una camisa blanca vaporosa que se había comprado en su viaje. Esa camisa le iba como anillo al dedo ya que marcaba sus músculos y dejaba entre ver sus abdominales. A los pocos minutos de terminar recibió un mensaje de Seungmin que decía "ya estamos abajo, date prisa", de repente un hormigueo recorrió todo el cuerpo del rubio, eran los nervios y excitación por la fiesta, el sabia que algo iba pasar pero jamás llegaría a imaginar todo lo que se venía.

Te Bajaré la Luna | Hyunlix 💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora