💚7(1): ¿Qué nervios?

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HENRY

Ugh....

Me duele hasta las nalgas. ¿Qué demonios me pasó?

Me despierto en una pequeña habitación de paredes blancas y lleno de cosas médicas, al parecer estoy en... ¿El hospital?

—Hola, Henry. ¿Puedes oírme con claridad?

Ah, esa voz la conozco, no estoy en el hospital gracias a Dios.

Sentí que una especie de corriente pasó por mi cuerpo al escuchar la voz de Melanie, la hija de la enfermera, es una buena chica, solo que estudia en la jornada de la mañana.

¿Desde hace cuánto tiempo estoy aquí?

—¡Henry! —di un salto al escuchar nuevamente la voz de Melanie, la pelinegra me miraba preocupado—. ¿Cómo te sientes?

Demoré un poco en responder, había notado que no tenía mis lentes puestos ya que veía borroso, muy borroso.

—Eh... Estoy bien —respondí sintiendo un poco de debilidad al mover mi boca para hablar—. ¿Qué fue lo que me pasó?

—Te desmayaste en educación física y dos chicos te trajeron aquí —respondió ella con la mayor tranquilidad del mundo, quizás para no espantarme.

Que horror. ¿Me desmayé? Dios mío, qué vergüenza, nunca me había pasado. ¿Me habrán hecho cosas raras?

Ya deja de ser tan pervertido, Henry, estás en la enfermería.

—Uno de ellos estaba pálido y temblando —añadió Melanie mientras me pasaba algo parecido a un vaso con agua. A tientas lo tomé y dejé que siguiera hablando—. Aseguró que te desplomaste encima de él y me tocó darle agua porque si no habrían dos en la enfermería en vez de ti.

Todavía peor, ¡¿me desmayé encima de alguien?!

Virgen de Guadalupe.

Espera...

¿Qué fue lo que hice antes de desmayarme? Piensa, estabas en educación física, miraste mal a Karen, corriste contra Ashton y él te tomó de los dos hombros.

Oh, Dios mío. Si me desmayé encima de Ashton va a ser la peor humillación de mi vida.

—¿De casualidad ese chico tenía ojos de un color raro y tenía cara de cojer a medio salón? —pregunté tratando de ubicar la silueta borrosa de Melanie.

—¿Qué clase de definición sobre mí es esa, niño pornográfico?

Me quiero desmayar otra vez.

Esa voz no era la de Melanie, era la de Ashton, no podía verlo con claridad, pero si podía distinguir su piel bien blanca y su pelo negro, todo se ve borroso.

—A... ¿Ashton? —pregunté fingiendo que no reconocía su voz, me hago más pendejo de lo que ya soy.

Escuché que soltó una risa.

—Sí, soy yo. ¿De verdad no ves nada sin tus lentes? —solo pude negar con la cabeza, estaba poniéndome nervioso, su voz me ponía nervioso por alguna extraña razón—. Oye... Me dejaste muy preocupado... ¿Te sientes bien?

—Sí, estoy mejor —respondí tratando de sonar relajado cuando los nervios por no ver me estaban consumiendo—. Ashton... ¿Sabes si de casualidad Karen tiene mis lentes? N-no veo nada...

No escuchaba la respuesta de Ashton. ¿Se habrán roto mis lentes? Ay, no.

De pronto sentí que él me ponía algo sobre mi regazo, lo agarré apresuradamente y sentí algo familiar.

Amor en bruto ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora