⋆ 𝐍úmero 𝟻

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 Freen y Becky eran novias, era algo que todos sabían, algo tan obvio y esperado que nunca, ninguna de las dos tuvieron que aclarar, ninguna tuvo que preguntar nada, solo eran y punto

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Freen y Becky eran novias, era algo que todos sabían, algo tan obvio y esperado que nunca, ninguna de las dos tuvieron que aclarar, ninguna tuvo que preguntar nada, solo eran y punto.

Becky aprendió esa palabra unos meses después, y cada vez que alguien se le acercaba a Freen con otras intenciones (porque ella no era ninguna tonta como para no darse cuenta) sólo tenía que ir, abrazarla, mirar a la cara a quien sea la zorra, y decir "Freen es mi novia" y esperar a que se vaya.

No lo había hecho muchas veces, con suerte habrán sido tres o cuatro, debía admitir que le parecía divertido y solía ponerse muy feliz cuando se iban.

Paseaban de la mano juntas, se besaban, se decían apodos lindos, se entendían y se apoyaban la una a la otra siempre.

Incluso, a sus veintitrés años y a los veintiuno de la menor, cuando Freen terminó su carrera de Terapia Ocupacional, Becky estaba con ella en su acto de fin de año, y fue ella quien le entregó el diploma, subiendo al escenario, sintiéndose útil e importante por entregar un papel enrollado, estaba sonriendo mucho.

— Todo es gracias a ti, Becbec, no hubiera hecho nada de esto si no te hubiera conocido — le dijo, allí mismo haciendo que se ruborizara mucho.

Y ya no se golpeaba cada vez que sentía calor en sus mejillas, no desde que había aprendido que era.

Un día, mucho tiempo antes de aquel día, se encontraban las dos solas, Becky estaba en un muy mal día, había despertado sin ganas ni energías nada, no tenía paciencia, no quería ver a nadie, no quería hablar con nadi
así que solo se había echado en la cama, con Freen a su lado, mirando el techo.

Freen sabía que su novia no estaba de humor para hablar, así que solo de recostó a su lado, le pidió permiso para poner algo de música suave y sólo se acurrucó contra su cuerpo.

Al cabo de un rato de música, Becky se sentía algo mejor, la música la distraía, y se dejó mimar por Freen, se relajó y se sintió algo somnolienta, por lo que se giró sin decir nada y comenzó a besarla, tomando sus mejillas, insistiendo sobre sus labios hasta sentir sus pulmones pedir aire.

Freen notó que Becky quería más, y con una sonrisa llena de confianza decidió ser más intensa con ella, colocándose sobre su cuerpo, con sus brazos a cada lado de su cabeza, la besó con profundidad, recorriendo con su lengua la cavidad bucal del menor por primera vez, con lentitud en un principio, sin querer agobiarla de golpe, luego fue buscando que Becky respondiera, cosa que ella entendió y acabaron en un cómodo baile de labios y lenguas, sintiendo calor y más calor, con suspiros y pequeños gemidos, hasta que fue demasiado y Becky no soportó nada más, apartándola de un brusco empujón y saliendo de la cama a hacerce bolita en un rincón del cuarto, mientras sus manos golpeaban sus mejillas con fuerza para apagar tanto calor y esa sensación crecía en su pecho y no se iba, y sólo podía pensar en lo bien que se había sentido todo pero no sabía qué era, y por eso se frustraba.

 𝐒𝐚𝐫𝐚𝐧𝐠  ⋆ ›  𝐅𝐫𝐞𝐞𝐧𝐁𝐞𝐜𝐤𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora