⋆ 𝐍úmero 𝟸

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Saint era el acompañante terapéutico de Becky, estaba con ella cinco días a la semana, unas cuatro horas, el joven era muy amoroso, y le encantaba su trabajo, también le gustaba hablar al respecto y Freen aprovechó eso para saber más de Becky y de...

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Saint era el acompañante terapéutico de Becky, estaba con ella cinco días a la semana, unas cuatro horas, el joven era muy amoroso, y le encantaba su trabajo, también le gustaba hablar al respecto y Freen aprovechó eso para saber más de Becky y de su condición.

— Becky... ¿Ella estará así toda su vida? ¿Todo el tiempo? — Le preguntó un día, estaban en el parque, habían salido a una caminata, sólo ellos tres, y estaban descansando un poco, Becky estaba en su mundo, como de costumbre, y hacia un rato se habían metido en medio de un partido de fútbol y tuvieron que apartarla antes de que la golpearan con la pelota sin querer, la joven no se había dado cuenta de nada.

Saint suspiró, arreglando un poco su largo cabello negro, haciendo notar las mechas rosas que tenía.

— Espero que no, sinceramente, ella es muy dispersa, y ya tiene dieciséis, está grande, debería estar al menos un poco mejor, para que la cosas sean más fácil... Ya casi es una adulta.

— Porque si ella sigue así va a necesitar de alguien que la cuide, toda su vida — Dijo Freen —. Ni siquiera mira la calle antes de cruzar, moriría sin alguien que la vigile todo el tiempo.

El chico asintió.

— Sí, pero ella está muy difícil, es difícil de tratar... No se ha conectado con el mundo y creo que es porque nada del exterior le interesa, no tiene ninguna razón para estar fuera de si misma.

— ¿No es porque le da mucho miedo? Es por eso que no se relaciona.

>> Irin siempre dice que ella ha confiado demasiado en quienes la han abandonado que ya no quiere confiar en nadie más.

Saint negó.

— No, no, esa es una de las razones, y yo también lo pensé así al principio, pero es que Becky nunca ha tenido ningún interés, ninguna razón para querer ser parte del mundo.

>> Y una de verdad, no juntar cosas rosas, no ver programas de TV de estrellas.

>> Ellos encuentran una razón que los impulsa a mejorar, a salir a delante. A veces es que se dan cuenta que los demás crecen, se dan cuentan que sus hermanos mayores ya tienen un trabajo y una casa propia y ellos se quedaron atrás, después de eso ellos quieren intentar todo para hacer lo mismo, o lo que pueden.

>> Es cuando aparecen la crisis, las de verdad, las fuertes, esas que Becky nunca tuvo.

— ¿Cómo es eso? — Preguntó Freen.

— Depende de casa uno. Ellos sienten una gran cantidad de ansiedad, y a veces huyen creyendo que pueden escapar de aquellos, otras sólo se quedan en su lugar y se hacen pequeños, a veces se golpean. Pero siempre terminan llorando y gritando, pero mucho, gritan como si los estuvieran rompiendo por dentro.

Freen se sintió asustada de solo imaginarlo.

— ¿Y qué hay que hacer si eso pasa?

— Le decimos "Contención", sólo para ponerle una palabra bonita, normalmente los abrazos con fuerza, y si es muy fuerte hay que tirarlos al suelo y apretarlos lo suficiente como para que no se puedan mover, ni golpearse, ni lastimar a otros, se cansan de pelear y es cuando se calman. Eso hacemos con los niños que tienen crisis, Becky es pequeña pero es muy grande para que yo pueda hacer eso con ella.

 𝐒𝐚𝐫𝐚𝐧𝐠  ⋆ ›  𝐅𝐫𝐞𝐞𝐧𝐁𝐞𝐜𝐤𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora