Los hombres del pilar-la comedia

7- un largo viaje en bote.

Al final estuvieron un buen rato armando el bote y les agarro el sol a mitad de su abordaje, alcanzaron a entrar todos en la pequeña cabina para resguardarse del sol, no era muy espaciosa pero alcanzaba para todos, por suerte aun eran niños y no ocupaban tanto espacio como los más grandes. Al estar tan juntos Eisidisi ocasionalmente tomaba la mano de Kars, era su primera vez andando en bote y apesar de ser físicamente bastante grande uno podría pensar que es una especie de semi-diós que no le asusta nada, sinembargo en lo más profundo de su corazón le temía de gran manera al sol, al agua y quizás a perder a Kars por aquella expedicion sedienta de poder que tenia aquel chico tan especial para el. Pero al mirar a aquellos niños parecían no estar concientes de la gravedad del riesgo que estaban corriendo al  seguirlos y querer crusar el inmenso océano en busqueda de una piedra que quizas ni exista, con adultos que no conosian bien. Parte de él solo añoraba aquella sensación despreocupada de aquellos jóvenes futuros guerreros, lograr calmar sus sentimientos que desde que era muy joven siempre trato de refrenar sin exito, recordar aquellas épocas le traia malos momentos en los que por culpa de guardar esa forma de sentir tan peculiar para los hombres de pilar terminaba llorando, algunos lo considerarían una persona muy ansiosa y preocupada, no quiso mostrar esa cara a kars. A medida que fue creciendo el control de los sentimientos pudo ser más fácil de controlarlos exteriormente, nadie pensaría que en ese semblante despreocupado y  burlos se encontraría a alguien tan asustado por todo que temía perder a lo que se había acostumbrado e incluso encariñado.

-¿estas bien?- las palabras de kars no denotaba emoción alguna más que unas pequeñas cenizas de preocupación que solo eran delatadas por sus ojos que lo miraban atravesando su alma para inspeccionar cada aspecto de su corazón, aquellos ojos no le iban a permitir mentir en ni una palabra, eran asututos y afilados pero no imparables gracias a aquella defensa que trató de construir el moreno desde hace años para resguardar sus sentimientos de aquel hombre perfecto a sus ojos.

-todo bien, cariño- la respuesta a aquella muestra de afecto fue un codazo al riñón.

-no digas esaa cosas frente a los niños, Eisidisi- estaba algo rubrorizado por el comentario tan repentino del moreno que le avergonzaba que los demás lo enscucharan, agradecía que los niños estuvieran dormidos, sería raro ver dos hombres adultos diciéndose cosas de ese tono sin pudor alguno.

Lejos de enojarse, Eisidisi, rodio con su brazo a kars y lo aserco a él para que durmiera juntos un rato antes que el sol se ocultara nuevamente. Esto no le gustó mucho al peli-morado pero no tuvo más opción que dejarse llevar por aquel hombre tan peculiar y sus extrañas idea del mundo, que aunque no le contará absolutamente nada de lo que pasaba en el, sus ojos ya lo habían deducido. Nada se le escapa a kars, excepto dejarse llevar por el moreno y no quería escapar de eso.