Al salir la noche ya se encontraban nuevamente caminando hacia la ubicación de la piedra, kars estaba algo cansado pero no se dejaría ver débil ante nadie y menos aquel hombre que quería impresionar con todas sus ganas. Caminaban por largos cenderos hasta llegar a una costa en la que no dejaba ver el otro lado, algo estaba mal en el mapa.
-kars, creo que esa piedra le pertenece al otro continente- dijo el moreno como si el ya no se hubiera dado cuenta.
-ya lo se Eisidisi!! Trae unos troncos del bosque, tenemos que armar una balsa antes que perdamos la noche.- dijo mientras empesaba a buscar cuerdas pero era inútil, la sibilisacion estaba muy retrasada para el- hijos de puta. Me voy al pueblo un momento, no te distraigas ¿me oíste? No podemos perder tiempo. -dijo para empesar a correr a quella aldea primitiva en busca de cuerda.
Eisidisi siguió sacando troncos y cortando algunos otros para que fueran lo más parejo posible. En mitad de su tala un pequeño rubio apareció entre los arbustos mirándolo fijamente, el también lo miró y sus cuernos sobre su cabeza delataba que era uno de su especie eh iba acompañado de un pequeño pelirrojo que parecía un bebé. Sintió curiosidad y se acercó a ellos, el pequeño rubio dejó a su hermano en el suelo y sacó un cuchillo.
-No nos hagas daño!!- dijo ferozmente para alejar al moreno que le aprecio bastante tierno.- queremos saber donde se fue todo el pueblo señor- sus ojos parecían que llorarian pero su cara seguía enojada.
-hubo un incidente y todos estan muerto pequeño... quizás tu mamá también- puso una de sus manos en el hombro del pequeño para que no se sintiera tan mal por la verdad.- es una suerte que estén vivos...
-mama dijo que fuéramos rápido a buscar bayas en la cumbre. Fui y no habían bayas, busqué por horas con mi hermano pero no habían. Volví y no estaba nadie, pero los vi salir y los seguí, los seguí de lejos. Ahora quiero a mi mamá....- el pequeño rubio, que no aguantaba las lágrimas, no paraba de sollozar y llamar a su madre.
El no soportaba ver llorar a niños tan pequeños, pues podría ser muy devastador aveces pero su corazón era tan blando como el de un pollo. No podía evitar sentir culpa y abraso a ambos niños aunque el pelirrojo no entendía muy bien que pasaba, empezó a llorar por que su hermano lloraba. Eisidici lloraba con ellos pues siempre trataba de dejar liberar sus sentimientos para no actuar presionado, ambos niños dejaron de llorar y miraron raro al adulto que al llorar su cara era bastante cómica por lo que no tardo en sacarles risas. Al darse cuenta dejo de llorar y les revolvió el pelo a ambos.
- yo me llamo wamuu y el es Santana. Y usted?- dijo extendiendo su mano al adulto quien devolvió el gesto.
-Eisidisi, un gusto. ¿Les gustaría quedarse con nosotros?- pregunto levantando unos troncos para llevarlos a la costa junto a los niños que le hacían compañía.
- ¿también el señor de pelo morado es tu hermano? que ganial- apretó sus puños para mostrara alegría-si porfabor, no queremos estar solos. Seremos cuatro hermanos- sonrió ampliamente sacudiendo el brazo de su serio hermano menor.
-en realidad somo algo distinto a hermanos, pero no es algo te pueda explicar ahora wamuu, ayúdame a traer unos troncos ¿si?.- amablemente trataba de evitar este tema, no sabría si le provocaría un trauma al pobre pequeño, quizás la madre se volvería un espiritista vengativo que reencarnarse en otro continente en algunos años en el futuro para destruirlos por inculcarle otros caminos a su hijo y arruinar su infancia. aunque sería improbable. Apesar de no creer en la reencarnación tenía su respeto por las dudas.
Se pasaron la mayor parte de la noche recolectando frutas y trabajando la madera segun el plano que les dejo kars, fue una noche muy tranquila para los tres, pues su relación se fue solidificado mediante el tiempo que pasaban juntos, Santana hacia lo que podía, era muy pequeño aún. Se volvieron bastante sercanos, pues la forma de ser del moreno era muy amable y divertida para convivir con niños, apesar de ser hijo único amaba pasar tiempo con niños aveces, pues los veía como hermanos menores, quería tener un hermano de verdad nuy en el fondo de su croazon.
-jajaja ¡eres un mono! No puede comer tantas bananas -dijo riéndose de la cantidad de frutas que podía comer el adulto, le resultó bastante chistoso pues hacía caras raras- pareces un mounstruo jaja-
- mountruo banana- dijo Santana señalando al moreno frente a el.
Antes de que pudiera decir algo, kars había llegado con las cuerdas y algo de comida. No iso falta que se diera vuelta para sentir el aura que emitía el de pelo morado, pues sabía que le esperarían muchas explicaciones y no estaría nada contento. Se levantó del suelo eh inclinando su cabeza hacia kars en señal de suplica pues aquel hombre era muy fácil de hacer enojar y esperaba que no lo golpeara tan fuerte, pues no quería quedar tan mal frente a los niños.
-ven aquí Eisidisi. Tenemos que hablar. -se cruso de brazos encaminandose al bosque mientras el y los niños se les erizada la piel al oir esas frías palabras.
Aquellos niños vieron a lo lejos como ambos adultos intercambiaban palabras y el moreno explicaba lo que paso, pero aquel otro hombre parecía estar bastante furioso de tomar decisiones sin su presencia, aunque Eisidisi trato de explicarle parecía seguir enojado, wamuu no entendía nada de lo que decían y Santana ya estaba dormido. Al fijarse bien vio como el hombre mounstruo banana abrazaba al de pelos morados, estaban demasiado pegados el uno con el otro, estaba muy extrañado de lo que pasaba así que desvío rápido la mirada con algo de vergüenza para simplemente mirar como las estrellas brillaban junto a la luna.
-no te preocupes Santana, estaremos bien- dijo golpeando ligeramente la cabeza de su hermano que estaba dormido. No parecía hacer más que eso.
Llegaron ambos adultos ya calmados y algo raros, pero wamuu no quiso pensar en eso.
-podrán quedarse, pero tendrás que convertirse en nobles guerreros ¿deacuerdo? - se cruzo de brazos esperando que le respondieran sabiamente.
- si señor, seré el mejor guerrero de la tierra. - se paro firmemente para mostrar repetos al mayor.
- muy bien, díganme kars solamente. Vengan a ayudar a construir esto- sonrió ligeramente mientras se dirigía a los troncos junto a aquel plano, pues quería aprovechar el tiempo y llegar lo antes posible.
Aquel niño salto de emoción y abraso a Eisidisi agradeciéndole por convencer a kars para quedarse. Se soltaron y fueron a ayudar a kars rápidamente antes que volviera a enojarse, mientras se reían del susto que pasaron anteriormente.
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Los hombres del pilar-la comedia
Fanfictionpequeñas historias de una versión algo diferente de lo hombres del pilar. esto es comedia.