Me quiero disculpar por las cosas que hice para mantenerte cerca. Por hacer que te sintieras culpable, por obligarte a cumplir tus promesas, por llorarte tanto y tantas veces, por las llamadas tarde, por no comer, por impedir que te fueras porque yo te necesitaba, por hacerte responsable de mí. También, pido perdón por todo lo que me hice a mí misma con tal de que te quedaras.
Ya te puedes ir.
Mejor vete.
El perdón es por y para mi.
El perdón es para mi paz ,no por nuestra reconciliación ni para tu exoneración.
Me ha tocado perdonar a gente que ni si quiera me ha pedido perdón.
Me dolió verme tan triste, sabiendo que me esfuerzo todos los días por darlo todo y a veces no alcanzaba.
Me tocó normalizar que no siempre puedes estar disponible para los demás todo el tiempo. Que a veces te rompes, te satura, te aíslas, o simplemente necesitas tu espacio y tu tiempo porque el mundo te asfixia, porque las cosas te pesan o porque quieres parar, normaliza darte tiempo que también le das a los demás.
No necesitas convencer a nadie absolutamente de nada, porque no importa lo mucho que lo intentes, hay gente que nunca va a comprender tu historia, tu lucha, tus porqués, ni la batalla que estés librando. Continúa, se tú, sigue adelante, encuentra tu paz. No le debes nada a nadie más que a ti mismo.
Ten el derecho de romperte las veces que sean necesarias a tu propio ritmo con tal de que alguna de tus piezas encuentre su lugar, piensa alguna vez que quizás te sientes vacío porque dejaste una pieza de ti mismo en algún lugar que amabas.
Ya te puedes ir.
Mejor vete.
ESTÁS LEYENDO
El Arte de Leernos
Spiritual"Y si no volvieras a leer jamás, ¿cuál sería tu último libro?"