Su Majestad

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Mientras caminaba a su lado, algo incómoda por la mucosidad de mi ropa, me puse a pensar en mi isla. Era grande, llena de casas, parques, pero se veía desolada, como si hubiera sido abandonada desde hace años, pero nosotros seguíamos viviendo ahí, porque todo se veía tan descuidado, tan destruido, porque nunca me anime a visitar el área de lluvia asida, realmente había esos ¿monstruos? Muchas preguntas rebotaban en mi cabeza, viví en esa isla mucho tiempo, pero apenas la conocía, sé que estoy pequeña, pero era tanto el misterio?...

Las dudas que me dejo el león sobre el viejo continente, no les tome importancia, todos me dejan dudas, ya no me moleste en preguntar o averiguarlo, solo me preguntaba, como es posible, que las dudas que pude responderme sola, sobre mi isla, nunca las busque, acaso... en el fondo... ¿No quería saber?... En fin... Cosas que te preguntas de tu casa, cuando estás lejos de ella.

Llegamos a una... ¿Cátedra?, ¿carpa? ¿Casa extraña con techo redondo???? No sé lo que realmente era, se veía algo apartada de un pueblo que se veía no muy lejos, por dentro era bonita, un salón espacioso, con un... creo que era un pulpito o algo así se le llama, por detrás había una sabana azul, a su izquierda tenían otro más pequeño, y al lado derecho un piano blanco, estaba la mayor parte del salón lleno de sillas blancas, donde estaban sentados más animales, que parecían humanos, escuchando atentamente a un carnero, que evidentemente sé bestia como un rey, él leía un libro, con una pasta color verde limón, se veía desgastado, y que no muy lejos habían muchos más libros, unos eran blancos, otros tenían pastas de colores como el azul y el blanco, no entendía lo que leía, luego de media hora, él se despidió solicitando un canto, cantaron una canción con la melodía del piano blanco y serraron los ojos, susurraron y se despidieron, todos salieron tranquilamente, sin siquiera prestarnos atención.

Luego de un rato, el carnero vestido de rey salió y saludo al león.

El carnero - ¡Leonel! Hermano mío, ¿cómo estás? *Saludo felizmente con la vos más dulce y amable que puedas imaginar*

Leonel - Mi rey... lamento interrumpir la reunión, me sentí terrible por no asistir.

El carnero - Hermano mío... Hoy era tu día de descanso, él sabe que necesitamos descansar para tener buena salud, no te sientas mal... Goza responsablemente tu día libre, sabes que la reunión más importante es otro día, ahí podrás asistir. *Lo dijo mientras Leonel hacía una reverencia, yo solo lo veía con cierta distancia*

Leonel - Con todo respeto mi Rey no es la única razón por la que estoy aquí...

El carnero - ¿Qué ha pasado?

Leonel - Una humana de isla, he encontrado en el lado peligroso de la playa, casi no logra llegar con vida, estaba muy cerca de morir, logre ayudarle lo mejor posible, pero necesita ayuda urgente...

Supuse que hablaba de mí... Pero no me sentía tan mal como él lo relataba. Pegue un pequeño salto cuando el carnero se me acercó y dijo,

El Carnero - Por mi Creador, está muy enferma, rápido llamad a los curanderos. Creo que se refiere a los médicos, porque cuando llegaron a recogerme unos animales, se veían vestidos de doctores y enfermeros, llegaron tan rápido como su rey ordeno, yo simplemente espere en la camilla o hamaca, no sé lo que era en donde me llevaban, esperando que no fuera algo malo, estaba con la mente en las nubes como para preocuparme en luchar o poner resistencia, se veían ser ¿buenas animales personas? No sé, pero se veía amigables, que si podía confiar en ellos...

AftesderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora