capítulo quince

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📍MAR DEL PLATA

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📍MAR DEL PLATA

—¿Por qué Brenda no quiso venir con nosotras?—preguntó Alma manteniendo la vista en el frente mientras manejaba. Tuvo suerte de que Emiliano le preste el auto que tiene en mar del plata para poder ir a comprar. Santi no se interesó en manejarlo, dejó de darle importancia y comenzó a concentrarse en otras cosas.

—Porqué está muy enojada con vos—respondió Lara que estaba sentada del lado del acompañante—Y yo también. Me caes super mal, Alma.

Alma rió por lo bajo. Su hermanita estaba tan molesta con ella pero aún así acepto acompañarla a comprar solo porque le prometió darle chocolates.

Alma siempre sostiene la idea de que Lara es una versión diminuta de su mamá. De eso no hay ninguna duda. No sólo físicamente, sino por la forma de expresarse, sus cambios de humor, su comportamiento cuando está enojada, los caprichos, etc.

Y no olvidemos que ambas manejan el mismo nivel de locura.

Adivino...—murmuró riendo—Estás enojada porque me comí el último sanguchito de miga.

—Meterte con algo que me pertenece es delito—se quejó apuntandola con el dedo indice.

—Baja ese dedito, Pilar Rodriguez—bromeó—Sos igual a ella.

—¡Es que es la verdad!—reprochó sin dejar de apuntarla—Robar mi comida es delito. De-li-to

—Y hay algo básico que nos enseñan en el jardín y es a com-par-tir–respondió imitandola al separar en sílabas la última palabra—Me parece que te salteaste esa clase.

—Lo iba a compartir con Juliana.

—Mentirosa.

—¡Se lo iba a compartir a papi por ser el mejor!

—Otra vez estás mintiendo. Se lo ibas a dar a alguien más.

—A mami y León...

—¿Segura?

—Emmm, en realidad era para santi y ava.

—Lara...

—¡Para Ro! Ella al ser la mayor se merece la última porción. Eso es ley.

—Creo que te está faltando alguien—rió y Lara blanqueó los ojos demostrando estar harta.

—Era para Bren—admitió—Es que no comió nada y quería guardarle el último sanguchito para ella.

LAVENDER HAZE: Dibu Martinez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora