Capítulo 5

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Con las manos temblorosas, agarro el teléfono que acaba de recargarse en el automóvil. Si al menos estuviera en zona, si al menos cogiera el teléfono... Pero mi hermana está fuera de cobertura, así que yo, mordiéndome el labio, busco en Google "Apertura de puerta de emergencia".

— Dana, ¿qué pasa? — Daniyal se inclina con ansiedad y mira la pantalla. — ¿Qué puerta quieres abrir?

— Perdí la llave, —casi lloro, — y mi hermana está de visita. ¡Habrá que forzar la puerta!

— No hay necesidad de forzar nada, —me quita suavemente el teléfono de las manos y lo conecta de nuevo al cargador, —mi casa está aquí cerca. Te cambiarás, esperaremos a que se seque tu ropa y te llevaré a la ciudad. Para ese tiempo tal vez tu hermana ya haya regresado.

—Ella puede volver por la mañana, —le digo desanimada.

— ¿Qué tipo de visitas son esas que hay que quedarse hasta la mañana?, —Dan sonríe. — ¿Por qué no te quedas de visita conmigo?

No presto atención al tono con el que lo dice, mis pensamientos están ocupados con algo totalmente distinto. Si rompes una cerradura o una puerta, tienes que gastar dinero en reparaciones, y Olga y yo ya hemos planificado nuestro presupuesto para este mes, así que no hay manera de que podamos gastar más que eso.

¿Tal vez tenga sentido aceptar la invitación de Daniyal y esperar en su casa? Lo miro a los ojos y asiento vacilante. Y estoy dispuesta a jurar que en las profundidades de mi ser se encienden verdaderas hogueras.

La casa que alquila Dan resulta ser grande y de dos pisos.

— Nunca subo al segundo piso, la planta baja es suficiente para mí, —dice Daniyal mientras me ayuda a salir del coche y me empuja hacia la puerta. — ¡Deprisa, que te vas a resfriar!

En la casa hace frío. ¿O me parece así porque la tela húmeda se está enfriando?

—Puedes encender el hidromasaje, —me da una toalla y ropa seca. Pero no planeo mimarme en el baño de la casa de Daniyal.

— Gracias, me las arreglaré sin hidromasaje. Con una ducha será suficiente, agarro la toalla, y entonces una mano firme me retiene.

— Así te calentarás más rápido, Dana, —¿me parece, o su respiración cambia?

Y su mirada cambia, no sé ni qué decir, incluso sus ojos cambian de color, volviéndose más oscuros, como el cielo de verano antes de una tormenta. Y la voz se vuelve lánguida, aterciopelada, me derrite e inmoviliza esa voz.

Creo que no hice bien en venir. De alguna manera ganaré dinero para pagarle a los trabajadores del servicio de emergencia que abrirán la puerta. Como último recurso, las sesiones nocturnas de foto se pagan con una tarifa doble.

Abro el agua caliente para que incluso me queme un poco, y me quedo de pie durante mucho tiempo, sintiendo cómo se calienta cada célula. Luego también me froto con la toalla y me caliento por completo. El traje de punto de Daniyal es irremediablemente grande, pero el pantalón tiene cordones en la cintura y me los anudo. No se caen, y eso es suficiente.

Al salir de la ducha me encuentro a Danyal en el amplio salón, en cuclillas junto a la chimenea y observando cómo se encienden las llamas. Mis pantalones mojados y mi chaqueta de plumón están tendidos al lado.

—Añadí potencia a la calefacción, pero mientras se calientan los radiadores, pensé en encender la chimenea, ¿no estás en contra?, — las mismas notas aterciopeladas y los ojos oscurecidos.

De repente siento descargas eléctricas entre mis omóplatos. Y Dan se acerca, me coge de la mano y me sienta en el sofá, tendiéndome una manta de cuadros.

жестокая свадьбаDonde viven las historias. Descúbrelo ahora