Alba abrió los ojos pesadamente en un esfuerzo por recuperarse lo antes posible. Cada parte de su cuerpo, cada extremidad dolía tanto que presionó sus dientes juntos en un vano intento de no llorar ni gritar miserablemente. No valía la pena gastar su energía si no sabía si había alguien cerca para ayudarla o al menos traer ayuda, lo que necesitaba era calmarse y tratar de entender lo que sucedió.
Lo último que recordaba es que regresaba de visitar a sus padres en la ciudad cercana, ya era más de media noche y mañana tendría que ir a trabajar, así que rechazó la invitación de sus padres de que quedarse a dormir con tal de llegar temprano. La carretera estaba oscura, las luces del auto apenas le permitían vislumbrar más allá de unos cuantos metros y eso fue el factor detonante que, sumado a la alta velocidad, hizo que chocara contra un camión de carga pesada y saliera de la carretera.
Todo pasó tan rápido que lo mínimo que logró hacer fue cubrirse la cabeza con los brazos antes de ser golpeada y sacudida bruscamente. Cuando despertó su cuerpo era un desastre y sintió como la sangre se deslizaba lentamente por todo su cuerpo en pronunciadas heridas que prefería no ver.
Pronto se sintió cansada y lentamente su mente se vio nublada por una extraña pesadez que la hizo quedarse dormida.
...
—Ugh...
Alba despertó, tomándose de la cabeza en cuanto los rayos del sol le dieron directamente en el rostro. Tontamente miró a su alrededor y se dio cuenta de que estaba descansando en una cómoda y espaciosa cama en lo que era una cálida habitación. Por un segundo pensó que se trataba de algún lujoso hospital de extraña arquitectura, pero inmediatamente cambió de idea cuando se dio cuenta de que se trataba de una simple habitación.
Revisó su cuerpo y se percató de que todas su heridas habían sanado milagrosamente sin dejar ningún tipo de dolor; sin embargo, su pecho estaba marcado por una larga cicatriz que parecía recién hecha, como si su piel apenas estuviera recobrando su color normal. Era ciertamente espeluznante, pero no se sintió incomoda o dolorosa al tacto, así que no le dio demasiada importancia.
Sintiéndose bien, se levantó de la cama y se dirigió a la puerta con la intención de saber dónde se encontraba, además de conocer a la persona que la salvó.
Ni bien acercó su mano a la perilla de la puerta, esta se abrió revelando la figura de una interesante criatura: era un animal antropomorfo de pelaje blanco, ojos azules y una crin y cola rojas. De cuerpo ancho y músculos ligeramente marcados era más alto que ella por poco más de una cabeza. La mirada suave y preocupada que le dio a Alba le dio la apariencia de un chico tranquilo y un tanto despistado.
—Oh, estás despierta —dijo entrando en la habitación, mientras Alba retrocedía lentamente—. ¿Cómo te encuentras?
—Ah... ¿Qué? —Alba dijo estupefacta—. Tú... ¿Quién eres?
—Lo siento —se disculpó, apartando la mirada por un segundo—. Me llamo Parhelio. Te encontré desmayada a las afueras de Canterlot, estabas cubierta de sangre y pensé que necesitabas ayuda. Así que te traje a mi casa y traté algunas de tus heridas, ya que las demás estaban curadas.
—Okey... ¿y qué eres? —Alba preguntó, relajándose un poco—. Pareces un...
—Poni.
—¿Sí? Los ponis que yo conozco no hablan ni tienen cuerpos humanos —Alba respondió, señalándolo de pies a cabeza—. Es algo extraño.
—Y yo nunca había visto algo como tú —Parhelio contestó, descansando la mirada—. Pero eso no importa. Solo vine a ver cómo te encontrabas. Por tu reacción, puedo suponer que estás bien, ¿cierto?
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My Little Pony: Éxtasis Inconsciente
RomansaDos humanos que murieron en un aparatoso accidente automovilístico, llegan a Equestria. Sin embargo, como si estar en un mundo desconocido no fuera suficiente, tienen un extraño síntoma que despierta uno de sus instintos más primitivos.