(+18 a medias)
Mi cuerpo temblando bajo sus caricias por mi piel morena, como un baile con sus dedos, tocando suave, de manera tortuosa.
Sentía sus dedos pasar por mi piel sudorosa, aunque estremeciéndose con cada toque, como si en realidad un frío pasara por mi espalda, un hielo infernal que solo me hacía odiar el placer que recorría mi cuerpo.
Callando mis palabras, intentando que nada saliera de mi boca, evitando soltar sonidos obscenos que mi orgullo ocultaba tras el dolor de mi corazón.
Sus dientes, tan blancos que parecían brillar por la luna que acariciaba su piel blanca por la ventana, su mirada oscura y lasciva que solo me hacía empeorar mi locura por él.
¿Cuántas veces había intentado alejarme de él? Pero trate lo que trate, sus ojos, su cuerpo contra el mío, sus susurros en mi oído y su poder sobre el mío solo me hacía caer de nuevo en una cama con él.
Tan delicioso como un dulce que no probaba desde hace mucho, mientras que su sonrisa burlona, disfrutando de mi rostro rojo y mis ojos avergonzados, solo me hacían disfrutar aún más.
Era sucio, asqueroso, me resultaba tan repugnante lo que estaba haciendo, y aún así lo disfrutaba como un condenado. Días, meses, casi un año evitando caer en mis propias tentaciones, gimiendo su nombre cuando estaba con alguna otra persona, sin sentir sus caricias mientras otras manos me tocaban era dolor puro.
Sus lamidas que acariciaban mi cuello, demandando lo que siempre fue y será suyo. Mis manos apretando las sábanas mientras mi respiración agitada contradecía todo lo que mis pensamientos gritaban.
Mi estómago lleno de cosquillas que solo él podría provocar, con suspiros que solo él me hacía disfrutar, con un amor que nunca pude sentir con alguien más.
Me odiaba, me despreciaba. Era como estar en el mismísimo infierno, con las llamas tocándome, esperando quemarme con algo que realmente disfrutaba, amando mi tortura, amando sus ojos de obsidiana, amando su cuerpo sobre el mío, sabiendo que por lo menos esa noche era mío.
Pero el dolor, el arrepentimiento que sabía muy bien que me esperaba por la mañana, el saber que su presencia se iría incluso antes que el sol saliera, era como una estaca en lo más profundo de mi dolor.
Dios, Focus... no sabes cuanto te odio, cuanto detesto lo mucho que has cambiado, lo mucho que... yo mismo cambié de ti. Te odio, te odio, te odio como nunca antes había odiado una persona.
Solo por ti derrame lágrimas que nunca derritieron tu corazón, solo por ti me lastime de una manera que nunca había imaginado.
Me amas, lo sé... me quieres, lo sé... pero siempre me dejabas en claro que no eras mío.
Acechando, como una bestia entre los árboles, sabiendo que volvería a tus pies una vez más. Mirándome a lo lejos con tus ojos brillantes, con una sonrisa llena de maldad... lo sabias.
Y ahora, devorado una vez más como una presa. Gimiendo entre un roce de labios que solo me tentaba a caer de nuevo, mi vientre hirviendo, cosquillas que cada vez que aparecían me estremecía entre tus brazos.
Sensaciones que parecían nuevas, como un chico que estaba por tener su primera vez con alguien que solo buscaba encontrar ese punto donde el cuerpo no pudiera más con el placer.
Sentí su mano, bajar por mi abdomen mientras sus labios confundían a los míos con un juego cruel que solo me llegaba a excitar.
Sonidos obscenos en una batalla que no podía ganar, sufriendo en silencio, dejando ahora mis manos descansar en su cabellera, acariciándola como si nunca más fuera a verla.
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Just One More Song (Farcus) [ONE-SHORTS]
FanfictionPequeñas historias inspiradas en canciones para los Farcus. ------------- Todos los derechos reservados. Las imágenes usadas y el contenido de cada minihistoria es 100% original, por favor, no use este contenido sin los permisos requeridos. Den apoy...