Cap 1

1.4K 69 13
                                    

-¿¡Quéee!? ¿Lo dices en serio?

-Si, es verdad, tengo un nuevo trabajo -dijo sonriendo.

-No se trata del nuevo trabajo... se trata de en dónde es.

-¿Por qué tanto asombro?

-¿Un Rancho? ¿Un Rancho? ¡¡Es eso lo que no puedo creer!!

-Jason... tranquilo no me pasará nada -dijo tratando de tranquilizar a su hermano.

-¿Tranquilo? Tú no sabes nada de ranchos, ni de vacas, caballos, ovejas... Nada -repetía mientras se levantaba del sofá- ¿Cómo se supone que vas a llevar la administración de un negocio como ese, Marjorie?.

-Porque sé hacer mi trabajo, con el tiempo aprenderé todo sobre un rancho, ahora ellos necesitan orden y yo se los daré -enfatizó mientras terminaba de hacer el equipaje- Ha sido maravilloso compartir este tiempo contigo, pero ya mi declive parece desaparecer, voy a iniciar de nuevo.

-Bueno ¿Y por qué tan lejos? Es Montana y estamos a tres estados.

-Solo a tres -dijo con entusiasmo y abrazándolo.

-Los vaqueros van a enloquecer contigo.

-¿De qué hablas? -dijo soltando el abrazo

-Mírate Cher, eres muy hermosa.

-No es para tanto.

-Mis amigos siempre han gustado de ti.

-Perdóname que te diga esto, pero solo en un estado demencial profundo podría siquiera pensar en salir con uno de ellos.

-Pues déjame indicarte que ya estás en un estado demencial profundo al aceptar este trabajo ¡Le temes a las cucarachas! ¿Cómo sobrevivirás en un lugar así?

-Con un insecticidas, deja de preocuparte estaré bien -en ese instante se escuchó el claxon de un auto- ya está aquí mi taxi, cuídate mucho, te llamaré en lo que pueda -abrazando nuevamente a su hermano.

-¿Cuídate mucho Cher y llámame rápido antes de que entre en pánico? -soltando el abrazo.

-Lo haré -dijo sonriendo para luego salir directo a su taxi y partir al aeropuerto.

Cheryl se encontraba en una camioneta rumbo al rancho, a su nuevo trabajo, había tenido un viaje largo, tres horas en avión y ahora tenía casi dos en carretera. El paisaje inhóspito le daba la bienvenida, parajes hermosos, llanuras interminables eran el telón del camino; una punzada de nerviosismo la inundó ¿Estaría bien aceptar ese trabajo? Ella no sabía nada de la vida en un rancho, pero casi al instante supo que era lo correcto, ella tenía que olvidar la mala racha que tuvo, y este trabajo era perfecto.

La camioneta se desvió del camino principal, y un letrero enorme le dio la bienvenida "Rancho Topaz", como el apellido familiar, observó el ganado pastando tranquilo, mientras unos vaqueros lo custodiaban, luego pasó por una estructura que parecían ser caballerizas, el granero, corrales llenos de gallinas y finalmente la gran casa Topaz, era enorme de dos plantas, muy rústica en el exterior, exhibía un gran porche y a la entrada se encontraba la familia, un joven apuesto, una señora, una anciana y el Sr. Topaz, quien la entrevistó y finalmente contrató.

-Buenas Tardes -saludo a todos saliendo del auto, cuando éste se detuvo.

-Hola querida ¿Cómo estuvo el viaje? -preguntó el Sr. Topaz.

-Un poco largo, pero muy tranquilo, gracias -dijo, mientras el conductor sacaba su equipaje.

-Qué bueno, ven te presentare a todos los Topaz, este es mi hijo Carlos, está mi esposa Mónica y ella es Julia, nuestra cocinera y nana de mis hijos.

-Encantada -dijo y estrechó la mano de cada uno de los presentes.

-Es un placer querida, entra para que descanses -invito Mónica, apreciando cuan hermosa era ésta, cabello rojizo liso hasta después de sus hombros, ojos color marrón, un cuerpo bien proporcionado y una sonrisa hipnotizante como jamás había visto.

-Ven cariño te daré un vaso de jugo -dijo Julia mientras todos entraban.

-¡Waoooo! mamá es muy hermosa -acotó Carlos entrando a la casa.

-Es muy linda.

-Toni va a enloquecer cuando la vea.

-Shhhh quieres callarte, ella ni siquiera está.

-Pero regresará.

Cheryl tomó su vaso de jugo muy frío y empezó a beberlo, el líquido refrescaba su garganta caliente y seca, sentía revivir con cada sorbo, en silencio analizó a cada miembro de la familia, que ya la habían dejado sola, el Sr. Topaz era de aproximadamente 65 años, delgado y presentaba grandes surcos en su rostro, su cabello tal vez fue negro, pero ahora era gris; Carlos tenía alrededor de 25 años, era guapo, de ojos grandes y muy dulce o al menos esa fue su primera impresión, la Sra. Mónica era una mujer de 60 años, de cabello negro, con ligeros caminos plateados, su rostro estaba muy bien cuidado, pero lo curioso era que los tres tenían los ojos negros cual carbón; vestían como si estuvieran uniformados, pantalones de mezclilla, botas, los hombres con sombreros, mientras que la Sra. Mónica tenía su cabello agarrado en una cola, además de tener todos camisas manga largas de cuadro, era un vista definitivamente curiosa, Julia por el contrario usaba unos pantalones de tela fresca y una camisa con pintas floreadas. El interior de la casa era magnífico, una enorme chimenea, muebles sumamente hermosos, el piso vestía una alfombra evocando la vida del rancho.

Cheryl se levantó del sofá con cojines de cuero de vaca y se acercó para ver las fotografías de la chimenea, el estar sola le ayudó a su curiosidad. Observó varias fotos de los miembros familiares ya previamente conocidos, pero una fotografía llamó su atención, en ésta estaba Carlos junto a una mujer muy hermosa, ambos con sombrero de alas levantadas, abrazados muy sonrientes, Carlos con su camisa a cuadros, pero la mujer tenía una franela blanca y ojos penetrantes color avellana.

-¿Estás mejor querida? -preguntó Mónica al entrar en la sala nuevamente, mientras observaba a Cheryl sobresaltarse por las palabras mencionadas.

-Si, gracias -contesto ligeramente avergonzada por la forma en la cual fue encontrada.

-Veo que estás conociendo a la familia.

-Solo observando las fotografías -dijo mientras Mónica se acercaba- ¿Quién es ella? -preguntó señalando la fotografía antes vista.

-Es Antoinette, pero le decimos Toni, es mi hija.

-Ohhh.

-Ella salió, debe venir en unos días.




___________________

Nueva historia, espero que les guste, voten y comenten 🌈

𝓣𝓱𝓮 𝓐𝓭𝓶𝓲𝓷𝓲𝓼𝓽𝓻𝓪𝓽𝓸𝓻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora